Cuando Donald Trump se presentó a las elecciones de 2024, su gran promesa fue «hacer a América grande otra vez», lo que quiere decir que la población tendría más bondades dentro de un Gobierno cuya matriz consistiera en hacer todo lo necesario para lograrlo.
Ese discurso lo llevó a la presidencia con un voto mayoritario y en un ambiente favorable que, más temprano que tarde se ha ido desvaneciendo. A Trump se le ha volteado la moneada y muchos de los que entonces le dieron un sí, ahora reconocen su error.
Las manifestaciones de unos 7 millones de estadounidenses, el fin de semana, en 2 700 ciudades y pueblos del país son una muestra fehaciente de eso. Las protestas, en todos los casos pacíficas, mostraron la desaprobación ante el mandato de un presidente que actúa como un verdadero tirano, con una agenda autoritaria que hace más incierto cada día que transcurre en su afán ególatra por dominar el mundo.
La cifra de los manifestantes del sábado superaron en dos millones a los que salieron a las calles, con similares propósitos, en el mes de junio pasado.
Esta vez, Trump desplegó en Chicago la Guardia Nacional, ciudad que es el epicentro de las manifestaciones por la ofensiva antinmigrantes y las grandes redadas contra ellos, así como los recortes a Medicaid, el programa conjunto federal y estatal que ayuda a cubrir los costos médicos para ciertas personas de bajos ingresos, según reportes de CNN.
En Los Ángeles, los protestantes, con disfraces inflables y ondeando banderas estadounidenses fueron respuesta a la caracterización que hiciera Trump al llamar «zona de guerra» a un acto que se desarrollaba pacíficamente.
En Washington, las vías y las entradas del metro estuvieron repletas de gente que portaba carteles con lemas como «Democracia, no monarquía» y «La Constitución no es opcional». Mientras en Nueva York sectores de la multitud estallaron regularmente en cánticos de «Así es la democracia», y un redoble de tambores, casi constante, que resonaba de fondo.
También se produjeron grandes manifestaciones «antiKing» en Atlanta, y otras decenas de ciudades y pueblos.
El mandatario, caracterizado por reprimir a quienes no piensen como él o ignorarlos en sus demandas, optó por difundir en Truth Social, un video creado con ia que muestra al mandatario a bordo de un caza con la inscripción «King Trump» sobrevolando las multitudes de manifestantes.
Estas acciones antiTrump se producen en el contexto del Gobierno federal paralizado, mientras los legisladores del Partido Republicano y la Casa Blanca están en un enfrentamiento con los demócratas, quienes buscan abordar los subsidios de Salud antes de aprobar un proyecto de financiamiento.
Aunque el Presidente tenga todo el tiempo del mundo para sus más despiadadas amenazas y agresiones contra Venezuela y, ahora también, contra el presidente de Colombia, Gustavo Petro, una realidad crece en el ambiente de su país: «la casa del King está que arde».
COMENTAR
Responder comentario