
La vía es, en muchas ocasiones, reflejo de la misma agitación social que vive el ciudadano común y, lamentablemente, también en ella se expresan indisciplinas de diversa índole que afectan incluso el sencillo acto de caminar en cualquiera de nuestras avenidas.
De esta manera, andar por una acera puede ahora incluso resultar penoso. Roces físicos no intencionales, gente que no mira hacia el lado, personas que no respetan al transeúnte que viene en línea recta y se le atraviesan sin el mínimo respeto, determinadas mujeres que no alzan su sombrilla al darse cruce con otros; son solo algunas de las actitudes que afectan la utilización de ese importante paso para los peatones.
Añádasele a ello los autos y motocicletas que son lavados, reparados o exhibidos arriba de las aceras, donde jugadores de dominó —en ocasiones con una botella de ron debajo de la mesa—, impiden la circulación.
Del otro lado, en la vía, ciertos peatones se abalanzan delante de vehículos, con la vista en línea recta, acaso convencidos de una presunta obligación de frenar el auto ante su presencia, sin tener en cuenta la física, las matemáticas, los riesgos... Se repiten imágenes de ómnibus desbordados de viajeros, algunos con las puertas abiertas, y otros no tan abarrotados, pero cuyos choferes han olvidado cerrarlas o utilizan esta medida ante el calor.
Aunque los camiones de carga deben depositar su mercancía en los centros comerciales después de las seis de la tarde, en verdad lo hacen a cualquier hora. Como la mayor parte de las bodegas se encuentran en las esquinas, al ubicarse allí, perjudican la visibilidad. Igual lo hacen carretones a la venta de productos agrícolas; o hasta árboles o arbustos que no deben estar en dichas intersecciones, pero no obstante, continúan sin ser cortados.
Los coches de caballo adelantan sin percatarse, o sin importarles, que por la senda rápida vienen autos o motos, lo cual de hecho ha ocasionado accidentes. No pocos carros estacionan en el espacio prohibido establecido antes de los semáforos.
Jovencitos motorizados compiten en sus bólidos, ebrios, de noche, en diversas carreteras, sin tener en cuenta el tremendo peligro en que incurren y el posible daño a provocar.
Las anteriores figuras están penalizadas en los artículos de la Ley 109 y se combaten por las fuerzas de Tránsito. No obstante, el fenómeno va más allá, al conectarse con la causa misma de otros males de la sociedad cubana contemporánea, los cuales hallan su origen en lagunas formativas en los hogares, falta de educación y conciencia y de valores cívicos.
De manera que en verdad hace falta una revolución en este campo, pues la cultura vial resulta no solo una necesidad del acervo y la civilid
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Modesto dijo:
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5 de junio de 2014
23:14:48
Pedro Margolles dijo:
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6 de junio de 2014
09:19:03
Reinaldo dijo:
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6 de junio de 2014
11:00:15
Julio Martínez Molina dijo:
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6 de junio de 2014
11:18:14
Julio Martínez Molina dijo:
5
6 de junio de 2014
11:28:08
Mayara Mora Martínez dijo:
6
6 de junio de 2014
14:24:28
alberto dijo:
7
6 de junio de 2014
15:43:17
Julio Martínez Molina dijo:
8
7 de junio de 2014
09:04:40
cb dijo:
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7 de junio de 2014
13:59:21
pbruzon dijo:
10
7 de junio de 2014
19:37:49
Manuel Trujillo Artiles dijo:
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8 de junio de 2014
00:29:13
Julio Martínez Molina dijo:
12
8 de junio de 2014
11:21:20
Asela dijo:
13
9 de junio de 2014
13:47:17
Yeini dijo:
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9 de junio de 2014
13:51:52
Yeini dijo:
15
9 de junio de 2014
13:53:54
Julio Martínez Molina dijo:
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10 de junio de 2014
08:21:47
Julio Martínez Molina dijo:
17
10 de junio de 2014
09:22:48
Luz dijo:
18
11 de junio de 2014
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OmarSH dijo:
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12:13:22
Yeini dijo:
20
11 de junio de 2014
15:18:07
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