ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Entre tantos papeles que habitualmente cu­bren parte de la mesa de trabajo encontré la edi­ción primera del boletín Tribuna del Pa­tri­monio, otro granito de arena de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey por con­tribuir a la preservación de los valores ar­qui­tec­tónicos, históricos y culturales de la lo­ca­li­dad.

Se trata de un documento pequeño, sencillo en la forma, pero colmado de argumentos irrebatibles que ponen el dedo sobre la llaga en asuntos relacionados con el comportamiento cívico y el respeto hacia una exquisita obra forjada en más de cinco centurias por generaciones y generaciones de principeños.

En el artículo que encabeza el boletín, José Rodríguez Barreras, director de la institución, entra rápido en materia: «Los rasgos que por años han llevado a esta ciudad a ser única en la fisonomía nacional no pueden ponerse en riesgo por la indolencia, las malas prácticas y la irresponsabilidad».

Lo cierto es que la otrora Villa de Santa Ma­ría del Puerto del Príncipe, con un entramado urbano sumamente complejo sobre todo ha­cia su centro histórico, vive a diario las tensiones que genera un flujo creciente de ciudadanos y vehículos de todo tipo por sus estrechas y ya congestionadas arterias.

Para paliar, en algo, tal situación, las auto­ri­dades locales han emitido regulaciones y apro­bado reglamentos, dirigidos a favorecer el or­denamiento vial y la funcionalidad de tan im­portante zona, cuyo segmento más antiguo fue declarado por la Unesco en el 2008 Patri­monio Cultural de la Humanidad.

Sin embargo, los resultados distan bastante de los propósitos, a todas luces por la falta de sistematicidad, rigor y exigencia en el enfrentamiento a las indisciplinas sociales y actitudes violatorias, tanto de personas aisladas co­mo de entidades, cuyo negativo proceder pa­rece transformar el entorno en un lugar caótico y hostil.

Tal responsabilidad recae, por solo mencionar a algunos de los entes más implicados, en las fuerzas del orden público, en los inspectores de la Dirección Integral de Supervisión, en los agentes de los cuerpos de seguridad y protección, y en los directores y gerentes de las uni­dades comerciales y gastronómicas.

Si se actuara conforme a lo legislado, con la se­veridad requerida, no existirían revendedores en cada esquina, no se descargarían mercancías en horarios inadecuados, los medios de tracción animal y equipos de gran porte no entrarían al centro histórico y disminuiría el maltrato a la propiedad pública.

Lugareños y visitantes se enorgullecen de una obra que en los últimos años le ha rega­la­do a la ciudad el Centro de Convenciones San­ta Cecilia, el Paseo Temático del Cine, el tea­tro Avellaneda, el centro recreativo El lago de los sue­ños, el Parque Botánico y la rehabilitación integral de sus principales arterias co­mer­cia­les.

Acción transformadora que no se detiene, en un esfuerzo por otorgarle a la urbe un valor agregado significativo: está en marcha la edificación del nuevo recinto ferial, el Museo Te­má­tico del Ferrocarril, la sala de conciertos, el proyecto audiovisual El Callejón de los Mi­lagros y los hostales San Juan de Dios y El Co­lonial.

Pero mientras unos construyen y fundan, no puede permitirse que otros se arroguen el derecho de destruir, agredir, degradar o irrespetar el patrimonio edificado, no pocas veces ante la mirada impasible de los propios conciudadanos y de quienes deben velar y exigir por su cuidado y preservación.

No basta entonces proclamar el legítimo or­gullo de ser camagüeyanos, de vivir en esta vi­lla patrimonial, si ello no se revierte en actos, en una conducta cívica y en una manera de re­lacionarse con el entorno que la resguarde de la irreverencia y las malas prácticas que afectan lo físico y, también, la espiritualidad.

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alberto dijo:

1

14 de octubre de 2016

09:12:11


Amigo mio, para la Habana, en particular la Habana Vieja, multiplique x 3

Gaspar dijo:

2

14 de octubre de 2016

12:27:12


Estimado Febles. De acuerdo con tu comentario, pero es bueno llamar a la reflexión, haciéndolo de manera individual, haces un listado de responsables en mayor o menor medida, seria bueno que existieran pronunciamientos de quienes están eludidos en tu comentario, sugiero también que el gobierno municipal analizara y tomara cartas en el asunto y dijera en este espacio como va a reaccionar, porque su tiempo como periodista utilizado en escribir debe ser remunerado con resultados. Según su colega Taladrit resumo saquemos nuestras conclusiones, lo anterior todo es verdad pero…….

Orestes Oviedo dijo:

3

14 de octubre de 2016

15:02:27


Al menos en la prensa se publica las indisciplinas y no repite la cacareada frase EL PROBLEMA ES DE TODOS señalando con nombre y apellidos las instituciones responsables. Muchos articulos como este son necesarios en los medios , para lograr perfeccionar el socialismo saludos cordiales Oviedo

Orestes Respondió:


27 de octubre de 2016

09:11:15

Es cierto pero tambien deben dejar que una persona advierta delitos que ve cotidianamente ya que el 106 no actua cuando se le llama, por ejemplo el exeso de dinero que cobran en la ponchera estatal de S.Vegas sobre todo Wiliam un ponche vale 2 pesos y ellos le agregan un cero a la derecha (20 pesos) y entonces a quien llamamos para que ponga orden en este Pais, queremos un Socialismo con dignidad

Ana dijo:

4

18 de octubre de 2016

12:48:52


El Consejo Popular Pilar Atarés Cerro, es mi barrio, supuestamente allí debo disfrutar de PAZ, una palabra tan simple y noble, pero resulta un lugar completamente hostil (como muy bien manifiesta nuestro periodista), porque así lo han decidido un grupo de adolecentes y jóvenes que no dedican su tiempo libre en nada útil para la sociedad, sino por el contrario, en pertubar a las personas que deseamos tranquilidad toda vez que llegamos a nuestro hogar luego de una larga jornada de trabajo, para continuar con las tareas de casa, sin embargo no existe jefe de sector o factor de la comunidad (solo colabora dentro de sus posibilidades la Delegada de la Circunscripción) que impidan estas indisciplinas que se manifiestan a través de conversaciones en alta voz, gritos, palabras obscenas, tirar piedras, botellas, etc, algunas de estas cosas en todo momento y a cualquier hora del día o de la noche, no tengo palabras para describir lo que siento y cuanto está afectando mi salud mental, me siento desprotegida, pero siento dolor y pena de ver a mi país así, donde a todas las personas se les da la oportunidad de estudiar para ganar en cultura y educación y que sin embargo existan grupúsculos que no lo aprovechen y que decidan lo contrario, es hora de tomar medidas. Estoy de acuerdo con Gaspar los aludidos en el comentario tienen que pronunciarse. Gracias.

orestes dijo:

5

27 de octubre de 2016

09:25:03


Cuando personas como usted disimula los errores cotidianos en palabras muy educadas no se llega a entender bien la necesidad de poner fin a las indiciplina, creo que hay que ser mas claro, ya que se puede pensar que lo que escribe pudiera ser un razonamiento o una queja a la espera de una respuesta, a mi entender usted denuncia la incompatibilidad que tiene nuestras instituciones para hallar una solucion, y es como si nadie quiere buscarse un problema, si usted esta de acuerda en que se le apolle, por favor opine uste mismo sobre su tema. Gracias por sacar esta espina a la luz de nuestra sociedad.