«El Gobierno de EE. UU. sabe que la comunidad internacional respalda en su inmensa mayoría la necesidad de poner fin al bloqueo».
Así lo ha asegurado, con certeza, el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, previo a la presentación, debate y votación, el 28 y 29 de octubre, en la ONU, del proyecto de resolución que exige el fin de esa política genocida contra la Isla. «Va a ser una victoria de los pueblos, del Derecho Internacional y una gran victoria de la Revolución Cubana y de Cuba», afirmó.
De la ansiedad que al respecto refleja la Casa Blanca, dijo que recibirá «otra vez el castigo del aislamiento absoluto, de la singularización, la crítica y la apelación directa de los gobiernos de todo el planeta al levantamiento del bloqueo».
El viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, manifestó en Facebook que la casi totalidad de los Estados miembros de la ONU votará a favor de la Mayor de las Antillas, porque está decidida a fomentar el respeto estricto a los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
Respaldará la resolución, dice, porque comprende el peligro de permitir a una superpotencia dictar a cada uno qué tipo de relación puede tener con Cuba o con otros Estados. Además, «porque conoce Cuba, su trayectoria de paz, solidaridad y cooperación; su esfuerzo descomunal en defender y levantar el país a pesar de la desigual agresión a la que se le somete, y porque no cree en los infundios que promueve el Secretario de Estados y su mafiosa maquinaria de difamación e intimidación».















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