En los últimos años a través de los medios de comunicación se han realizado minuciosos trabajos referidos a las indisciplinas sociales; sin embargo, este flagelo aún lacera nuestra sociedad, convirtiéndola en víctima de la inefable actitud de quienes las propician.
Pero, ¿acaso las malas conductas proceden solo de aquellos pocos individuos que, por ejemplo, sabotean el ornato público? No lo creemos así, dado que proliferan quienes no están apegados a los valores que deben primar en cada ciudadano, respecto al comportamiento cívico.
No obstante las críticas y medidas adoptadas para erradicar las indisciplinas sociales, todavía falta mucho por hacer.
Se requiere entonces un giro significativo a la manera de asumir la prevención y el enfrentamiento a prácticas nocivas de la ciudadanía, como el incumplimiento de las normas de sanidad, actitudes impropias en lugares públicos y el maltrato al entorno o a la propiedad social.
Sin disciplina no es posible el éxito de ningún tipo, ni en la producción, ni en los servicios, ni en ninguna dirección; sin aquella, una obra humana no resulta perdurable.
Por tanto, cuando este valor compartido no se practica con conciencia y consecuentemente, quiebra otros valores y conduce a resultados nefastos, lo altera todo y puede acarrear consecuencias impredecibles.
Cuando no existe un adecuado control de la higiene en las entidades gastronómicas, ello generalmente trae consigo que los clientes, fundamentalmente los niños, sufran enfermedades diarreicas agudas.
Es por ello que las amenazas de enfermedades conocidas o no conocidas son cada vez más frecuentes y peligrosas, y por ello las medidas preventivas asociadas a la higiene ambiental, comunitaria y personal se hacen cada vez más importantes, y a la disciplina y buenos hábitos higiénicos les corresponde la mayor cuota.
Las indisciplinas sociales o de cualquier naturaleza no surgen por espontaneidad, casi siempre están asociadas a la falta de exigencia, de control, la abulia, de cultura y otras dañinas manifestaciones que dejan los espacios propicios para que aparezcan.
El Estado cubano impulsa grandes esfuerzos para erradicarlas; pero no basta solo con medidas de control, imposición de multas y exhortaciones a la población. Cada ciudadano tiene una cuota de responsabilidad en esta batalla estratégica. (AIN)
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jorge dijo:
21
3 de marzo de 2015
11:04:59
Mich. dijo:
22
3 de marzo de 2015
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Barbara dijo:
23
3 de marzo de 2015
11:48:41
el electron dijo:
24
3 de marzo de 2015
13:07:31
Dr.Ramon Romero Hernandez dijo:
25
3 de marzo de 2015
16:21:06
merly bacallao dijo:
26
4 de marzo de 2015
04:49:52
Rafael Pascual Ruiz dijo:
27
5 de marzo de 2015
08:28:36
Pensador dijo:
28
5 de marzo de 2015
09:55:35
jpuentes dijo:
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5 de marzo de 2015
11:15:36
Azulita Sky dijo:
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5 de marzo de 2015
11:30:18
jose antonio dijo:
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5 de marzo de 2015
13:28:12
portuario dijo:
32
12 de marzo de 2015
12:22:26
livanri dijo:
33
18 de marzo de 2015
15:25:18
Jorge A.Chirino Colina. dijo:
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15 de junio de 2025
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