ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El congresista demócrata, Al Green, protestó contra los recortes de los programas sociales, por lo que fue expulsado del Congreso durante el discurso presidencial. Foto: Reuters

El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca no ha inaugurado la anhelada era de consenso que algunos analistas preveían antes de las elecciones.

Su reciente presentación ante el Congreso, lejos de ser un puente hacia la colaboración, se erigió como un escenario colmado de ataques a sus adversarios y de promesas ambiguas.

El exconductor de reality show, inmerso en un mar de autocomplacencia, recurrió a una oratoria de campaña, confrontativa y por momentos confusa para muchos.

Entre las declaraciones más llamativas y controvertidas, destaca su afirmación de que sus primeros 43 días en el cargo han sido los «más exitosos en la historia de la nación, superando incluso la gestión de George Washington».

Solo tras una hora de discurso, Trump se dignó a abordar los focos de conflicto global, dedicando exiguos cinco minutos a Ucrania, y escasos 49 segundos a Gaza, sin faltar, además, sus recurrentes amenazas sobre el Canal de Panamá y su renovado interés por apoderarse de Groenlandia.

En un momento revelador, Trump lanzó un desafío a los demócratas: «¡Solo estamos empezando!». La respuesta no se hizo esperar: varios legisladores de ese Partido abandonaron la sala en señal de protesta, evidenciando la fractura política del país.

Pese a que la inflación y el elevado costo de vida fueron temas centrales en su campaña, Trump evitó profundizar en la crisis económica durante su discurso, optando por culpar a la administración Biden de todos los males.

Insistió en su plan para controlar la inflación mediante el aumento de la producción energética y la reducción del gasto público, sin ofrecer detalles sobre su implementación ni prever su impacto en el bolsillo de los ciudadanos.

Entre sus anuncios, resaltaron la eliminación de programas de diversidad en el gobierno, la declaración del inglés como idioma oficial, la modificación del nombre del Golfo de México y la prohibición de que mujeres transgénero participen en deportes femeninos.

Trump elogió la «motosierra» de Elon Musk en el Departamento de Eficiencia Gubernamental, y eludió el tema de los aranceles, pese a las reservas que genera incluso entre sus seguidores.

Su afirmación de que «por primera vez en la historia moderna, más estadounidenses creen que el país va en la dirección correcta», contrastó con un sondeo reciente de Reuters/Ipsos, el cual reveló que solo el 34 % comparte esa opinión. Mientras, su índice de aprobación general, del 44 %, se mantiene similar al de Biden, en la segunda mitad de su mandato.

El discurso de Trump dejó al descubierto su estrategia: fortalecer la base conservadora del partido y evitar cualquier acuerdo con los demócratas, perpetuando la profunda división interna que define a Estados Unidos en la actualidad.

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Anibal García dijo:

1

8 de marzo de 2025

14:23:13


Toda persona que tenga dos dedos de frente sabe que lo que está haciendo Donald Trumpes abuso de poder gracias congresista por ser voz de los que no podemos hablar,este mundo es un mundo falta de democracia y totalitarismo

Modesto Hidalgo Acosta dijo:

2

8 de marzo de 2025

15:39:09


El programa de Trump es de un fundamentalismo neo liberal extremo. Algunos lo ven cerrando programas y se alegran por la gestión ingerencista de casi todas las agencias norteamericanas, con la Usaid como el ejemplo más llamativo. Pero lo que está haciendo es reduciendo el aún más el estado, al estilo de Milei. Sabe que si no reduce los gastos, el déficit seguirá creciendo y terminará por hundir a su nación. Sin embargo, aspira también a reducir impuestos cuando el problema es el desbalance entre gastos e ingresos. En un país donde el estado apenas Participá en la gestión económica y casi todo está privatizado, de dónde sacará dinero para equilibrar la balanza, si ya su deuda es prácticamente impagable. Los recortes apenas comienzan. Cosas veredes.