
El insulto pretendió ser una burla, pero la respuesta resultó mucho mejor. En el partido de la Liga española que enfrentó el domingo al Villarreal y el Barcelona, alguien le arrojó un plátano desde la grada a Dani Alves cuando se disponía a cobrar un saque de esquina, y el lateral brasileño, tirando de ironía, lo recogió, lo peló y le dio un mordisco antes de continuar el juego.
Esa “respuesta osada y fuerte al racismo en el deporte”, según elogió la presidenta brasileña Dilma Rousseff, ha suscitado una auténtica oleada de solidaridad en la que futbolistas, artistas, políticos y numerosos ciudadanos anónimos se sumaron a la campaña #somostodosmacacos (somos todos monos) inundando las redes sociales con centenares fotografías de bananas en diversos contextos.
En realidad, insultos como el sufrido por Alves no son nada nuevo. Como refería el propio jugador tras el encuentro: “Llevo once años en España soportando la misma cosa”. Y tampoco son aislados. Esta temporada, sin más, otros futbolistas como su compatriota del Betis Paulao o el lateral francés del Granada Allan Nyom han sufrido mofas similares. El racismo, a fin de cuentas, constituye una falla tectónica de las sociedades, y los gruñidos simiescos y otras consideraciones estúpidas sobre el tono de la epidermis ajena aún producen vergüenza ajena en los estadios.
Cruzando el Atlántico, de hecho, este fin de semana otro incidente ha terminado ocasionando revuelo en Estados Unidos, donde la NBA debe decidir qué sanción aplicará al propietario de Los Angeles Clippers, Donald Sterling, por verter comentarios racistas.
Sucede que Sterling, según un audio destapado por el sitio digital TMZ, instó a su novia a que no publique su asociación con negros ni los lleve a los partidos, después de que esta apareciese en una foto acompañada por el legendario Magic Johnson.
La zafiedad de tales comentarios, huelga decirlo, le han merecido un rechazo generalizado. “Estoy absolutamente disgustado del hecho de que el dueño de una escuadra pueda tener una opinión tan enferma y ofensiva”, criticó Michael Jordan, a la vez que LeBron James afirmó que “no hay sitio para Donald Sterling en la NBA”. Mientras, los propios jugadores de los Clippers salieron a jugar el play off ante Golden State Warriors con pantalones y brazaletes negros, a manera de protesta.
Sterling, además, podría ser suspendido uno o dos años y multado hasta con cinco millones de dólares. Pero no sé, aunque la medida podrá ser ejemplarizante, a mí por lo menos no me llena, pues no ataca la raíz de su racismo.
Así que puestos a elegir prefiero la iniciativa de Alves y compañía por su valor educativo. Reaccionar con indignación ante este tipo de incidentes es lícito, pero al final la verdad más triste es que sus perpetradores son dignos de lástima. Lamentablemente, en pleno siglo XXI, algunos prefieren seguir cultivando prejuicios absurdos y todavía no se enteran de la teoría evolutiva de Darwin: Todos, absolutamente todos, independientemente del color de la tez, compartimos el mismo origen.


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Manuel Trujillo Artiles dijo:
1
29 de abril de 2014
02:09:58
José M. Calero Gross dijo:
2
29 de abril de 2014
07:41:45
Miguel dijo:
3
2 de mayo de 2014
13:58:30
jesus dijo:
4
2 de mayo de 2014
15:19:21
osvaldo dijo:
5
3 de mayo de 2014
12:25:14
PEDRO EL WICHI dijo:
6
4 de mayo de 2014
18:20:58
PEDRO EL WICHI dijo:
7
4 de mayo de 2014
18:26:06
ferando dijo:
8
5 de mayo de 2014
14:55:33
Jose E. dijo:
9
7 de mayo de 2014
11:32:31
alejandro dijo:
10
9 de mayo de 2014
13:24:00
lister dijo:
11
14 de mayo de 2014
18:45:04
luis antonio casas gonzalez dijo:
12
21 de mayo de 2014
13:52:20
Johanna dijo:
13
22 de mayo de 2014
10:36:44
beken bawe dijo:
14
11 de junio de 2014
12:12:24
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