ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: RT

El acuerdo de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Su­dá­frica) para crear dos nuevas instituciones financieras multilaterales —un Banco de Desarrollo (el New Development Bank, NDB) y un Fondo de Reservas (el Contingency Reserve Arrangement, CRA)— cons­tituye una excelente noticia para la arquitectura financiera internacional, para los países emergentes en general y para América Latina y el Caribe en particular.  

Este acuerdo, consensuado en Fortaleza, es en parte una respuesta al descontento de estos países por el escaso avance en la reforma de la arquitectura financiera global para responder a los desafíos que enfrentan las economías emergentes y en desarrollo.

El proceso de reforma tampoco ha hecho justicia al creciente peso que han asumido estas cinco economías en distintos ámbitos de la gobernanza global. Entre el 2000 y el 2013 los países emergentes pasaron de representar menos del 40 % del PIB mundial a la mitad del mismo y esta tendencia también se refleja en el peso de este grupo de economías en la inversión, el consumo y las exportaciones mundiales.

El acuerdo alcanzado perfila respuestas constructivas a tres grandes desafíos de muy larga data que presenta el sistema financiero internacional: la gobernanza de las instituciones financieras multilaterales; el logro de una mayor capacidad para canalizar recursos al financiamiento del desarrollo sostenible e inclusivo, y alcanzar una mayor estabilidad financiera como bien público global.

El sistema financiero internacional se ha regido tradicionalmente por un grupo reducido de países de­sarrollados, quienes ostentan el mayor poder de participación, voto y decisión en los organismos internacionales. El reciente consenso de los BRICS es el acuerdo financiero multilateral más importante desde la creación de las instituciones de Bretton Woods. Será un importante incentivo para completar la arquitectura financiera global.

La necesidad ineludible de reformar la gobernanza de las instituciones financieras de Bretton Woods surgió con mayor fuerza que nunca en el periodo de la Crisis Financiera Global (2008-2009). El proceso de reforma se ha materializado, en parte, en la revitalización de las instituciones financieras multilaterales mediante el aumento de sus niveles de capitalización y la flexibilización de las condiciones de otorgamiento de financiamiento.  Pero las iniciativas concretas para la modernización de la estructura de gobernanza han sido mínimas y se han dilatado en el tiempo.

Si bien, por ejemplo, fue aprobado el aumento comprometido en el tamaño del Fondo Monetario Internacional, las reformas del 2010 a su estructura de toma de decisiones no han sido aún implementadas. Por ello, nada garantiza a las economías emergentes y en de­sarrollo que, de enfrentar una crisis de balanza de pagos, las instituciones financieras de Bretton Woods no vuelvan a imponer las condicionalidades que tanto inhibieron los procesos de desarrollo en el pasado.

En este contexto la constitución de estas dos nuevas instituciones por parte de los BRICS, NDB y CRA, constituye una apropiación más autónoma del futuro.

Y se hace con voluntad constructiva, con plena claridad de propósitos. Como lo señaló la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, la creación de estas instituciones no se hace en contra del Banco Mundial o del FMI, sino que “se hace a favor de nosotros mismos”.

Otra de las carencias que persiste en el sistema financiero internacional es la dificultad para movilizar recursos hacia un desarrollo sostenible e inclusivo.

En las últimas dos décadas el sector financiero y sus instrumentos se han expandido de manera exponencial y muy por encima del crecimiento del PIB. Entre 1990 y el 2010 el valor de los activos financieros en el mundo pasó de 221 billones a 600 billones de dólares mientras que el PIB global se expandió de 22 billones a 64 billones. Para el 2020 se estima que los activos financieros globales se sitúen en 900 billones de dólares mientras el PIB rondará solo los cien billones. Esta expansión financiera responde al aumento de la importancia del mercado de capitales en la intermediación financiera y de los activos líquidos como los derivados, más que a un proceso de asignación del ahorro hacia objetivos de financiamiento para el de­sarrollo.

En este contexto el nuevo Banco de Desarrollo viene a desempeñar un rol central. La nueva institución contará con un capital de cien mil millones de dólares (inicialmente de 50 mil millones) y fue creada con el objetivo de movilizar recursos para financiar proyectos de in­fraestructura y desarrollo sostenible no solo en los países BRICS sino en otros países emergentes.

  El gasto en infraestructura es un pilar esencial para potenciar el de­sarrollo económico, social y am­bien­tal, ampliar el acceso a los servicios de los más vulnerables, y reducir la desigualdad.  

De acuerdo con CEPAL, América La­tina y el Caribe necesitan una in­versión anual promedio en infraestructura del orden de 6,2 % de su PIB para el periodo 2012-2020. En este sentido, el Nuevo Banco de De­sa­rrollo BRICS abre una fuente de financiamiento adicional a las ya disponibles y amplía el abanico de opciones para los países en términos de instrumentos y mecanismos.

El acuerdo alcanzado por los BRICS es un importante estímulo a la estabilidad financiera como bien público global. El creciente número de crisis que se han registrado a ni­vel mundial a partir de la década de los ochenta en los países desarrollados y en desarrollo (cuatro en la década de los setenta, 38 en los ochenta y 74 en los noventa) de­muestran que la volatilidad e inestabilidad son males endémicos que han sido potenciados por la creciente globalización financiera, y que los países desarrollados son tan vulnerables a los vaivenes de los mercados financieros y a sus efectos de contagio como los países en de­sarrollo.

El establecimiento del Fondo de Reservas entre las cinco economías de los BRICS como mecanismo preventivo y de apoyo a la liquidez de balanza de pagos constituye un aporte para enfrentar la volatilidad y promover la estabilidad financiera. Además complementa los es­fuerzos de otras regiones en de­sarrollo. Este Fondo se ha establecido como un acuerdo de swaps de moneda por un monto de cien mil millones de dólares de los cuales China participa con unos 41 mil millones, Brasil, India y Rusia con 18 mil millones cada uno y Su­dá­frica con cinco mil millones.

La estabilidad financiera de los BRICS constituye una externalidad positiva para la economía global. Más allá de los temas financieros se trata de un avance histórico me­diante el cual los países emergentes toman la responsabilidad de su propio desarrollo y disponen sus recursos para financiarlo.

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rafael camejo dijo:

1

30 de julio de 2014

22:41:18


Excelente instrumento financieros, porque los existente son los que mantienen la crisis mundial de forma ciclica. Cuales paises tendran acceso a prestamos? porque si los prestamos para construir infraestructura lo usan para comprar carros de lujos, entonces los contribuyente del pais deudor, no saldran de la crisis ciclica ya mencionada. gracias

Enrique Silvestre dijo:

2

31 de julio de 2014

09:16:27


Sugiero que junto a este excelente artículo, se acompañen algunos datos de su autora, que es la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, quién nos ha visitado en varias oportunidades y ha ofrecido numerosas y muy interesantes intervenciones dentro y fuera de Cuba, sobre nuestro país. A continuación les envío algunos de estos datos: Alicia Bárcena asumió como Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el 1 de julio de 2008. Previamente se desempeñó como Secretaria General Adjunta de Gestión en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, y cumplió tareas como Jefa de Gabinete y anteriormente como Jefa Adjunta de Gabinete de Kofi Annan, entonces Secretario General de las Naciones Unidas. En la CEPAL ocupó el cargo de Secretaria Ejecutiva Adjunta y Directora de la División de Medio Ambiente y Asentamientos Humanos. En las Naciones Unidas fue Coordinadora del Programa de Desarrollo Sostenible de América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Coordinadora del Proyecto Ciudadanía Ambiental del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Además, fundó y dirigió el Consejo de la Tierra, organización no gubernamental con sede en Costa Rica, encargada del seguimiento de los acuerdos suscritos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro (Brasil), en 1992. Alicia Bárcena ha sido profesora e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México y ha publicado numerosos artículos sobre desarrollo sostenible, políticas públicas, medio ambiente y participación pública. Tiene una licenciatura en Biología y obtuvo una Maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard. Finalizó los cursos de la Maestría en Ecología e inició estudios de doctorado en Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Gonzalo Hernández dijo:

3

31 de julio de 2014

19:59:18


Por supuesto, USA y la UE que tienen sus mecanismos de retroalimentación económica basados en armas, tensiones y conflictos de 'Baja intensidad', saben que esta tendencia indetenible e irreversible que reprenta BRICS para el mundo, sólo pueden enfrentarla con la absurda política que parece ser la única que conocen y respetan: la hegemónica de las tensiones y los chantajes. ¡Cuidado! están en el Círculo Vicioso de su auto-destrucción y sus zarpazos son impredecibles.

Alex dijo:

4

31 de julio de 2014

23:28:29


Interesante analisis de la Secretaria General de la CEPAL, especialmente cuando señala el efecto positivo en la Economia Mundial