ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Tomada de Prensa Latina

Brasilia- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, abogó por un trabajo coordinado que ataque hoy la raíz del narcotráfico sin arriesgar a inocentes, tras la matanza que ocasionó más de 100 muertes en Río de Janeiro.

En una declaratoria publicada en la red social X, Lula informó que ordenó al ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, y al jefe de la Policía Federal, Andrei Augusto Passos, desplazarse a Río para sistematizar con el gobernador Cláudio Castro acciones urgentes.

«No podemos aceptar que el crimen organizado continúe destruyendo familias, oprimiendo moradores y esparciendo drogas y violencia por las ciudades», rasgueó.

El comunicado recuerda la mayor operación contra el crimen organizado del país realizada en agosto, que alcanzó a una gran banda implicada en venta de drogas, adulteración de combustible y lavado de dinero.

De igual manera, con la aprobación de la Propuesta de Enmienda Constitucional de Seguridad enviada al Congreso Nacional, el Gobierno prevé que las distintas fuerzas policiales actúen de forma conjunta contra las facciones criminales.

Al mismo tiempo, la situación en Río se agravó de manera dramática.

Una megaoperación policial el martes en los complejos habitacionales cariocas de Alemão y Penha dejó al menos 119 muertos, según fuentes oficiales.

Otras verificaciones elevan la cifra a 132 fallecidos, lo cual la convierte en la incursión más letal en la historia de Brasil.

Para la maniobra, se movilizaron cerca de dos mil 500 agentes, vehículos blindados, helicópteros y drones en una operación dirigida contra el Comando Vermelho, la principal facción criminal.

Vecinos relataron escenas de horror: «hay cadáveres tirados en las calles», informaron líderes comunitarios afectados por el ataque policial.

Organizaciones de derechos humanos denunciaron la operación como una «matanza producida por el Estado brasileño» y exigieron investigaciones rápidas y transparentes.

Castro defendió la acción y la calificó de combate contra «el narcoterrorismo», afirmando que aquellos muertos eran criminales armados.

Lula insiste en garantizar que «la seguridad no se logre con sangre» y se proteja a la población civil, en línea con los principios que estableció.

El contraste entre el llamado presidencial a la coordinación y el alto número de víctimas en la operación plantea interrogantes sobre la estrategia del Gobierno federal frente al crimen organizado.

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