ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Al recorrer las plazas y calles de Florencia, en uno de los mercadillos que ofrecen piezas artesanales a los visitantes, Juan Marinello fijó su vista en un plato donde estaba grabada la siguiente inscripción: “El arte no tiene patria, los artistas sí poseen una”.

En más de una ocasión Eusebio Leal ha evocado la anécdota y citado la frase al exponer sus consideraciones sobre la relación entre el lugar donde se nace y la obra que se hace. Rastrear el origen de la sentencia resulta difícil tarea, pero el hecho de que se atribuya a más de un autor y varíen los sitios de pronunciamiento inicial, revela una densidad conceptual inobjetable.

Habitamos un mundo en el que cada vez más las distancias se acortan. La expedición de Magallanes en el siglo XVI, primera en circunnavegar el planeta, demoró cuatro años y ni el mismo capitán se contaba entre los 18 sobrevivientes que regresaron a Sevilla.

Apenas un año y cuatro meses transcurrió el vuelo, con escalas, de un avión alimentado con baterías solares que concluyó el pasado 26 de julio su vuelta al orbe, tripulado por dos pilotos suizos.

Las nuevas tecnologías permiten seguir en tiempo real los acontecimientos de uno a otro confín de la Tierra. Los rascacielos de paredes  espejeantes se empinan lo mismo en Seattle que en Bangkok. El rock enlaza a Edimburgo con Yakarta.

Ese es uno de los rostros de la globalización. En el plano económico no faltan los que cantan loas al proceso de interconexión de los mercados y los flujos financieros, sin reparar en las asimetrías y el reforzamiento de los lazos entre dominación y dependencia.

Para unos parecen no existir fronteras; para otros, la mayoría, estas se tornan cerrojos que impiden la movilidad. Uno de los más tremendos dramas de nuestra época son los desplazamientos forzados, que tienen su raíz en las guerras y el hambre.

Pregúntele, sin embargo, a un refugiado kurdo, somalí o afgano, instalado a duras penas en un país europeo, si olvida de dónde viene, aun cuando los recuerdos de la partida sean traumáticos.

Los cubanos venimos de muchos lugares —en un principio, como diría Guillén, “uno mandando y otro mandado”, pero a fin de cuentas, “todo mezclado”— y hemos forjado una cultura propia, sin que ello signifique atrincheramiento ni exclusividad.

Tras el desgarramiento lírico de Virgilio Piñera al enunciar “la maldita circunstancia del agua por todas partes”, se ha hecho recurrente en algunos asociar esa cualidad a la necesidad de trascender la insularidad. Sin embargo el mismo Virgilio, en ese propio texto, expresó cómo “hay que saltar del lecho con la firme convicción de que tus dientes han crecido, de que tu corazón te saldrá por la boca”, y compartió la idea de que “no queremos potencias celestiales, sino presencias terrestres, que la tierra nos ampare, que nos ampare el deseo”.

Ante el frío cortante de las cataratas del Niágara, Heredia respiró la huella de unas palmas deliciosas; nostalgia de un espacio físico, pero también sustrato anímico. “No hay patria sin virtud”, escribió Félix Varela en una de sus cartas a los jóvenes, y aunque, en efecto, el aforismo tenga asiento en la defensa de la moral social cristiana, también se orienta, en un rango más abarcador hacia la ética que define, de modo raigal, el sentido de pertenencia.

Para Martí, cubano universal como ningún otro, la noción de patria recorrió diversas escalas, desde una visión de ecumenismo auténticamente solidario hasta la interiorización de la pérdida y el dolor: “Dos patrias tengo yo, Cuba y la noche. ¿O son una las dos?” Entregado al deber propone: “Honrar a la patria es una manera de pelear por ella”.

Los cubanos también estamos en muchos lugares. No de ahora, sino desde siempre, aunque en las últimas cinco décadas y media, por razones harto conocidas, la diáspora ha sido más nutrida. Ha habido que vencer obstáculos enormes, despejar enconos y construir paso a paso puentes de entendimiento —a contrapelo de la hostilidad imperial y de sus cómplices anticubanos— para articular la actual relación entre la nación y la emigración.

El territorio espiritual entre los cubanos que viven en la isla y los que residen en próximos o lejanos países crece por día sobre bases sólidas de respeto, comprensión y amor patrio.

Excepciones hay. Individuos que por voluntad propia se expatrian y reniegan de sus raíces. Cada cual es libre de elegir anclaje y destino. A nadie se obliga a sentir o ser cubano. Pero aquí o en cualquier parte tenemos la libertad de no compartir esa elección y confrontarla.

Vuelvo a Eusebio, a unas palabras suyas que sustentan esa otra grande, irrevocable y mayoritaria elección que muchos hemos hecho: “La patria es la poesía, es un sueño, es la tradición, es la lucha, es la sangre derramada por las añoranzas, es todo lo que forma en el hombre una identidad”.

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Joel Ortiz Avilés dijo:

1

26 de agosto de 2016

08:55:29


“La patria es la poesía, es un sueño, es la tradición, es la lucha, es la sangre derramada por las añoranzas, es todo lo que forma en el hombre una identidad”.....!!!!Qué valor tiene esas palabras del maestro Eusebio Leal!!!!.... ...Tenemos que continuar fomentando a través de los valores éticos que nos identifican a los cubanos; el amor a la patria. Ese verdadero sentir que como reflejo condicionado te hace derramar lágrimas desde lo mas hondo del corazón cuando escuchas el Himno Nacional, al ganar un atleta cubano su medalla en cualquier evento; o cuando ves un niño de cinco años de la colmenita recitar unos versos de Martí a nuestro padre Fidel en sus 90 jóvenes años cumplidos....; cuando sales de tu tierra a cumplir misiones complejas en cualquier lugar del mundo sin mirar lo que me van a dar de dinero; sino lo que voy hacer por la humanidad, dejando atraz los seres mas queridos.... Me duele mucho escuchar y rebatirle; en su mayoría a jóvenes, conceptos de la vída actual; donde prevalece el interés monetario por encima de todo y ven en salir de Cuba; al costo de los que sea, la solución de sus problemas..... ....!!!!!¿Nosotros los cubanos, no sabemos todavía lo que tenemos?!!!!....Cada persona es un mundo y como tal debe decidir su vida....pero es preocupánte que deportistas cubanos, formados por esta revolución, se suban a un ring a pelear contra otro hermano de Patria.....!!!!pensé que eso no lo vería nunca...pero se vió en las recién concluidas olimpiadas de Brasil!!!!. ...El trabajo político de hoy, no es el que se hacía hace 10 o 20 años atraz....Ese trabajo complejo, que tiene que ser integral, permanente, en todos los frentes, realizado por todos los cuadros, funcionarios, políticos , militantes y revolucionarios hay que fortalecerlo y renovarlo; porque precisamente una de las direcciones de la subversión enemiga contra nuestra revolución socialista está en quitar de nuestras mentes el concepto de Patria.....y si eso lo permitimos, dejamos de ser libres y Cubanos. !!!!!Venceremos!!!!.

Ana Virginia dijo:

2

26 de agosto de 2016

23:42:13


Totalmente de acuerdo con usted Pedro.Se puede decidir no vivir más en Cuba, pero continuar siendo un ciudadano digno del mundo.Por ejemplo, para mí la actitud del deportista EXCUBANO y ahora español que recientemente ganó plata en los juegos de Río 2016 es penosa. Un negro que desprecia la bandera de una nación que lucha a brazo partido contra prejuicios raciales y de todo tipo , que lo hizo deportista a pesar de ser un pobrete.! Ya veremos a este personaje cuando pierda aptitudes como deportista ! Saludos.

pbruzon Respondió:


3 de septiembre de 2016

22:46:48

ana eso se llama libertad,negro pobre que puede escoger donde y como gastar su talento,cuando se le acaven la facultades puede quedarse en espana o regresar a cuba eso tambien es libertad.

francisco Respondió:


16 de septiembre de 2016

08:30:30

Sr. Pbruzon: libertad no es eso que usted festinadamente llama LIBERTAD. Un ser humano puede escoger dónde vivir. Pero ir contra su propia patria es traición. Viva yo donde viva, Cuba es mi tesoro!