Ataques de Israel contra dirigentes del grupo palestino Hamas y la muerte de varios de ellos. Bombardeos a Beirut y asesinatos de los más altos dirigentes del Movimiento Hezbolláh. Invasión terrestre al Líbano.
Es ese el escenario que este martes ha sorprendido al mundo con las noticias de lanzamientos de cohetes desde Irán hacia Israel y viceversa. Y todo ello, mientras contra Gaza sigue el genocidio israelí, por el cual han muerto alrededor de 41 000 palestinos, más de la mitad de ellos niños.
El premier sionista, Benjamín Netanyahu, con sus manos manchadas de sangre, se siente triunfador y provoca a la República Islámica de Irán, emprende acciones de bombardeos contra ella y le importa un bledo hasta donde llegarán estas acciones letales a la luz de una comunidad internacional inerte y un claro y cada vez mayor apoyo militar, diplomático y financiero por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Es el preludio de lo que acontece este martes 1 de octubre, cuando los medios internacionales reportan el lanzamiento de cientos de cohetes iraníes contra territorio palestino ocupado por Israel.
El aviso claro de la guerra generalizada ha llegado, y desde Washington, en vez de la advertencia para detener el conflicto, el propio presidente Joe Biden, ordena a sus fuerzas militares a acudir en apoyo a su subordinado israelí y actuar militarmente para derribar los cohetes de la nación persa, disparados contra el país hebreo.
La agencia Sputnik cita al diario israelí, The Jerusalém Post, donde se da cuenta que de los más de 400 cohetes lanzados desde Irán, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ha detectado 102, y el resto han impactado contra distintos objetivos.
Por su parte, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) comunicó que los ataques van dirigidos «al corazón de los territorios ocupados».
La Embajada de Estados Unidos en Jerusalén ha ordenado a todos los empleados del Gobierno estadounidense y a sus familiares en Israel, Cisjordania y Gaza que se resguarden en sus hogares hasta nuevo aviso.
Mientras, un portavoz israelí informó que el tráfico en el aeropuerto de Tel Aviv ha quedado totalmente interrumpido.
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