ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

CARACAS, Venezuela- Cual profecía permanente para Nuestra América, hace 209 años Simón Bolívar fue el primer hombre en plantear el destino necesario de unión del continente. Su lucidez política auguró la urgencia de emanciparnos del dominio colonial español, que «solo ha sobresalido en fiereza, ambición, venganza y codicia», y que aun habiéndoles arrancado sus riquezas a nuestras tierras, las seguía subyugando. 

«Se nos vejaba con una conducta que, además de privarnos de los derechos que nos correspondían, nos dejaba en una especie de infancia permanente», dijo El Libertador, el 6 de septiembre de 1815, en misiva de respuesta a Henry Cullen, un comerciante jamaiquino de origen británico, residente en Falmouth: «Contestación de un Americano Meridional a un Caballero de esta isla».

Solo una mente visionaria y profundamente latinoamericanista podía concebir una República que, compuesta por varios pueblos libres, fuese capaz de valerse por sí misma.

«Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas, que por su libertad y gloria (…) Los Estados Americanos han menester de los cuidados de gobiernos paternales que curen las llagas y las heridas del despotismo y la guerra».

La epístola, que la historiografía recoge como Carta de Jamaica, por el sitio en que fue escrita, es, sin duda, de lo más grande del legado intelectual de Bolívar, sobre todo en tiempos en los que las naciones del área sienten sobre sí el peso enorme de otro imperio, aun más poderoso y rapaz, que intenta cobrar el precio de la soberanía alcanzada por esos países a un costo mortal.

«Esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos», aseguró el oportuno estratega. Y quizá no lo sabía entonces, pero poco más de dos centurias después, la realidad del continente le daría la razón.

Hoy América Latina, independiente en su mayoría, ha superado algunos retos de antaño, pero la integración para combatir al hegemonismo imperial es una meta pendiente. El alba-tcp, Caricom, Celac, dan cuenta de los esfuerzos constantes de nuestros pueblos para hacer, desde el Río Bravo hasta La Patagonia, una Patria Grande.

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