Washington sigue escalando la agresión contra Caracas. Ratifica la esencia fascista de su plan, que una vez más desprecia el derecho internacional al ignorar la soberanía del Consejo Electoral de Venezuela, e impone la mentira de que ganó su candidato de la cia.
El vocero internacional del golpe, Antony Blinken, desde el Departamento de Estado dirige los hilos de las maniobras fallidas en la desprestigiada y cómplice oea, y descaradamente pasa de la falsa «preocupación» a poner en dudas la transparencia del proceso, hasta finalmente quitarse la careta y «reconocer» al fraudulento candidato derrotado en las urnas, pero ganador del papel de sustituto de Guaidó para las maniobras y zarpazos por venir, con cacareados augurios o amenazas de nuevas sanciones.
La intentona orquestada en la OEA, en la que Washington no pudo imponer sus designios ni a nivel regional, sí confirmó otra vez el papel del títere que tienen la cia y Estados Unidos para fomentar contra Venezuela y contra los gobiernos que no les son afectos a la geopolítica estadounidense, y hacen toda esta andanada de desestabilización, como denunció el fiscal general, Tarek William Saab.
Como plan b, sin mucha presión, sus satélites de Argentina y Uruguay, a los pies del Comando Sur y del fmi, se sumaron al peligroso coro de Washington, después del fracaso en la oea, desencadenado por la golpista peruana para dividir aún más a América Latina e internacionalizar la guerra abierta contra el gobierno legítimo de Maduro y el proceso revolucionario iniciado por el Comandante Hugo Chávez.
Los servicios especiales siguen alimentando la desestabilización interna con la guerra mediática total y con el apoyo de los monopolios de internet, encabezados por Elon Musk.
Los cabecillas internos del golpe siguen incitando a desconocer al ente electoral, se ausentan a la convocatoria del cne, no presentan las actas, llaman a la violencia y se victimizan buscando denuncias al Gobierno y apoyo internacional.
Todo montado y amplificado mediáticamente para que faciliten las «gestiones» de Blinken, del Departamento de Estado y de la Comunidad de Inteligencia, tratando de presionar a aliados y súbditos para sumarlos al asedio yanqui.
Entretanto, se conocen denuncias y sospechas de posible infiltración de paramilitares por la frontera; planes de magnicidio contra líderes chavistas, para secuestrar aeronaves de combate venezolanas y otros actos terroristas.
Líderes mundiales siguen expresando respaldo y reconocimiento al resultado electoral, crecen las acciones en Latinoamérica para frenar el golpe injerencista de ee. uu., empeñado en el saqueo definitivo del petróleo de Venezuela, de aplastar la Revolución Bolivariana, y por frenar los procesos integradores y de paz en la región.















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