Además de un bien preciado y hasta una rareza, por este corre-corre en que vivimos y que nos hace desear que el día tenga más de 24 horas, el tiempo libre —y sus usos, claro está— es hoy por hoy y cada vez más tema de interés y preocupación en el mundo entero y una prioridad en la agenda de Cuba para la investigación, el debate y, sobre todo, para la acción.
¿Razones? Bastaría esta: el bienestar físico y espiritual del ser humano —esa calidad de vida superior a la que aspiramos como pueblo y para cada ciudadano— depende en gran medida del destino que a ese tiempo damos, y ahí la cosa se complica, porque libre, personal e intransferible como es, con su tiempo cada quien decide qué hacer, igual si son días, horas o minutos.
Pero, hay más. Está, también, la edad. De recreación se habla y enseguida pensamos en los niños, adolescentes y jóvenes, asociación lógica y más que justificada —aunque no muy justa que digamos—, pues la adultez y las responsabilidades que trae consigo acortan el tiempo real que el individuo dispone para sí y le exigen pensar en “nos” y en “otros”, antes que en “yo”.
Por supuesto que la edad influye en los gustos e intereses de una persona, como influyen, también, su nivel cultural y de vida, ocupación, lugar de residencia, educación, familia, personalidad e, incluso, los estados de ánimo.
De acuerdo con las investigaciones, escuchar música constituye el principal pasatiempo de los jóvenes cubanos. Hijo de gato caza ratón y bien sabemos cuán musical es nuestro pueblo, así que nada de malo podría haber en eso. El pecado está en la ignorancia, la estrechez, la incapacidad de muchos de disfrutar la música a plenitud, en toda su variedad y riqueza.
Y no es querer verlos conmoverse hasta las lágrimas con una sinfonía de Mozart o Beethoven. Eso sería lo máximo. Es que para ellos únicamente existen esas canciones pegajosas y tontas, o peor aún, las soeces.
Hiere los oídos y el alma oírlos cantar a voz en cuello, como en trance y con tanta fruición, que podría parecer que cursilería y obscenidad ocultan un mensaje inteligente, solo descifrable para esos jóvenes.
Por otra parte, interactuar deviene una necesidad humana y está bien compartir con los amigos, celebrar, irse de fiesta. En esas ocasiones unos tragos pueden hasta hacer más animada la velada. Lo que sí no está nada bien es convertir la vida en una interminable sucesión de juergas, entramparla en una botella o verla pasar desde la esquina donde los “socios” del barrio se juntan para matar el tiempo.
Unos dirán que para gustos se han hecho los colores; otros, que hay gustos que merecen palos. Así de complicado resulta el asunto. Personalmente, opino que el gusto se educa, se cultiva, como también se deforma o hasta podría ser una malformación congénita, si como afirman los científicos la música y otros sonidos del mundo exterior traspasan el vientre materno.
Creo en la educación, en la cultura, en su poder sanador y como antídoto. Ahí está la clave para revolucionar patrones y conceptos, ampliar horizontes en materia de recreación y desarrollar en el ser humano un sexto sentido crítico, a modo de filtro y escudo, para que incluso cuando urge “desconectar”, sea capaz de discernir y preservarse de cuanto embrutece, enajena, envilece y destruye.
Por ese camino anda Cuba desde hace rato, con pasos cortos, pero firmes, sumando voluntades, multiplicando afanes, evaluando constantemente. Sistematicidad, integración, coherencia, constituyen las premisas de este esfuerzo, que apuesta por la diversidad y la calidad de cuanto se hace, no solo en el verano, sino durante todo el año.
A fuerza de repetirse puede sonar a slogan, pero ni más ni menos se trata de alentar una recreación culta, sana y útil. La ociosidad no tiene por qué ser la madre de todos los vicios. Propuestas inteligentes, orientadas a fomentar el disfrute de aprender y el placer de saber, prueban lo contrario.
Cumplidas hace mucho metas para otros cada vez más lejanas, Cuba sigue defendiendo la esperanza e invirtiendo en esa promesa y garantía de futuro que son los “pinos nuevos”, también desde la recreación, decisión personal, sí, pero también ¿quién lo duda?, asunto de todos.


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Robespierre dijo:
1
1 de agosto de 2014
13:48:24
MARTA L. GOMEZ MARTINEZ dijo:
2
1 de agosto de 2014
16:13:43
habanero dijo:
3
2 de agosto de 2014
09:32:01
habanero dijo:
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2 de agosto de 2014
09:39:32
yanes dijo:
5
2 de agosto de 2014
13:18:34
Alex dijo:
6
2 de agosto de 2014
22:03:33
EMBM dijo:
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3 de agosto de 2014
15:35:03
Bryan dijo:
8
3 de agosto de 2014
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RoGar dijo:
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4 de agosto de 2014
14:33:06
RoGar dijo:
10
4 de agosto de 2014
14:39:41
vilma dijo:
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6 de agosto de 2014
00:16:58
katia dijo:
12
6 de agosto de 2014
14:47:22
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13
6 de agosto de 2014
15:07:25
Máximo dijo:
14
6 de agosto de 2014
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Javier dijo:
15
6 de agosto de 2014
15:31:50
Alexei R. dijo:
16
7 de agosto de 2014
09:20:11
Edgar dijo:
17
16 de agosto de 2014
18:07:31
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