
Las pasadas elecciones al Parlamento Europeo demostraron que los partidos políticos tradicionales están perdiendo fuerza entre un electorado curtido por varios años de crisis económica y social.
Sin embargo, algunas noticias son alarmantes. Una parte considerable de la inconformidad generada por el desempleo, los rescates bancarios y los recortes sociales, ha ido a parar a grupos de ultraderecha, antinmigrantes, euroescépticos o, incluso, abiertamente neonazis.
La representación que alcanzaron estas organizaciones entre los 751 escaños del órgano legislativo de la Unión Europea (UE) no tiene precedentes en su historia.
Las alarmas han saltado por todo un continente que lleva las cicatrices del fascismo y las decenas de millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial.
En este contexto, uno de los mayores “terremotos electorales”, denominado así por medios de prensa locales, se produjo en el Reino Unido, con la victoria del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP, por sus siglas en inglés).
El UKIP es un partido euroescéptico de acuerdo con su posición de defender la retirada del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Asimismo, se opone a la inmigración, tanto la que proviene de países europeos como de otras regiones.
El UKIP, liderado por Nigel Farage, ganó las elecciones europeas en su país con el 27,5 % de votos y aumentó hasta 23 el número de eurodiputados en relación con los 13 que contaban anteriormente.
Para Farage, este es el “resultado más extraordinario en la política británica en cien años”. Es la primera vez desde el año 1910 que ni el Partido Conservador, ni el Laborista consiguen imponerse en unas elecciones.
Farage vio en el ascenso del euroescepticismo la constatación por parte de los electores de “los dos grandes errores de la UE”: la zona euro y la apertura de las fronteras a países exsoviéticos.
Algo similar ocurrió en Francia, donde el ultraderechista Frente Nacional (FN) se llevó la victoria en los comicios y se hizo de 24 de los 74 escaños que estaban en juego en el país.
Marine le Pen, al frente del FN, afirmó que la victoria de su partido mostró que los franceses “no quieren seguir siendo dirigidos desde fuera”, en alusión directa a la comunidad europea.
El primer ministro galo, Manuel Valls, dijo que “este escrutinio es más que una nueva alerta, es un shock” porque ha puesto a la extrema derecha “netamente en cabeza”.
Otro caso preocupante fue el del neonazi Amanecer Dorado, en Grecia, que obtuvo un éxito temido por todos: un 9,3 %, para colocarse en tercer lugar como actor político, a pesar de que buena parte de su dirigencia enfrenta cargos penales por actividades fascistas.
LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Al otro lado del espectro político, organizaciones progresistas y de izquierda también vieron un crecimiento exponencial del número de personas que apoya su visión de una Europa más humana.
Algunos analistas mencionan como sorpresa de la jornada el resultado del recientemente creado partido Podemos, en España, que se quedó con aproximadamente el 8 % de los sufragios y se ubicó como cuarta fuerza política del país.
Podemos es una formación que surge tras el movimiento de los indignados o 15-M dirigido por el profesor de Ciencia Política, Pablo Iglesias. Su programa se basa en seis puntos que consideran necesarios para “salvar la democracia”: recuperar la economía, conquistar la soberanía, la libertad y la igualdad, recuperar la fraternidad y la tierra.
Podemos presenta iniciativas como crear empleo digno para los habitantes del sur de Europa, redistribución de la riqueza con el fin de crear un nuevo modelo de desarrollo, derechos para los inmigrantes o igualdad entre los territorios de la UE y la salida de España de la OTAN.
En cuanto al aspecto económico, pretenden nacionalizar la banca y sectores estratégicos de la economía, penas más duras para los delitos fiscales y la lucha contra la corrupción.
El número de votos obtenido por Podemos, se suma al 9 % del partido Izquierda Unida (IU), que tiene una amplia tradición de lucha social en ese país.
La sumatoria de sus fuerzas representaría un duro golpe al gobernante Partido Popular y el opositor Partido Socialista Obrero Español, que si bien quedaron en primer y segundo lugar, respectivamente, vieron reducida su participación en el hemiciclo.
En Grecia, uno de los países más golpeados por la crisis, la organización de izquierda liderada por Alexis Tsipras, Syriza, obtuvo la victoria en los comicios con más del 26 % de los votos, frente al 22,71 % del conservador Nueva Democracia, que gobierna en coalición con los socialistas (PASOK).
El resultado confirma el paso arrollador de esa coalición de izquierda que ha defendido una alternativa para su país, golpeado por duros ajustes a cambio de multimillonarios rescates económicos.
No cabe duda de que el Viejo Continente transita un nuevo capítulo de su milenaria historia, cuyo desenlace será, al final, una decisión de los europeos.
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Juan Sánchez Monroe dijo:
1
30 de mayo de 2014
09:34:19
Canrio. dijo:
2
1 de junio de 2014
15:29:45
Gf dijo:
3
4 de junio de 2014
10:11:09
zoila gonzalez dijo:
4
30 de septiembre de 2014
13:00:51
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