ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Como la imagen de un video en “cámara rápida” se ve la ciudad desde que amanece. La gente, con una celeridad que empieza con el despertar, camina, corre, vuela hacia el trabajo, o a cualquier otro sitio a donde inevitablemente tiene que llegar.

¡Se me hace tarde! ¡Me voy, me voy, me voy! , repetimos una y otra vez y protagonizamos sin saberlo la vieja escena de Alicia en el país de las maravillas, donde el conejo, con chaleco y reloj, apura su paso para perderse en la madriguera.
Muy dinámica resulta hoy la vida. El paisaje desde temprano se viste de color y las formas humanas se desdibujan en el “corre corre” diario, que cobra sentido en las miles de tareas que nos esperan, en las obligaciones y deberes que nos convocan, en las más comunes diligencias diarias.

La prisa, definida como la prontitud y rapidez con que sucede o se ejecuta algo, y como la necesidad o deseo de ejecutar algo con urgencia, tiene como todo, privilegios y detrimentos; según de lo que se trate será plausible echarle mano a sus favores.

Necesaria para tantos oficios, la prisa hace posible el apremio de la noticia. Con el título Prosa de prisa nombró el Poeta Nacional, Nicolás Guillén, un grupo de trabajos periodísticos que marcados por el dinamismo propio de esa labor, quedaban circunscritos a la instancia del decir.

Protagónica es la prisa ante los llamados de ¡Auxilio! o ¡Fuego!, que desafortunadamente forman parte del vivir. Muy diligentes tienen que actuar doctores y paramédicos cuando un siniestro ocurre y llegan al hospital personas accidentadas.

Un segundo perdido por falta de prisa puede definir la supervivencia del moribundo. También puede un segundo, incluso centésimas de uno, marcar el lugar en una carrera de atletismo o pudo —más lejano en el tiempo— determinar la victoria de un duelo que a consecuencia de un desafío, hizo que la balanza se inclinara en una dirección para designar el ganador.


El milagro de la vida, escapar de una bala en pleno combate o reconocer en el momento dado  —como dice el poeta— “a la mujer de su vida y casarse con ella”, tienen que ver con ciertas prestezas en las que espermatozoides, mañas, y algo de suerte y buen tino dicen la última palabra.

Hay cosas que en ciertas circunstancias no pueden esperar: el aplauso espontáneo, las lágrimas en el dolor o la alegría, la risa que ahoga si no estalla la carcajada. Le va bien la prisa al elogio oportuno con que estimula el jefe a un subordinado poco diestro que avanza en el trabajo; a la advertencia a tiempo del maestro, del padre o el colega, que en el instante preciso puede detener la burla que humilla al más débil del aula; la irreversible consecuencia de la mala compañía o la invitación a sumar al menos motivado a ser parte del equipo.

Pero hay otras prisas, frecuentes y desatentas, que lejos de ofrecer su celeridad hacia acciones edificantes, destruyen lo que probablemente no se puede volver a hacer.

La prisa de responder con la misma ira a la palabra agresiva, que solo provoca una irritación mayor; la que deja de lado el saludo o las “gracias” —porque creyéndose el “olvidadizo” el ombligo del mundo, anda ocupado en asuntos “más importantes” y pone si acaso al final de sus prioridades, elementales normas de educación—, están  a la orden del día.

La prisa del que obvió hacerle una llamada telefónica a su madre, porque las responsabilidades ineludibles de sus ocupaciones no le dejaron ni un huequito en el día ni en la semana ¡ni en el mes!; la del que olvidó visitar a sus abuelos, que tanto hicieron por él, pero que ahora, total, ¡¿con ellos de qué se puede hablar?! Lejanías no siempre tan involuntarias, a las que el tiempo después les pasa la cuenta.

A veces acompañada de nuevos deslumbramientos, la prisa relega a viejos y probados amigos, y hace borrón y cuenta nueva sobre personas a las que se les debe poco menos que la vida; desecha la mano que te alimentó; descarta el lugar donde naciste y donde diste los primeros pasos... Esa, la que abrumada por la falta de tiempo solo mira hacia adelante, no es digna de mérito, no merece el cumplido.

Y así, necesaria para ser mejores, para concedernos dicha o para hacernos desafortunados, están las prisas. Las circunstancias solicitan el uso que de ella debemos hacer. No vayamos apremiados al pensar en su valía. Alguien ha dicho: “Despacio, que llevo prisa”, y no le falta razón. Incluso para optar por la premura, hay que andar con calma.

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PiKaChU dijo:

1

5 de abril de 2014

20:14:58


te apoyo, pienso igual

carlos uriarte mora dijo:

2

6 de abril de 2014

22:19:55


DETENGAN EL MUNDO YO ME QUIERO BAJAR,SIN PAUSA PERO SIN PRISA.LA PRISA ES CONSECUENCIA DE LA ANGUSTIA NEOLIBERAL.

alfredo diaz prieto dijo:

3

7 de abril de 2014

09:19:39


Con tantas cosas que hay para decir.... aparecerse con esto.

Madeleine dijo:

4

7 de abril de 2014

10:56:23


Esto es de un lector, me lo envió a mi correo, Madeleine. Cierto que a veces la prisa acaba incluso con la mejor de las veladas A veces el tiempo no hace la mala jugada de acabares, por ello es preciso tener bien definido cuando y que cosas hacer en cada momento Al menos con un criterio que se acerque, es como en el fútbol si tienes el balón y estás ganado con par de goles es mejor dilatar el juego hasta que Acabe el primer tiempo si este está cerca. Al igual que en una relación si tienes todo la noche que sea toda…. Sin apuros. Parecido a la hora de ir a traabajaar si ya es tarde para que apresurarse si al final de cuentas verás raya roja. Es relativa la prisa En cuanto esto de llegar o no temprano determina nuestro transporte que solo ha mejorado algo Y de eso podemos hablar si quieres! Chao!

Madeleine dijo:

5

7 de abril de 2014

10:59:01


Para Alfredo: Tal vez lo leyó muy de prisa. Todo lo que nos hace re-pensarnos y valorar nuestra conducta nos hace mejores seres humanos. Esto ha hecho este comentario, que a usted le parece insulso, con muchos lectores que así me lo han hecho saber. De cualquier manera, gracias.

yoli dijo:

6

7 de abril de 2014

11:25:24


visteme despacio que estoy deprisa versa un refrán, la prisa en amiga de los lamentos: si lo hubise pensado si me hubiese detenido a leerlo ...........

Arístides Lima Castillo dijo:

7

7 de abril de 2014

12:44:05


Solo les copio un fragmento de algo que recientemente he leído. Para mí es muy bueno y tiene que ver con el tema, La Prisa. “La prisa es un 'invento' de nuestra sociedad. La sensación de que nos faltan horas, la angustia por no llegar a tiempo, el estrés por las muchas cosas que tenemos que hacer, son rasgos característicos de nuestro mundo. A la expresión: «está perdiendo el tiempo» se le ha dado una connotación negativa ¿pero qué es perder el tiempo? ¿No se alude siempre a un tiempo para trabajar?, por el contario ¿No es una buena opción dedicar tiempo a la contemplación? En ocasiones escuchamos como signo de satisfacción la frase «tengo la agenda apretadísima, sin un sólo hueco», ¿No es una muestra de esclavitud? ¿No es un indicador de estupidez? La agenda y el reloj de pulsera son nuestros amos. Existe un vínculo estrecho entre la vida en la ciudad y la prisa, mientras que la vida en una zona rural es sinónimo de tranquilidad. Cuando la gente que vive en el pueblo (o el campo) acude a la ciudad (y también muchos inmigrantes) enseguida señalan que les molesta que todo el mundo vaya corriendo, de inmediato perciben que el ritmo de la vida de la ciudad no es sano y comentan: «la gente no saluda, las personas no se paran con el vecino, caminan sin fijarse...». El ritmo de la vida urbana nos hace olvidar que tenemos una necesidad, que es parte de nuestra naturaleza: estar con los otros. Sosiego, calma, atención, tiempo, son necesarios para saborear una comida, para disfrutar de la lectura, para contemplar un atardecer y para amar. El placer y las prisas son términos antagónicos. León Felipe escribió: «porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino llegar con todos y a tiempo”. También la sabiduría popular ha advertido: «La prisa no es buena consejera», «A camino largo, paso corto,» «vísteme despacio que voy con prisa». En estos momentos quizá sea oportuno recordar a José Hierro: «Era ilusión lo que creía todo y que, en definitiva, era la nada». Tengamos en cuenta la voz de los poetas. Juan Carlos Zubieta Irún, Taller de Sociología, Universidad de Cantabria.

Arístides Lima Castillo dijo:

8

7 de abril de 2014

12:51:47


De lo que sí me he ido convenciendo es que “la prisa” en uno mismo, se acaba. Cada año que vivimos nos va restando velocidad, y llega el momento, como me sucede ahora, que no solo he perdido “la prisa”, sino que para ir a una velocidad más o menos aceptable, hay que empujarme.

yk dijo:

9

8 de abril de 2014

12:18:05


Muy atinado tu reportaje, Madelaine, es cierto que hay que leerlo con detenimiento, pero hace alusión a un grupo de verdades, que achacamos a la prisa, con que todos hoy estamos y actuamos, pero no es menos cierto que es relativo y que depende lo que queramos hacer y así a de ser la prisa que le impregnemos, pues como alguien esbozaba en su comentario ¨vistete despacio que estoy de prisa¨es un viejo refran, pero no por serlo deja de tener vigencia, pues como tu expones, hay veces que nos escudamos en la forma de conducirnos para obviar algunas reglas elementales en la educación y en dedicar algún tiempo en la atención a seres queridos. Ojalá muchos te lean y luego saquen sus propias conclusiones!

Carmita Ibáñez dijo:

10

9 de abril de 2014

01:25:12


Debo ser sincera, lo leí de prisa; pero no por eso he dejado de valorar lo atinado y necesario ahora mismo de este comentario. Las prisas de bomberos, médicos, o de otros oficios o circunstancias tan importantes como la risa, las lágrimas, la advertencia, el estímulo, el consejo, son necesarias... pero tan importante como todo eso son también los valores que se están perdiendo detrás del disfraz de "la prisa" como son la desatención de los seres más queridos, el olvido del beso de despedida o llegada, las gracias, el por favor, los buenos días, o simplemente una sonrisa o un te quiero. Gracias Madeleine

Alejandro dijo:

11

9 de abril de 2014

14:17:12


que clase tonteria este texto. Vaya, que tienen que subir la parada y no aparecerse con algo tan poco sustancioso.Confío en que se lo pensaran dos veces la próxima vez

Arnaldo dijo:

12

10 de abril de 2014

11:28:04


Veo contradicción en el articulo.¿Es importante la premura alli donde se necesia,si,o no?.Vamos a aplaudir al mesero que nos trae un café, treinta minutos después de haberlo pedido?.¿Veremos como una bendición el tren que que sale doce horas después de la prevista?...Le haremos un monumento,aquel que nos roba nuestro sagrado tiempo descaradamente...

Alfredo El Camagueyano dijo:

13

10 de abril de 2014

13:51:07


Que conste que no me llamo Alfredo Diaz Prieto, ya que no comparto con su opinion ni en la forma de expresarlo. La periodista a puesto a nuestra disposicion un tema para que reflexionemos, a partir de "su opinion", y ahora nos toca a nosotros a dar la nuestra, pero de la misma forma en que ella nos enseña, con respeto. Por lo tanto, soy de los que hasta ahora hemos dado las gracias a Madeleine por el tema, que evidentemente es como dice Carmita Ibañez, hay que leerlo sin prisa.

Madeleine dijo:

14

10 de abril de 2014

14:16:09


Arnaldo: No hay contradicción, tú mismo te explicas después. Sencillamente hay que saber, como digo en el artículo, clarito, clarito, cuando echamos mano a la prisa y cuando es preciso detenerse. Uno escoge. También se explica que hay cosas que la requieren y otras no. Por eso se llama Prisas, en plural.

RaUl Jorge Miranda dijo:

15

12 de abril de 2014

11:34:43


Hermosa reflexión, nos refleja a todos, siempre de "prisas", postergando para después lo postergable y también, la más de las veces lo que no lo es, la visita a un familiar, a un amigo o colega, cosas que a veces la vida en su dinámica nos impide realizar y quedan en el saco de "lo postergado eternamente". Gracias por el llamado de atención, sin que quizas fuera su intención, pero en mi caso y creo que en el de muchos otros y joven, tome en cuenta a los difieran de su opinión, si lo hacen "a lo bello y respetuoso", expresando su opinón adecuadamente, pues bien, pero si son de esos que usted y yo conocemos, guresos y siempre con razón-la suya- pues tranquila, que como me dijo un viejo profesor mio "que le resvale por la piel" Siga regalandonos estos bellos y edificantes comentarios! Mi más sincero agradecimiento!!

Yurisleydi dijo:

16

17 de abril de 2014

11:45:55


¨La prisa nunca es elegante¨....llevar prisa a veces es algo que está completamente ajeno a nuestra voluntad.....equilibrar el modo de actuar para intentar regular el andar más rápido o con mas cautela es algo casi imposible ante las diferentes situaciones que de pronto nos impone la vida, pero no es imposible educarnos a sí mismos y tomar las diferentes situaciones con calma y dejar a un lado las ¨agitaciones¨con las que aveces andamos porque si cada quien reflexiona un poco muchas veces ya solo estamos acostumbrados a esta marcha y después comprendemos que nos quedó algun tiempo, entonces tardiamente decimos ¨y yo que me venía con tanta prisa¨...somos esclavos de la vida, de las distintas situaciones, seamos ¨amo¨también de nuestras decisiones: decida tener calma! Madeleine Sautié me gustó tu publicación, hay diferentes criterios como todos hemos podido apreciar, estoy segura que sientes satisfacción con la diversidad de criterios, con la polémica, eso dice de tu buen trabajo. Felicidades

Madeleine dijo:

17

17 de abril de 2014

14:37:06


Sí, Yurisleydys, claro que estoy satisfecha porque ese es el objetivo, que la gente piense, se revise, que se detenga un poco. En este caso particular, tal vez comprenda que algo no le salió bien por llevar prisa, o que algo le está faltando por andar demasiado lento. Es eso, pensar un poco. No es para acelerar el ritmo del mundo. Muchas Gracias.