«Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz», así describe la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lo que considera el punto fundamental para restablecer la paz, siempre que haya conflictos, porque ella no se define por la ausencia de problemas, sino por la presencia de soluciones pacíficas.
En un contexto global marcado por el aumento de tensiones geopolíticas y conflictos duraderos como lo son la guerra de Israel contra Palestina o las confrontaciones de Rusia y Ucrania, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Internacional de la Paz el 21 de septiembre de 1981 y, en 2001, lo definió como un día de no violencia y alto el fuego con el fin de incentivar a las naciones a trabajar por una sociedad más pacífica y justa.
Esta designación es la continuidad de proyectos con el mismo objetivo, como la Primera Conferencia de Paz, donde se abordó la resolución pacífica de conflictos y la prohibición de ciertos métodos de guerra, la creación de la Sociedad de Naciones tras la I Guerra Mundial, destinada a promover la cooperación internacional y prevenir futuras confrontaciones, y luego de las devastadoras consecuencias de la II Guerra Mundial la fundación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo objetivo es explícitamente promover la unión y la cooperación internacional.
Resulta crucial recordar la reunión de la Asamblea General de la ONU, en 1999, que sentó las bases esenciales para promover una cultura de paz, principios que incluían el respeto por la vida, los derechos humanos, las libertades fundamentales, así como la adhesión a valores como la libertad, la justicia, la democracia, la tolerancia, la solidaridad, el pluralismo y el entendimiento en todos los niveles de la sociedad y entre las naciones.
«En nombre de los parlamentarios cubanos, alzamos nuestras voces para promover la paz, el entendimiento y la solidaridad, rechazando la dominación y el hegemonismo, las medidas coercitivas unilaterales, los bloqueos genocidas y la pretensión de imponer una cultura y un modelo único al mundo».
Así lo señaló la vicepresidenta de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ana María Mari Machado, como muestra de la posición de Cuba respecto a la paz, el entendimiento y la solidaridad, en el marco de la 148.ª Asamblea de la Unión Interparlamentaria celebrado en Ginebra, Suiza, el pasado mes de marzo.
La funcionaria afirmó que nuestro pueblo, con la sabia conducción de nuestro Presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, está decidido a resistir creativamente y luchar sin descanso hasta alcanzar nuestros sueños de paz, desarrollo con equidad y justicia social para Cuba y para el mundo.















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