ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) asegura que el 95 % de la transformación climatológica se debe a la actividad humana. Foto: Reuters

Mario Luis, mi vecino de al lado, se asoma todas las mañanas al balcón para expresar su sufrimiento por el calor. No me creo mucho eso de la sensación térmica. El calor actual es un puro demonio, me asegura.

Pero la realidad climática de nuestros días es algo más que el calor que sentimos los cubanos, es un fenómeno que se extiende por regiones, océanos y hasta los más inhóspitos lugares del planeta Tierra.

El cambio climático y la economía basada en el uso intensivo del carbono causan la muerte de alrededor de cinco millones de personas cada año y originan pérdidas económicas equivalentes al 1,6 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, según revela el segundo informe presentado a la ONU sobre Vul­ne­ra­bilidad Climática.

El documento especifica que de los cinco millones de muertes al año, unas 400 mil se deben al hambre y las enfermedades transmisibles agravadas por el cambio climático y 4,5 millones vinculadas a la contaminación at­mosférica.
El fenómeno ya está costando a la economía mundial 1,2 billones de dólares al año; y los más perjudicados, como ocurre siempre, son los países más pobres que tendrán pérdidas hasta de un 11 % del PIB como promedio para el año 2030, agrega el informe.

Un claro ejemplo negativo de lo que está provocando actualmente el cambio climático se observa en el océano Ártico donde el volumen de hielo se ha reducido un 36 % en la temporada de otoño y un 9 % en la de invierno.

Se conoce que un grupo de investigadores, identificados con datos del satélite CryoSat desde 2008, han comprobado la pérdida de unos 4 300 kilómetros cúbicos de hielo en el Ártico en otoño y alrededor de 1 500 kilómetros cúbicos en invierno.

Por su parte, el Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) ase­gura que “ya no hay ninguna duda de que el clima está cambiando”, y añadió que “el 95 % de este cambio se debe a la actividad hu­mana”.

En este contexto, el presidente del IPCC, Ra­jendra Pachauri, señaló en particular la ne­cesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, un factor “del que dependerá lo que suceda en muchas partes del mun­do en los próximos años”.

Está claro que el deshielo y la disminución de los casquetes polares constituyen la parte más visible del cambio climático, pero, sin du­das, el calentamiento global tendrá consecuencias muy graves también en otras regiones, especialmente en los trópicos, donde las variaciones de temperatura y humedad darán lugar a climas inéditos hasta ahora. El impacto sobre el clima producido por las emisiones de gases contaminantes salidos de las chimeneas de las grandes industrias y de los tubos de escape de los miles de millones de automóviles que circulan en el mundo, forman parte del componente destructor del hábitat actual y del futuro.

Un ejemplo de este impacto negativo se re­fleja en un despacho noticioso de la agencia inglesa Reuters, que señala que las emisiones combinadas de Associated British Foods, Co­ca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International, Nestlé, Pes­piCo y Uni­lever, totalizan 263,7 millones anua­les de toneladas de gases causantes del efecto invernadero.

Los diez grandes gigantes de la industria alimentaria emiten juntos una cantidad de gases de efecto invernadero mayor que la mayoría de  los países del mundo, según denunció la organización Oxfam ambiental.

Se estima que los productos como los ce­reales y algunos lácteos podrían subir su precio hasta un 44 % en los próximos 15 años como consecuencia del cambio climático.

En un estudio realizado por el Banco In­teramericano de Desarrollo en cuanto al tema se refleja la pérdida de un 80 % de los arrecifes de coral del Caribe, lo que puede tener un costo anual entre 7 mil y 12 mil millones de dólares.

A su vez, una de las secuelas más impresionantes del calentamiento del planeta es el aumento del nivel del mar, unos    17 cm durante el siglo XX, cifra muy superior a la de siglos precedentes.

No es ocioso volver a la conclusión que aparece en el informe del Panel In­ter­gu­ber­na­mental del Cambio Climático (IPCC) en cuanto a que “el cambio climático está sucediendo ahora mismo, no hay vuelta atrás”.

Puede ser esta sentencia la que permita abrir las entendederas a gobiernos y empresas de todo el planeta, fundamentalmente del mundo rico, en cuanto a la urgencia de adoptar medidas concretas a favor del medio am­biente, que es igual a decir en favor de la vida.

Resulta obvio que mi vecino se convencerá de que el único demonio no es nuestro actual sofocante calor, sino la realidad de un mundo en que, como advirtiera Fidel en la Con­ferencia de Naciones Unidas sobre Medio Am­biente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, “una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”.

También explicó el Comandante en Jefe que “es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio am­biente”.

“Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer”, aseveró.

Y finalmente advirtió: “Mañana será de­masiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.

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FRANCISCO dijo:

1

3 de septiembre de 2014

07:01:00


Muy interesante, instructivo y de advertencia este artículo. Saludos Elson

toyo dijo:

2

3 de septiembre de 2014

12:58:36


Cuba no es una sociedad de "consumo" pero la contaminación esta presente en ríos y costas

victor ramos dijo:

3

4 de septiembre de 2014

23:56:35


...Associated British Foods, Co­ca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International, Nestlé, Pes­piCo y Uni­lever, totalizan 263,7 millones anua­les de toneladas de gases causantes del efecto invernadero.... CRIMINALES, solo desean enriquecerse.

Gonzalo Hernández dijo:

4

5 de septiembre de 2014

02:00:19


Esta enfermedad medio-ambiental, se parece en sus tristes consecuencias al ébola africano. Ni la ONU -que por cierto tiene el desastre entre sus funciones- ni los países ricos, ni los individuos super-ricos, emplearán sus recursos en alejar en el tiempo lo inevitable. Decía mi padre una frase que seguramente aprendió del suyo: 'Dios ciega a quien no quiere ver' y parece que quienes pueden ver en esta tragedia apocalíptica de los mundos que se transforman constantemente, no quieren hacerlo ahora. ¡Pobre humanidad! ¡Hemos fabricado nuestras propias trampas!

Edgar Perez Ramirez dijo:

5

9 de septiembre de 2014

14:52:35


COMO LA VE????

naruto dijo:

6

9 de septiembre de 2014

18:16:44


Es inconsevible ver como en las ciudades hay mas arboles que en nuestros campos

Karel dijo:

7

12 de septiembre de 2014

00:50:12


Desgraciadamente, los pronósticos sobre este asunto son bastante sombríos. Y si somos objetivos, más todavía. ¿Por qué? Pues por las mismas razones por las que las clases dominantes no sueltan el mango de la sartén del sistema socioeconómico y hay que quitárselo. Mientras los grandes consorcios ganen dinero, poco les importa el clima o el entorno natural en el que va a vivir la Humanidad en el futuro cercano. Piensan ellos, que sus hijos y nietos de la élite privilegiada tendrán acceso a una naturaleza exclusiva, una naturaleza reservada para las "VIP", y no se dan cuenta que la biosfera es una sola, y que todos los ecosistemas son interdependientes. O quizás, simplemente, no les importa ni el futuro de sus nietos. Así es la avaricia de las élites económicas. No podemos esperar que suelten el mango de esa sartén, hay que quitárselo, incluso por la fuerza.