ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

La práctica repetida —o más bien, el sobreentrenamiento diario— la ha transfigurado en rutina, lo rutinario en costumbre, y esta en un ejercicio casi identitario del día a día de cubanas y cubanos que, a falta de medios propios, acuden a ella como válvula de escape en busca de un aventón a su jornada.

Cual augurio de lo que vendrá después, a medida que el sol avance, desde tempranas horas de la mañana un maratón de gente va en su captura. Cual santo grial de una mayoría que deposita en ella sus esperanzas, se dibuja incierta pero optimista, como quien aventura su fortuna al mar en una botella atestada de emociones, esperando a que alguien la encuentre y pueda entrar en resonancia con él, y con las necesidades ahogadas en un papel.

Desayuno para muchos, prueba de estrés para muchos más, hay en este ejercicio cotidiano algo de místico y avieso; una especie de acto unívoco de fe en los demás y en lo que tienen para dar a este, su mundo, y a nosotros, su gente. Botella, autostop, aventón. Nomenclaturas diversas, protagonistas inverosímiles e historias novelescas que, en la peor de las versiones, concluyen con uno jugando a ser Dios, detrás de un volante, y otro sufriendo a ser el simple mortal “de a pie”, con necesidades insatisfechas—e invisibles por momentos— y en espera ahora de un buen samaritano que le tienda, sin reparos, una mano.

Historias que en el mejor de los casos, terminan con uno sensible a la realidad de otro, y ese otro, comenzando la jornada con buena dosis de esperanza en el que decidió abrirle una puerta y compartir un pedazo de día mientras dura el viaje.

Una vez allí, en un asiento vecino, nace otra historia. Y las hay de todo tipo. Desde el conductor amable, además de sensible por haber accedido al aventón, o del que averigua tu árbol genealógico y te pide tu currículum abreviado, aunque sea solo por la manía casi genética de “preguntar por preguntar” . Hay también “botelleros” de todo tipo: desde los inmutables, hasta los que no saben cuándo callar (a veces inconscientemente, para no parecer descorteses). Y también cargan con todo tipo de objetos y sustancias a cuestas, que no pocas veces hacen repensar a los choferes en lo apropiado o no de haberlos adelantado.

Hacer “botella” implica, además del adagio optimista, agilidad, destreza. Una carrera por la supervivencia en una vía que conduce a tu meta más inmediata. Un ajuste moderno de la teoría darwiniana del más apto, al ritmo del pestañear tricolor de un semáforo. Si eres mujer y joven, quizá tengas más suerte. Aun­que nada es verdad absoluta en este mosaico de incertidumbres, almacenadas en una botella.

Hay quienes apelan a ella por comodidad, escapando a los olores coleccionados involuntariamente en los ómnibus articulados, donde se pierden las fronteras del espacio y la gente se acolchona sin miramientos. Hay quienes no tienen de otra, sea por los limitados resquicios de conectividad de su ruta con los medios de transporte público, el insuficiente número de estos, o porque simplemente la cuenta a fin de mes no le da. Las causas pudieran ser muchas otras, pero igual devienen calco y copia de la aún chocante y, al mismo tiempo, esquiva fórmula transportista para garantizar, de una buena vez y sin mayores aplazamientos, la movilidad de los pasajeros.

Y escribiendo del tema, no pude evitar hallarme virtualmente de nuevo frente a aquel semáforo una tarde de lunes en la intersección de 20 de mayo y avenida de Independencia, con la premura y las responsabilidades agolpadas, y el tiempo limitado para recoger a mi hija, que nada entiende aún de esta alocada aventura diaria —ida y vuelta— entre la casa y el trabajo. Yo, en la desesperación controlada que cuaja en su rostro el resignado, en una reacción casi automática giré la mirada, del semáforo hacia la calle a mi espalda, para advertir otras oportunidades sobre ruedas. Era mi momentum, tenía 45 segundos. Él, anticipado, como quien tiene miedo de que le pregunten, reaccionó alérgicamente a mi mirada, sin siquiera haberle preguntado si iba en mi misma dirección. Sacó medio cuerpo por la ventanilla del conductor y con la mano libre pronunció un NO rotundo y frío.

Definitivamente era adivino, sabía para dónde yo iba. Pero un adivino en un carro estatal, con una misma respuesta ensayada de memoria, sea cual fuere mi pregunta, aun cuando sí iba muy cerca de mi destino.

Por suerte, unos metros a su derecha, estaba ella. Yolanda, como la de la canción. Una señora que, indignada por tanto melodrama de él en menos de 30 segundos, decidió desviarse para darme el tan anhelado y, entonces, utópico aventón.

Por desgracia hay muchos como él, de la especie de los que se enseñorean con el rédito de un bien material y creen que estarán siempre detrás de un timón, incluso si es de propiedad estatal, y estatal —en su acepción socialista cubana— implica “poder del pueblo, representado por el Estado”. Por fortuna, también hay muchas personas como ella, dispuestas a leer tu náufrago mensaje de SOS y poner término, hasta que te sorprenda una nueva travesía, a las mil y una incertidumbres acopiadas en tu botella.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

lisette dijo:

1

26 de febrero de 2016

13:24:31


todos vivimos esa agonia de la bottella, que hay diasque no la vemos pasar y por desgracia es cuenado mas apurado estamos...

marilin dijo:

2

26 de febrero de 2016

16:27:03


Hola Sheyla , muchos como usted hemos sufrido de la apatìa de los que timòn en manos se sienten dueños del mundo , en lo personal sufrì una experiencia desagradable con un chofer de la cadena Vìa azùl , me encontraba yo en la terminal de omnibus de Bayamo junto a mi niño de 6 años venìamos del Hospital Cèspedes luego de un largo dìa de consultas entre pedìatras, oftalmòlogos y neuròlogos (De los que si te puedo dar fe nos trataron con amor) , esperabamos la salida de algùn vehìculo rumbo a la parte costera de Granma pues vivimos en Media Luna se detiene este vehìculo a recoger unas personas que por lo que constatè despuès eran conocidos corrì junto a mi bebè para pedir su ayuda , nos dejò montar de muy mala gana y para acabar de completar mi niño en su atropellada carrera derramò su paquete de pellis en el asiento del carro hecho por el cual recibì una reprimenda que me sacò las làgrimas , que de no ser por mi bebè y pensar en los 164 Km que aùn a las 3 de la tarde nos faltaban por recorrer hubiese abandonado aquel vehìculo. Me dejò un sabor amargo a pesar de que en el trayecto del viaje se disculpò con nosotros. Espero que tu reflexiòn toque de cerca a muchos y la sensibilidad gane a la apatìa.

charly dijo:

3

28 de febrero de 2016

09:27:36


pues a mi me parece una practica que destruye los autos estatales esa obligatoriedad de dar botella, ademas de ir en contra de ese chofer, que su trabajo es muchas veces diferente a ser chofer, y generalmente le asignan el carro para cumplir con su trabajo y no para servir de taxi a aquellos que se encuentra en su camino, la botella es voluntaria, no a escopetazos

Panchito Respondió:


29 de febrero de 2016

09:29:51

Charly ¿es mejor que se detruyan las personas eh? me da la impresión de que tienes un carro estatal....

Taimila Respondió:


1 de marzo de 2016

11:14:20

Charly segun tu comentario me da la ligera impresión que eres chofer estatal, lo que sucede es que muchos se creen ser dueños de los autos sn pensar que quizás un día se encuentren a pie porque la vida da muchas vueltas y siempre no estamos en el mismo lugar hay cosas y casos.

Carmita dijo:

4

29 de febrero de 2016

13:39:27


Me alegra Sheyla que hayas retomado el tema de las "botellas", es bueno tocarlo de vez en cuando y sobre todo cuando se olvidan de los de a pie. Charly, con todo respeto, la botella es voluntaria cuando el carro es particular y a escopetazos cuando es estatal y la mente del chofer reacciona como si fuera el propietario. Sería bueno tener escopetas para estos "dueños de autos estatales" que los enseñen lo que significa la solidaridad. Por suerte todavía quedan muchas Yolandas y otros anónimos que al bajarnos tenemos que decir más de una vez, -"Muchas gracias, Muchas gracias".

Charly Respondió:


29 de febrero de 2016

20:11:32

me alegra mucho que las Yolandas son muchas, pero no es obligatorio que todos sean Yolandas, aunque Ud. no lo comprenda un carro estatal no es un premio ni ganarse la loteria, es para trabajar, y ese carro cuesta dinero y luego lleva gastar dinero en mantenimientos y reparaciones y el chofer de ese carro es una persona, cuyo trabajo no es precisamente de taxista, me parece que si hubiera querido ser taxista ya habria cambiado su profesion, y los escopetazos son pa los yanquis, no para nuestra propia gente

Leonor dijo:

5

1 de marzo de 2016

08:09:41


¿ Charli eres chofer estatal?

Charly Respondió:


2 de marzo de 2016

12:34:32

No, no soy chofer estatal, soy un ciudadano con conciencia y que amo a mi pais

KRM Respondió:


3 de marzo de 2016

09:27:24

Charly me parece que el gasto de dinero para el mantenimiento y las reparaciones del carro no es tuyo, es de la empresa a la que pertenece, así que no trates de justificar lo que no tiene justificación, das la impresión de ser una persona mal humorada de las que no le gusta ayudar ni molestar para que no lo molesten. Piensa que ese carro no es tuyo y que no siempre vas a andar en el y si no tienes uno particular algún día vas a necesitar que te den un aventón y ese día te vas a dar cuenta de tú error, porque a lo mejor esa misma persona que te dió la botella es una de esas personas que tantas veces tú se la negastes. Recuerda que la vida da muchas vueltas y que es como un cachumbambe un ratico arriba y un ratico abajo.

Luis Pa z dijo:

6

1 de marzo de 2016

12:11:05


SHEYLA te felcito por la botella pero recuerda que la botella estatales no tienen ojos para los que nesecitan en un momento inesperado Felicidades por el 8 de marzo

Luis Pa z dijo:

7

1 de marzo de 2016

12:17:46


Leonor el problema que charli nunca se a visto cojiendo botella como sheyla pero bueno algun dia ....................

Sheyla DG di Silvestrelli dijo:

8

1 de marzo de 2016

16:00:03


Carmita, Marilín, Lissete, Luis Paz y Leonor... gracias por su sensibilidad con el tema. De verdad que la indiferencia de muchos choferes a veces nos hace pensar en una especie de fatalismo económico, donde los que tienen menos se ven aplastados por la rueda de algunos que nacen con la dicha de tener las llaves de un carro... aunque no todos en realidad, pues si no fuera por la gentileza de quienes comparten nuestros problemas y nos dan un aventón, muchas veces dejaríamos inconclusos (o al menos postergados) no pocos proyectos. Pero en definitiva, no nos queda de otra que apelar al sentido común y denunciar la indiferencia sobre ruedas de unos tantos, que por momentos nos invisibilizan. Infiero, como ustedes, que Charly tiene carro propio. De ser así, ojalá y siempre pueda disfrutarlo y que jamás se encuentre en el dilema cotidiano de los de "a pie".

Sheyla DG di Silvestrelli dijo:

9

1 de marzo de 2016

16:07:53


Luis, me hizo reír con su reflexión. Lamentablemente es así. La historia de Marilín, que mucho ilustra la dimensión del problema (más cuando se trata de un niño pequeño, a la salida de un día intenso de hospital), llega bien de cerca. Gracias también por su felicitación a propósito del 8 de marzo. Lindo detalle.

Lizet Fundora dijo:

10

2 de marzo de 2016

18:16:49


Grande, grande mi Sheyli, como siempre magnifico articulo!

delia dijo:

11

3 de marzo de 2016

10:39:45


Lastima que charly haya caido en este tipo de comentario, pues como dice Sheyla su carro es propio y ojala y nunca le falte, y si es estatal seria bueno que reflexionara, porque como el dice es para trabajar no para otras cosas y hay muchos lugares publico donde muchooos de los se que se les asigna el carro para trabajar disfutan los fines de semana con su familia y no estan trabajando precisamente, como tambien existen los que desvian su recorrido para llevar sus hijos a la escuela, asi que por que no dar un adelanto a los que estamos tratando de llegar y vamos justo por donde ellos van

Aquiles dijo:

12

5 de marzo de 2016

10:15:26


buen día a todos los que de una forma u otra han portado uno que otro comentario, pero creo que charli esta equivocado en lo que dice si ama el país donde creo que nacio no debe de emitir el criterio de que las botellas en carros estatales no son obligadas. creo que lo que debe tener charli es conciencia de que vive en un país donde nos tenemos que ayudar uno al otro como lo dice en la biblia, y no soy religioso, solo un profesor que análiza las cuestiones de la vida, si tienes razón en que los escopetasos son para los yanquis, pero hay personas con cosas estatales que hacen acciones de los de ese nivel del capitalismo.