No hablaré de las frases que han marcado la historia del pueblo cubano, aunque estas también lo han hecho de algún modo. No me referiré al glorioso “¡Patria o Muerte!” que nos ha definido como nación y que dejó claro nuestro propósito de defender la independencia e integridad de esta Isla hasta el último aliento.
Tampoco al impetuoso “¡Aquí no se rinde nadie!”, que salido de la garganta del Comandante Juan Almeida no fue un grito de guerra, sino la síntesis de un sentimiento común; ni al “¡Hasta la victoria siempre!” del entrañable Guerrillero Heroico.
Me referiré a otras frases que, de tanto repetir, se han convertido en “hechos irrebatibles”, en promesas para próximas ocasiones, en “consignas” que justifican insuficiencias y dan aliento para un futuro más próspero.
En nuestro propio diario nos hemos hecho eco de las reuniones de balance que distintos organismos realizan sobre su trabajo anual. ¿Cuántas veces no se escucha en ellos que se necesita “más disciplina laboral”, que “para el próximo año se obtendrán mejores resultados”, o que “se está trabajando en ese aspecto”?
Tal vez por el largo tiempo que suelen demorarse las reuniones, por falta de sentido de pertenencia o por simple apatía, opiniones como las anteriores no son rebatidas con la fuerza que se pudiera y se requiere. Porque, ¿realmente convence la posibilidad de “hacer más con menos”, por ejemplo?
Esta frase, que originalmente se refirió a la necesidad de evitar el derroche de recursos, es empleada ahora como convocatoria para el aumento de la productividad. Pero, sin una correcta planificación de la llegada de los insumos, o de recursos necesarios, no pueden lograrse resultados superiores.
No buscamos aquí desterrar frases del argot usual del cubano. La alerta es sobre los pensamientos que se han transformado en “consignas”, tratando de actuar como aliciente de situaciones injustificables.
Si bien es cierto que “debemos trabajar más y mejor”, que los recursos con que cuenta el país son escasos y que su uso debe planificarse con mayor eficiencia…, también lo es que solo enunciando y debatiendo los problemas no los resolveremos. Las soluciones deben surgir de todos los frentes, ser realistas, consecuentes y, sobre todo, realizadas en un verdadero ánimo de transformación de la mentalidad. Pasar del “no me quiero buscar problema”, a resolverlos, escuchando no solo al que está de acuerdo con el jefe, sino también al que discrepa. De todos, y no de las consignas, saldrán las soluciones.


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Armando Cardona dijo:
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23 de mayo de 2014
11:26:32
Chichi dijo:
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23 de mayo de 2014
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thoring dijo:
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23 de mayo de 2014
14:53:00
goya dijo:
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23 de mayo de 2014
14:54:26
pbruzon dijo:
5
23 de mayo de 2014
15:20:37
Liborio Paga dijo:
6
23 de mayo de 2014
15:56:16
Carlos dijo:
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24 de mayo de 2014
16:24:44
EL bodeguero dijo:
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25 de mayo de 2014
08:42:21
roberto dijo:
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25 de mayo de 2014
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Jose Luis Quiroga dijo:
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26 de mayo de 2014
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Liesky Díaz dijo:
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26 de mayo de 2014
17:07:50
felix yegres salazar dijo:
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26 de mayo de 2014
18:15:26
otto dijo:
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empleado dijo:
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Rosa dijo:
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Ivan dijo:
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28 de mayo de 2014
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Luis dijo:
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Anaibis dijo:
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guelianni dijo:
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29 de mayo de 2014
11:17:17
Ivan dijo:
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29 de mayo de 2014
11:39:54
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