ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Una amiga de la familia no reparó en llenar de elogios al pequeño del hogar. Y es que realmente estaba “como para comérselo” esa personita menuda que no alcanzaba los dos años de vida.

Su piel blanca y pelo rubio que le caía en la cara sin cubrir los hermosos ojos azules hacían al niño merecedor de sinceros halagos.

Pero la madre, al parecer insatisfecha con los piropos dichos por la amiga a su vástago, alardeó de la inteligencia del mismo, y le preguntó al pequeño:

¿Cómo se le dice a tía cuando fastidia al nene?

Sin pensarlo dos veces, el niño respondió: tía pu... Luego las carcajadas entre la progenitora y su amiga no se hicieron esperar.

Lamentablemente situaciones como estas inundan nuestra cotidianidad. No son pocos los padres que consideran un average el que su hijo profiera improperios.

Aunque no es privativo de un sexo, el fenómeno se manifiesta con mayor frecuencia en los infantes del género masculino pues, erróneamente, sus progenitores asocian la grosería con signos de virilidad.

Pero se equivocan aquellos que circunscriben la masculinidad al mal gusto y la chabacanería ya que mis tíos, padres y hermanos son “machos, varones, masculinos”, (como suele decirse en jarana para dar fe de hombría), y fueron criados bajos estrictos preceptos de la decencia.

Según cuentan ellos, en sus tiempos de niñez hasta una mirada incorrecta se sancionaba con la mano enérgica de abuela o mamá, quienes supieron transmitirles con el regaño oportuno y la respuesta educativa, una acertada formación hogareña que los transformó en hombres de bien.

Por ese sendero deberían conducir todos los padres a sus retoños, sobre todo en esa etapa de la vida en la que comienzan a dar sus primeros pasos y aún no pueden distinguir el bien del mal.

Aboguemos porque germine la inocencia y la ternura, características que hacen de todos los niños seres especiales y dignos de amar.
Para ello es preciso enarbolar, sin recurrir al maltrato, la rectitud en el carácter, lo cual no significa que se deba privar a los bisoños de merecidas cuotas de cariño.

Contrario a gritos o golpes existen disímiles maneras de rectificar una actitud errónea, máxime si contamos con la ejemplaridad para exigir.
No se puede adjudicar solo a la escuela la encomiable labor de educar, ya que es un proceso cuya génesis comienza desde la cuna.

Toca entonces a cada familia elegir la formación que dan a sus hijos y ser conscientes de que recogerán el fruto de lo que sean capaces de sembrar.
Y es que la infancia es la etapa en la que suelen imitarse patrones cercanos, por eso son los padres y parientes más allegados, los principales encargados de preparar al niño para su correcta inserción en la sociedad. Enseñar a los infantes a proferir obscenidades, nunca será un buen co­mienzo.

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DALA dijo:

1

31 de julio de 2015

09:19:55


Buen tema este!!!bueno, estos infantes criados de esta forma serán los indeseables etc etc, en un futuro!! (la gran mayoria de ellos)tristemente esto va creciendo como el marabú, que hasta el momento no tiene control!

Joan dijo:

2

31 de julio de 2015

11:59:27


El niño no debe de hablar de lo que no comprende cabalmente, porque: 1- puede "soltar la palabreja" en el momento menos indicado. 2 - Lo convierte en un antisocial antes de llegar al preescolar.

Lugo dijo:

3

31 de julio de 2015

14:35:20


Bueno, yo presencie algo muy parecido a lo que se narra aqui. Dos mujeres, jovenes, una cargando a su niño, de 1 añito quizas, y su amiga diciendole al niño: "A ver nene, p...." (haciendo alusion al miembro masculino) y asi se lo repitio en varias ocasiones, y las dos mujeres muertas de risa. Muy educativo! Nada, asi vamos.

la cienfueguera dijo:

4

1 de agosto de 2015

11:39:34


excelente tema muy acorde a lo que estamos viendo a diario ,la culpa quien la tiene fácil- LOS PADRES que desde niños los visten con chabacanerías que cuando suelta una palabrota se ríen del bebe y así sucesivamente aumentan en las calles los bandoleros y las malas conductas

MARÍA dijo:

5

3 de agosto de 2015

11:01:37


Felicito a la periodista. Muy buen artículo, muy necesario y muy a tono con los tiempos que vivimos. Es necesario que nuestra prensa escriba muchos artículos como éste, para tratar de educar a nuestro pueblo. No vale la pena que tengamos un nivel promedio de escolaridad de10 grados y que nos preciemos de ello, si por otro lado la gente por lo general no sabe comportarse bien, y lo que es peor, educa mal a las nuevas generaciones. No nos percatamos del inmenso error que estamos cometiendo como pueblo si no damos la importancia que merece al tema de la educación formal y a enseñar buenos modales de las personas, a velar porque desde niños tengan un comportamiento de acuerdo con la moral y las buenas costumbres para formarlos como hombres y mujeres de bien y no como antisociales o personas problemáticas o pendencieras.

Daisy T. Rivero Leon dijo:

6

4 de agosto de 2015

03:45:58


Quizas por mi origen, campesina pobre, sufro lo inimaginable con hechos como los narrados por la periodista ay comentado por los lectores. Me horroriza oir personas mayores expresándose tan grosera mente en publico y en privado. Ademas de falta de educación, que sin lugar a dudas es aunque lo haga alguien con titulo de universitario, me parece una pobreza tremenda de vocabulario, una manera errónea de comunicarse.

Francisca dijo:

7

4 de agosto de 2015

13:26:30


Ya los padres No llevan a sus hijos al Parque porque piensan que el Parque es la escalera, los pasillos y el jardín de los edificios. Si los Padres no tienen a donde llevar a sus hijos no les interesa para nadaaaa que molesten a los vecinos, ah!!! y ni te atrevas a decirle nada ni a los Padres ni a los hijos. Y como en el 99,99% de los edificios no hay encargado, pues quién le pone el cascabel a las Pequeñas Fieras!!!

Yohanna dijo:

8

4 de agosto de 2015

14:44:15


Lo irónico en estos temas es que muchas de las personas que hoy se ríen con el niño y les da tanta gracia las palabrotas, son los que mañana, cuando ya el bebé no sea tan niño; lo criticarán y hasta les darán la espalda.

RUSO dijo:

9

4 de agosto de 2015

21:10:39


Muy bueno este artículo. Concuerdo mucho con los foristas. Aunque el mal hablar se ha generalizado al punto de que las adolescentes ya están a la par o un poco más mal habladas que los barones. Ellas no saben lo que las afea cuando abren sus bocas.

yendrita dijo:

10

5 de agosto de 2015

12:23:46


Tremendo tema esta super bueno! Es cierto que muchs padres son lo que instan a los niños a decir estas palabrotas sin medir las consecuencias que le puede traer para el futuro. Enseñar a los infantes a proferir obscenidades, nunca será un buen co­mienzo. Aunque el mal hablar se ha generalizado al punto de que las adolescentes ya están a la par o un poco más mal habladas que los varones. Es por ello que debemos abogar porque germine la inocencia y la ternura, características que hacen de todos los niños seres especiales y dignos de amar. Muchas gracias a los periodistas por tan importantre tema. creo que deberian publicar temas como estos mas a menudo incluso por la televisión.

Alicia Juncosa dijo:

11

11 de agosto de 2015

16:34:35


Es una lastima que los jovenes no se les ha ensenado como comportarse con gentileza y buen comportatmiento. La masculinidad no tiene nada que ver con la vulgaridad. El hombre demuestra su entereza tratando a todos con amabilidad y buen humor. Que lastima que nos hemos olvidado de ser educados.

Tania dijo:

12

20 de agosto de 2015

11:32:18


En un gran porciento de los casos, la familia piensa y expresa que este papel solo le corresponde a la escuela, que la familia no tiene que ver con la educación y la formación de valores de sus hijos.

jp dijo:

13

4 de septiembre de 2015

09:21:45


Es preocupante ver como cada día a más temprana edad se trasmite a los infantes por sus propios padres malas conductas, malos hábitos y un gusto por lo vulgar cada vez más creciente. Si pusieramos ejemplos comenzaríamos por los hábitos de mesa; ya en casi ninguna casa se come sentado a la mesa, todos van llegando y se van sirviendo y a los nenes delante de la PC o el TV le ponen el plato a la mano, los enseñan a decir mentiras utilizando a sus hijos para esquivar personas no deseadas( sale y dile que no estoy), lo mismo a a la puerta que por teléfono, los visten con ropas inapropiadas para sus edades así como les ponen músicas que nada tienen que ver con el texto infantil que deberían escuchar, donde no hay fantasía en sus letras, ni personajes de cuentos ni animales. Les celebran cumpleaños que se convierten en fiestas para mayores donde el alcohol se pasea entre cada niño que va con sus papás y mamás. Se fuman sus cigarros arriba de sus hijos sin pensar además del daño que les provoca para su salud, en que le están haciendo ver este mal hábito como algo normal; sin quitar que los mandan hasta comprarles los cigarros (que dicho sea de paso) se los venden muy a pesar de estar prohíbido para menores; les ofeneden delante de amigos desde el cículo hasya que llegan a su vida adulta con ofensas que no piensan serán repetidas por ellos hacias sus propios padres cuando estos ya estén ancianos. Y qué decir del lenguaje, es una gracia hacer parte de sus vocabularios cada frase que pega en la calle, como si fuera una gracia, ya el mío, mi tío, mi yunta, loca, perra y etc es como una gracia sobre todo en varones. Qué decir del trato de los hombres hacia las mujeres, violencia doméstica de todo tipo ya es habitual en muchos hogares cubanos delante de todos y como algo normal para demostrar quien manda. Nada que la voluntad política de educar este pueblo tiene que retomarse a la carrera sobre todo redoblar el trabjo de los especialistas de los centros de orientación a la familia que tiene que convertirse en trabajadores de calle, de barrio, de comunidades y así cuantas personas estén a cargo de programas educativos, la TV, con un papel protagónico en esta batalla y así todos los medios; pues veo y así lo ven muchos que la familia cubana se está volviendo incapáz de educar a una velocidad vertiginosa; pues aunque siempre hay padres que se empeñan por lograr sacar de sus hijos unos buenos estudiantes y futuros trabajadores honestos y buenos ciudadanos, no se puede tapar el sol con un dedo y dejar de ver que lo que está primando entre padres e hijos es la mala educación.