ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

¿Cómo se regresa de 45 000 asesinados en menos de una semana? No fue en la Gaza del siglo XXI, sino en la Argelia de mayo de 1945 a manos del colonialismo francés, justo cuando en París se festejaba la caída del fascismo.

Así lo recordaba el viernes Faiza Rahim Latrous, embajadora de dicho país norafricano en Chile, al inicio de una charla sobre el rol de las comunicaciones en la gesta de liberación nacional de su patria.

Y hay que volver a la pregunta: ¿cómo se regresa de una cosa de esas? La respuesta es muy simple, ya sea en Argelia, en el Sahara Occidental, en Palestina o en cualquier parte: de ahí no se vuelve.

La acción que se desataba para poner fin a las «malacrianzas» de las colonias allende al Mediterráneo (aunque el territorio argelino era considerado parte de la Francia misma), supuso, por el contrario, el antecedente definitivo de una larga y cruenta guerra de independencia que iniciaría nueve años después de la masacre y se coronaría con la victoria en 1962.

Rahim Latrous disertó sobre cómo la radio, entonces principal plataforma de difusión, pasó de un medio rechazado por los independentistas argelinos —desde ella se les demonizaba—, a la principal herramienta de propaganda de la resistencia.

Más allá del papel de la comunicación como herramienta política, en la más profunda de las acepciones de la palabra, salió al paso el papel neurálgico de Argelia en las gestas anticoloniales de la segunda mitad del siglo XX.

Baste recordar que en 1988, Yasser Arafat proclamaría la independencia de Palestina desde la ciudad de Argel, lo que implicó que Argelia se convirtiera, en ese instante, en el primer país del orbe en reconocer al Estado del Levante.

Otro dato es la proximidad al pueblo saharaui y el apoyo incondicional a la soberanía del Sahara Occidental, que se ha traducido, por ejemplo, en la acogida de al menos 170 000 refugiados desde 1975, colaboración militar y defensa en foros internacionales de cara a la ocupación del Reino de Marruecos.

Para quien la escucha brotan recuerdos más personales, como compañeros saharauis en la Universidad de La Habana, que nacieron y se formaron en campamentos de Argelia.

También es imposible olvidar la fría noche de marzo de 2024, cita en Sochi, Rusia, cuando una joven envuelta en la bandera blanca y verde de la medialuna roja, con un alarido de tierra resquebrajada, dio inicio a otros muchos gritos en defensa de Palestina.

Se recuerdan también las palabras de Eduardo Mondlane, padre de la independencia mozambicana, cuando en los años 60 convencía a los suyos de luchar con aquella frase que rescataría la pluma testigo de Ryszard Kapu?ci?ski: «Ha vencido Cuba, ha vencido Argelia, también vencerá Mozambique».

Son cosas que se piensan ipso facto, cuestan mantenerlas dentro y se dicen.

Cuando todo acaba, en una sala de la Universidad de Chile, Faiza Rahim se acerca y dice bajo, con sonrisa discreta: «Quiero que sepas, muchacho, que yo nací en Cuba».

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