La nueva Argentina de Milei ante la ONU

Una «alerta» al mundo con aires místicos de profeta fue el debut de Javier Milei, presidente de Argentina, ante el pleno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuya Agenda 2030, crucial para unificar los esfuerzos del planeta hacia el desarrollo, redujo a «un programa de gobierno supranacional, de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas».

Sus palabras comenzaron con él mismo en el centro del discurso, al subrayar que no era un político y sí un «economista liberal libertario», lo que demostró a lo largo de una intervención en la que atacó de manera casi inverosímil toda la gestión de la onu en los últimos años.

Pero este pleno, que ya vio desfilar en periodos anteriores a Jefes de Estado de todo tipo, como Donald Trump, de Estados Unidos, o Jair Bolsonaro, de Brasil, cuyas políticas asemejan las del nuevo mandatario argentino, ha escuchado cosas peores.

Milei consideró, por ejemplo, un delito de lesa humanidad y una violación sistemática de la libertad las cuarentenas a nivel global durante el año 2020. Su desa­cuerdo con salvaguardar vidas de la mortífera pandemia, con la aplicación de las vacunas y las estrategias de aislamiento, lo llevó a ignorar en su discurso el saldo de 14,9 millones de personas fallecidas por la COVID-19 entre el 1ro. de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El tema de los derechos humanos, un clásico en este tipo de intervenciones, no faltó; así como tampoco la mención a Cuba y Venezuela, países con los que su nación comparte suelo y tradición latinoamericanos; pero que él llamó dictaduras, en clara sintonía con el discurso histórico de EE. UU.

También criticó la presencia de países musulmanes en el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, incitando a una peligrosa política de segregación en un órgano que debe ser casa del mundo; en tanto criticó los votos en contra de Israel, defendiéndolo del repudio global por su masacre sostenida por casi un año contra Palestina.

Su aviso encaminado a resaltar que la onu se desvinculaba del inicial propósito de lograr y luchar por una paz y libertad mundiales se contrapone, totalmente, con su apoyo a Israel. Solo por mencionar a los niños víctimas de su agresión en la Franja de Gaza, desde el 7 de octubre, el Ejército israelí ha asesinado más de 16 756 pequeños, mientras al menos un millón ha sido desplazado, 21 000 están desaparecidos, 20 000 han perdido a uno o ambos progenitores, y 17 000 se encuentran solos o separados de sus familias.

Argentina dejará su tradicional posición neutral ante los conflictos del mundo, señaló Javier Milei, anunciado la llegada de una nueva «agenda de la libertad», y su oposición con la propuesta de la Cumbre del Futuro.

Allá, en la tierra del tango, seguro mucha gente habrá escuchado ese primer discurso en la onu con incredulidad, mientras observan en su propio país cómo el presidente Milei, opuesto a la promoción de políticas en favor de las naciones y pueblos más desfavorecidos del mundo, aplica violencia extrema contra jubilados y niega crímenes cometidos por la dictadura en su país, donde hay también pobreza, desempleo e incertidumbre, debido a sus políticas.