El asunto parece repetirse. Algunos trabajadores de unidades básicas de producción cooperativa (UBPC) no acaban de entender, o no se les ha explicado con suficiente claridad, que ellos no perciben salarios: sus ingresos dependen, única y exclusivamente, de lo que sean capaces de producir.
Más de una vez en las páginas de Granma se han publicado quejas formuladas por personas o colectivos, en relación con “el no pago de los haberes” y en la mayoría de los casos, para no ser absoluto, se pudo comprobar la existencia de un panorama realmente desolador en las entidades implicadas en el problema.
Al cabo de los años, y pese a intentos infructuosos por reactivar su situación económico-financiera, algunas de esas UBPC desaparecieron del mapa productivo de los municipios, dejando un rosario de lecciones para las unidades vecinas sobre cómo no hacer las cosas si de agricultura se trata.
Parece, sin embargo, que los males están tan enraizados en este tipo de unidades que cuesta trabajo extirparlos. Al menos, así lo percibió este periodista cuando el Pleno del Comité Provincial del Partido en Camagüey analizó críticamente los resultados económicos del territorio al cierre del primer trimestre del año.
Bien pronto salieron a relucir, entre otras deficiencias, problemas organizativos y de dirección, falta de gestión administrativa, insuficiente vinculación de los dirigentes con la base productiva, desaprovechamiento de la jornada laboral y descontrol en el manejo de los recursos materiales y financieros.
¿Cómo entonces lograr la imprescindible autonomía de gestión si quienes están al frente de buena parte de las UBPC carecen de la preparación idónea para organizar y encauzar los procesos productivos, y forjar en los trabajadores un genuino sentido de pertenencia por su cooperativa?
¿Cómo no van a estar descapitalizadas algunas de esas unidades si no existe control sobre los gastos, se paga sin respaldo productivo o se “entierran” valores sin obtener provecho, acumulando una deuda considerable ante los bancos y con ella también una dosis nada despreciable de descrédito?
Si de hablar claro se trata, es muy poco lo que se puede avanzar ni mejorar económicamente, cuando apenas se labora hasta el mediodía. Mientras no se inculque en los colectivos la convicción de que solo el trabajo los sacará del atolladero, de que el dinero está en los frutos que dé la tierra, las cosas no cambiarán.
Hoy existe un mejor aseguramiento, por supuesto no el ideal, con combustible, maquinarias, herbicidas y fertilizantes, por lo que cada vez resultan menos convincentes los pretextos de tipo material que se esgrimen para justificar el incumplimiento de los planes, la baja productividad y las chapucerías.
A todas luces, de lo que sí han adolecido algunas UBPC es de capacidad de liderazgo y unidad de acción, que permitan estimular las reservas morales de los trabajadores, reorganizar las fuerzas, encauzar las producciones y reanimar integralmente las unidades para buscar la necesaria prosperidad económica.
Ese es el principal reto a enfrentar, que pasa, primero que todo, por un cambio definitivo, no en el discurso de los modos de actuar: mayor responsabilidad, exigencia, control, sentido previsor, espíritu emprendedor y consagración a una tarea que precisa desterrar, de una vez por todas, el desorden, la indisciplina y la ineficiencia.
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welner dijo:
1
22 de mayo de 2015
05:38:51
carlosvaradero dijo:
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22 de mayo de 2015
11:52:11
Javier dijo:
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22 de mayo de 2015
14:20:23
Anar dijo:
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22 de mayo de 2015
14:35:10
Bárbaro dijo:
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22 de mayo de 2015
16:20:04
Ramon dijo:
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22 de mayo de 2015
16:57:36
Anabel Rodriguez dijo:
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24 de mayo de 2015
12:48:16
pbruzon dijo:
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25 de mayo de 2015
18:05:30
Nyls Gustavo Ponce Seoane dijo:
9
27 de mayo de 2015
06:52:32
Arnaldo dijo:
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27 de mayo de 2015
11:21:22
Joaquín Alejandro dijo:
11
28 de mayo de 2015
12:22:35
angelito dijo:
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12 de junio de 2015
20:26:43
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