ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: UNICEF

NUEVA YORK – Más de uno de cada cinco niños y niñas de países de ingreso mediano y bajo –es decir, 417 millones– sufren privaciones graves en por lo menos dos ámbitos fundamentales para su salud, su desarrollo y su bienestar, según el principal informe de UNICEF publicado  en el Día Mundial de la Infancia.

El Informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2025 – Poner fin a la pobreza infantil: Un imperativo universal se basa en datos de más de 130 países de ingreso mediano y bajo para evaluar el alcance de la pobreza multidimensional midiendo las privaciones de la infancia en seis ámbitos: la educación, la salud, la vivienda, la nutrición, el saneamiento y el agua. El análisis muestra que 118 millones de niños y niñas sufren tres o más privaciones, y 17 millones se enfrentan a cuatro o más.

Las tasas más altas de pobreza multidimensional en la infancia se concentran en las poblaciones de África Subsahariana y Asia Meridional. En Chad, por ejemplo, el 64 por ciento de los niños y niñas sufren dos o más privaciones graves, y algo menos del 25 por ciento padecen tres o más.

El saneamiento es la carencia grave más común: el 65 por ciento de los niños y niñas no tienen acceso a un retrete en los países de ingreso bajo, frente al 26 por ciento en los países de ingreso mediano-bajo y el 11 por ciento en los países de ingreso mediano-alto. La falta de un saneamiento adecuado puede aumentar la probabilidad de que los niños y niñas contraigan enfermedades.

La proporción de niños y niñas que sufren una o más privaciones graves en los países de ingreso mediano y bajo se redujo del 51 por ciento en 2013 al 41 por ciento en 2023, debido en gran medida a que se dio prioridad a los derechos de la infancia en las políticas nacionales y la planificación económica. Sin embargo, los avances se están estancando. Los conflictos, las crisis climáticas y medioambientales, los cambios demográficos, el aumento de la deuda nacional y la ampliación de la brecha tecnológica están agravando la pobreza. Al mismo tiempo, los recortes sin precedentes en la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) podrían agudizar la privación infantil en los países de ingreso mediano y bajo.

Sin embargo, hay muchas posibilidades de avanzar hacia la eliminación de la pobreza infantil. Por ejemplo, en Tanzanía se logró una reducción de 46 puntos porcentuales en la pobreza infantil multidimensional entre 2000 y 2023 debido, en parte, a que el Gobierno puso en marcha un programa de subvenciones en efectivo y capacitó a los hogares pobres para que tomaran sus propias decisiones financieras. En Bangladesh, la pobreza infantil se redujo en 32 puntos porcentuales durante el mismo período, gracias a iniciativas gubernamentales que aumentaron el acceso a la educación y la electricidad, mejoraron la calidad de la vivienda e invirtieron en servicios de agua y saneamiento, lo que redujo la defecación al aire libre del 17 por ciento en 2000 al 0 por ciento en 2022.

La pobreza socava la salud, el desarrollo y el aprendizaje en la infancia, una situación que reduce las perspectivas laborales y la esperanza de vida, al mismo tiempo que aumenta las tasas de depresión y ansiedad. El informe destaca que los niños y niñas más pequeños, los que tienen discapacidades y los que viven en situaciones de crisis son especialmente vulnerables.

En el informe también se examina la pobreza monetaria, que limita aún más el acceso de los niños y niñas a los alimentos, la educación y los servicios de salud. Según los últimos datos, más del 19 por ciento de los niños y niñas de todo el mundo viven en condiciones de pobreza monetaria extrema, ya que sobreviven con menos de 3 dólares al día. Casi el 90 por ciento de estos niños y niñas se encuentran en África Subsahariana y Asia Meridional.

El informe incluye un análisis de 37 países de ingreso alto en el que se revela que alrededor de 50 millones de niños y niñas –es decir, el 23 por ciento de la población infantil de estos países– viven en una situación de pobreza monetaria relativa, lo que significa que sus hogares tienen ingresos significativamente inferiores a los de la mayoría de los demás hogares de su país. Esta situación puede limitar su capacidad para participar plenamente en la vida diaria de sus sociedades.

Si bien en estos 37 países la pobreza disminuyó un promedio de un 2,5 por ciento entre 2013 y 2023, en muchos casos el progreso se ha estancado o se ha revertido. En Francia, el Reino Unido y Suiza, por ejemplo, la pobreza infantil aumentó más de un 20 por ciento. En Eslovenia, en cambio, la tasa de pobreza se redujo en más de una cuarta parte durante ese mismo período, en gran parte gracias a un sólido sistema de prestaciones familiares y a la legislación sobre el salario mínimo.

El Estado Mundial de la Infancia 2025 destaca que hay muchas probabilidades de acabar con la pobreza infantil y subraya la importancia de que los derechos de la infancia se conviertan en el elemento central de todas las estrategias, políticas y acciones gubernamentales destinadas a reducir la pobreza, tal y como se indica en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Para lograr esta tarea es preciso tomar las medidas siguientes:

  • Convertir la erradicación de la pobreza infantil en una prioridad nacional.
  • Integrar las necesidades de la infancia en las políticas económicas y la planificación presupuestaria.
  • Ofrecer programas de protección social que incluyan ayuda económica a las familias.
  • Ampliar el acceso a servicios públicos esenciales, como la educación, la atención sanitaria, el agua, el saneamiento, la nutrición y la vivienda.
  • Promover el trabajo digno para los progenitores y cuidadores a fin de reforzar su seguridad económica, que está estrechamente relacionada con el progreso de la infancia.

El informe llega en un momento en que muchos gobiernos de todo el mundo están reduciendo la asistencia exterior. Según The Lancet, los recortes en la asistencia para el desarrollo podrían provocar la muerte de 4,5 millones de niños y niñas menores de 5 años de aquí a 2030. Al mismo tiempo, las estimaciones recientes de UNICEF muestran que los recortes podrían dejar a seis millones más de niños y niñas sin escolarizar para el próximo año.

«Demasiados niños y niñas ya se veían privados de sus necesidades básicas, incluso antes de que la crisis mundial de la financiación amenazara con empeorar aún más las cosas», afirmó Russell. «No es momento de retroceder. Es el momento de aprovechar los avances logrados con tanto esfuerzo a lo largo de los años en favor de la infancia. Los gobiernos y las empresas pueden hacerlo reforzando la inversión en servicios esenciales para los niños y niñas, a fin de velar por su salud y su protección, y garantizando que tengan acceso a bienes esenciales como una buena nutrición, especialmente en contextos frágiles y humanitarios. Invertir en la infancia contribuye a crear un mundo más saludable y pacífico para todos».

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