ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

No están sentados en una mesa de conversación Cuba y Estados Unidos, en un proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas que busca un ambiente de normalización entre los dos países, por arte de magia ni por los favores del azar.

Es un diálogo que llega cual monumento a la resistencia del pueblo cubano y a una Amé­rica Latina, que si hace más de 50 años bajo otro manto de gobernabilidad dejó sola a la mayor isla de las Antillas con la digna excepción de México, retomó el ideario de Simón Bolívar de una gran patria americana para asirse a ella como la plata a la raíces de los Andes, al decir de José Martí.

Durante más de 55 años de hostil enfrentamiento con el bloqueo económico, comercial y financiero como el látigo sobre la espalda, cubanas y cubanos han levantado con sudor, sangre y sacrificio una obra, que no es perfecta, pero que sí es de un humanismo ecuménico por excelencia.

Sin embargo, ha sido acusada la ínsula de violadora de los derechos humanos, justamente por la nación que más los profana, incluso en la propia tierra de la inculpada, pues ese bloqueo es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos. Es, además, un acto de genocidio reconocido por la Convención de Ginebra de 1948.

Son esos derechos y su percepción, una de las grandes diferencias entre ambos países y es uno de los temas que se ponen sobre la mesa de diálogo de igual a igual. Y esa disconformidad pasa por las diferentes expresiones ante el problema de la supervivencia humana.

Es imposible que haya respeto por los derechos humanos si no existe paz, y esta es imposible cuando se alimentan conflictos bé­licos o se amenaza a cualquier región del planeta; si no se reconocen, como ocurre en Es­tados Unidos, convenciones internacionales como la de la protección contra desapariciones forzadas; contra el reclutamiento, la utilización, la financiación y el entrenamiento de mercenarios; la represión y castigo del crimen de apartheid. O si no se es parte, como la na­ción más poderosa, de la de los derechos del niño, de las personas con discapacidad; la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; los derechos de los trabajadores migratorios y de sus familiares.

El campeón olímpico de Roma, en 1960, y luego monarca mundial de los pesos pesados del boxeo profesional estadounidense, Muha­­­mmad Alí, dijo cuando intentaban reclutarlo para ir a Vietnam: “¿Por qué me piden ponerme un uniforme e ir a 10 000 millas de casa y arrojar bombas y tirar balas a gente de piel oscura mientras los negros de Louisville son tratados como perros y se les niegan los derechos humanos más simples? No voy a ir a 10 000 millas de aquí y dar la cara para ayudar a asesinar y quemar a otra pobre nación simplemente para continuar la dominación de los esclavistas blancos”.
La vida es el principal derecho del hombre, por eso hay que volver a Martí: “Dígase hombre y ya se han dicho todos los derechos”.

Cuba está inmersa en el perfeccionamiento de su sistema económico y social, el cual busca un incremento en la calidad de vida de sus ciudadanos, para lo cual hace modificaciones, implementa y abre nuevos espacios de gestión económica. Pero le es difícil precisamente porque tiene como premisa no dejar a nadie desamparado, en franco respeto por los derechos humanos. Y en ese proceso no está exenta de errores, lo cual no quiere decir que muerda las golosinas amelcochadas que le atrofien el paladar, léase las invitaciones a un cambio de sistema económico y social. El socialismo no es negociable, no es una moneda de cambio, él es también una garantía de los principales derechos.

A la par no ha dejado de practicar el principio de compartir lo que tiene, no lo que le sobra y prueba de ello son los 65 000 cooperantes cubanos que laboran en 89 países, sobre todo en las esferas de la medicina y la educación; o los 68 000 profesionales y técnicos, de ellos 30 000 de la salud, que se han graduado en sus aulas, procedentes de 157 países.

Sin embargo, dice mucho de las dos naciones que hoy se sientan a la misma mesa, su presencia y unión en un combate vital frente a la epidemia del virus del ébola en África. De la misma manera, podría hacerse con los mo­destos esfuerzos, expresados y puestos a disposición por la parte cubana, en el enfrentamiento al tráfico de drogas, de personas, en el combate contra el terrorismo y en la lucha frente al peligroso cambio climático. Las discrepancias son sustanciales, pero es crucial para esa misma paz, para respetar los derechos humanos, unir voluntades en los puntos que son comunes, los cuales sustentarían la convivencia y la posibilidad de continuar existiendo en un mundo cada vez más amenazado.

La tercera ronda de conversaciones entre las dos naciones, es una ventana por la cual apreciar uno de los derechos más importantes, el de la soberanía de ambas partes. Avan­zar en las pláticas y seguir en la búsqueda de los resultados que se esperan, es una de las gran­des contribuciones que Cuba y los Es­tados Unidos harían al respeto por los derechos humanos.

“Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra”, no es una expresión salida del Consejo de Derechos Humanos, de una Cumbre de Jefes de Estado o de un ensayo político, sino de la pluma de Ga­briel García Márquez, gran amigo de la vida y un excelente ser humano.

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Jorge dijo:

1

23 de mayo de 2015

15:52:22


Estimado Oscar: A partir de las lógicas exigencias cubanas de indemnización por el bloqueo han comenzado a surgir comentarios acerca de por qué Cuba pide esto si no indemnizó a las empresas americanas cuando las nacionalizó. Le propongo publicar un análisis de lo que sucedió realmente, lo cual no ha sido esclarecido lo suficiente. Por indicación del entonces gobierno de EEUU, sus empresas no aceptaron esta negociación, no siendo así con las empresas nacionalizadas de otros países a los que Cuba indemnizó con azúcar fundamentalmente, previo acuerdo entre las 2 partes. Pero, en el caso de las empresas americanas, la soberbia y el deseo de no sentarse a negociar con el gobierno revolucionario provocó que no hubiera acuerdo en ese sentido. Ahora, por desconocimiento y en algunos casos, con el interés de minimizar la justa exigencia cubana sobre el bloqueo, surgen entre la población estas dudas. Por eso, le propongo profundizar en el tema, pienso que sería esclarecedor para muchas personas, en especial para los jóvenes que no vivieron aquella época, pero que les corresponde defender ésta. Gracias.

Denis Warren Pérez dijo:

2

24 de mayo de 2015

21:15:00


me solidariso con tu opinion por eso tenemos que enarbolar la bandera de la dignida que es la bandera cubana con mucho amor .

Carlos Lobos dijo:

3

25 de mayo de 2015

11:27:04


Excelente!!!! Mejor no se puede describir el proceso de el reestablecimiento de Relaciones estre ambos Paises.

Raúl Luis García Ramos dijo:

4

25 de mayo de 2015

15:29:23


Muy buen artículo Oscar. Considero que si se aplica el concepto de verdadera negociación concebida (a mi modo de ver) como la interacción de dos o más partes con intereses opuestos en la cual finalmente ambas salen beneficiadas y satisfechas, estaríamos muy, pero muy bien encaminados a lograr en este proceso largo y necesario, un impacto altamente positivo para la economía y la seguridad nacional de ambas naciones y por supuesto todo lo que esto traduce en desarrollo, bienestar y crecimiento económico tanto para el sector privado como estatal de ambos países. Hay sensibles temas, que se pueden resolver sin necesariamente reabrir las viejas heridas de la historia. Es hora de mirar hacia el futuro proactivo-cooperativo. Pero si bien hoy alguien pudiera exigir a Cuba que indemnice a todas aquellas compañías americanas por los daños o pérdidas económicas que en el pasado generó la intervención y nacionalización por el gobierno cubano, eso quedaría resuelto cuando en igual medida el gobierno de los Estados Unidos estaría en la obligación de indemnizar a Cuba por las pérdidas económicas y de vidas humanas que ha generado para nuestro país por más de medio siglo (desde el atentado de La Coubre y otros sabotajes contrarrevolucionarios de la época, las actividades criminales de las bandas contrarrevolucionarias, la invasión de Playa Girón, el crimen de barbados y los cincuenta y tantos años de bloqueo criminal) que sin negar los errores administrativos han dejado en la memoria de generaciones una alta cuota de sufrimiento y privaciones individuales y colectivas para lograr la supervivencia de generaciones garantizando un estado de derecho, respeto y dignidad, sino pleno, al menos elemental para todos los ciudadanos. Creo que esto pudiera esclarecer en parte lo que Jorge comenta.

sachiel dijo:

5

26 de mayo de 2015

17:39:19


Jorge(1)Ya los llamados fondos buitres estan detras de esas deudas para ver que obtienen, o sea, en cualquier momento sale una exigencia de alguien que no es ni norteamericano sobre el tema.

Joaquín Alejandro dijo:

6

28 de mayo de 2015

11:41:35


Oscar: Felicidades por ese artículo tan a la medida de estos tiempos de cambios, pero, tambien me uno a la solicitud de Jorge, creo que a la generación actual hay que entregarle todas las herramientas para que puedan seguir labrando la vida de los cubanos. Muchas gracias a Granma por permitirme esta opinión.

Eddy dijo:

7

5 de junio de 2015

12:54:33


Estoy plenamente de acuerdo con la posicion y decision de Clausius Clay, no tenia porque ir a una guerra para matar semejantes solo para satisfacer las ambiciones de los que ejercian y ejercen el poder. Cualquier Gobierno que manda soldados a una guerra civil a otro pais, lo hace por intereses economicos, por intereses politicos o ideologicos y por lo general para ganar el favor de la parte que apoya.