En una acción vil y cínica contra Cuba, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mostró la arrogancia acostumbrada, sin importar el daño que pueda causar a un pueblo humilde y solidario. Firmó el documento con el que revoca lo dispuesto por su antecesor, Joe Biden, aun sin desprenderse del protocolo del acto de investidura, e hizo regresar a Cuba a la espuria lista de países que patrocinan el terrorismo.
Nada más parecido a una «jugada cantada», luego de haber designado como secretario de Estado a Marco Rubio, de origen cubano, quizá el más recalcitrante exponente de los que «disfrutan» cuando se trata de «aportar odio y maldad».
El negocio de Marco Rubio y de otros del grupo que apuesta por la caída de todo lo que huela a Revolución Cubana les ha aportado dinero, muchos millones, y no quieren desprenderse de tal contenido, menos cuando el ahora presidente, a cada acción que emprende le busca, primero que todo, sus posibilidades financieras.
Biden-Trump; Trump-Biden, es lo más parecido a una ruleta de juego, poniendo y sacando a la Isla de la Dignidad de una lista que los primeros convencidos de que es fabricada a base de mentiras son ellos, los mismos que saben bien que los cubanos, principalmente las presentes generaciones, solo conocen el terrorismo por el estudio de la historia que evoca los atentados contra un avión de Cubana de Aviación en Barbados, cuando murieron 73 personas, en un acto realizado por la cia estadounidense.
Terrorismo financiado y dirigido desde Estados Unidos también lo fueron la explosión del vapor La Coubre; el asesinato de diplomáticos cubanos acreditados en Estados Unidos o en algún otro país, en los cuales la mafia cubano-americana y la propia cia se encargaron de explotar bombas que acabaron con la vida de varios de nuestros compañeros; así como el homicidio de un joven italiano que se hospedaba en el hotel Copacabana, en La Habana. Esas y otras muchas acciones terroristas se realizaron contra Cuba y su pueblo en estos años de Revolución.
Cuba, por el contrario, nunca ha participado, organizado o financiado una acción terrorista en algún lugar del mundo, ni ha albergado terroristas en su territorio, tal como han querido hacer ver.
La monstruosa lista que se utiliza ahora contra nuestro país, y que debía llamarse Biden-Trump, es todo un engendro maquiavélico para complementar el bloqueo y las demás sanciones con las que pretenden rendirnos.
La enfermiza y aberrante acción la impuso el presidente Trump, apenas una semana antes de abandonar su primer mandato. Luego, Biden cumplió con sus preceptos al pie de la letra, y una semana antes de abandonar la Casa Blanca, tardíamente, dictaminó eliminar su contenido respecto a Cuba.
Sabía Biden que su sucesor republicano volvería a aplicarla desde el primer momento de su regreso al poder.
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nelson guzmán baena dijo:
1
23 de enero de 2025
08:09:36
Michel Rouleau dijo:
2
23 de enero de 2025
10:03:28
José Respondió:
23 de enero de 2025
18:42:40
Victor ramos dijo:
3
23 de enero de 2025
11:21:47
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