ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Cada día es más difícil la supervivencia de los bebés en Gaza, la parte más dolorosa del genocidio. Foto: Tomada de Internet

Nadie quiere traer al mundo hijos con la sentencia de muerte marcada en su destino desde la gestación misma. ¿Cómo se le entrega en los brazos a una madre su bebé muerto a causa de una guerra cobarde, en la que aquellos que dirigen el asesinato no se manchan de sangre ni las manos ni la conciencia?

Se resentía el suelo con el bombardeo, las balas llovían sobre cuerpos inertes y sobre la muchedumbre que huía sin saber –o quizás sí– que a donde fuera, igual sería blanco del sionismo y su barbarie.

En agosto pasado, el barrio de Zeitoun, el más grande y densamente poblado de la ciudad de Gaza, vivió una masacre sin precedentes. En medio de ese crimen irreparable, una mujer se puso de parto con solo siete meses de embarazo. La asistió una amiga, que se suma a las más de 125 parteras capacitadas y equipadas en el enclave costero, según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).

En medio del asedio, sin guantes ni herramientas, Sahar, la partera, calentó al fuego un cuchillo y lo utilizó para cortar el cordón umbilical del recién nacido, mientras que pañuelos perfumados sirvieron como vendas. Así lo contó al Unfpa. 

Como su amiga, allí unas 15 mujeres dan a luz semanalmente fuera de los centros de salud, lo que pone en riesgo a la madre y al bebé, quienes no siempre corren la ¿suerte? de salir vivos o ilesos de ese momento.   

Al respecto, el Fondo ha revelado que a diario nacen unos 130 niños en Gaza, de los cuales, uno de cada cinco es prematuro o sufre otras complicaciones, como el bajo peso.

El doctor Ahmed Al-Fara, director del Centro de Pediatría y Maternidad del Complejo Médico Nasser, hizo hincapié en que el número de bebés prematuros y de bajo peso al nacer, representan entre el 60 % y el 70 % de los recién nacidos en la actualidad. Y recordó que, antes de octubre de 2023, cuando comenzaron los ataques, la cifra era del 20 %.

«Los partos prematuros, los abortos espontáneos y los mortinatos están aumentando entre las mujeres embarazadas y las nuevas madres en Gaza, ya que se ven debilitadas por el hambre extrema –en muchos casos hambruna– la desnutrición severa, el agotamiento y el miedo constante causado por el desplazamiento y los bombardeos», dice también el Unfpa.

Por otra parte, el acceso limitado a los servicios sanitarios o a las instalaciones sobrecargadas debido al ataque constante de Israel, han dejado casi sin opciones a los palestinos. Así sucede en el mencionado Complejo Médico Nasser, donde hasta tres bebés comparten una sola incubadora, y los departamentos de pediatría reciben aproximadamente mil casos en un día, en una institución en la que solo se cuenta con 40 camas para esa área. 

La matanza de civiles es hoy uno de los puntos clave del palpable cambio demográfico en Gaza. La limpieza étnica es, sin duda, la finalidad de la persistencia de las agresiones. Y qué mejor forma –dirán los criminales sionistas– de lograr ese objetivo, que arrancar de cuajo la vida recién salida a la luz.

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