El aniversario 45 de la victoria de la Revolución Sandinista de Nicaragua, cuyos merecidos festejos celebra ese hermano pueblo, es motivo de gratitud y orgullo para los demás países latinoamericanos.
En su mensaje de felicitación, en nombre del pueblo cubano, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, destacó el orgullo compartido por los logros alcanzados en la lucha por la justicia social y la soberanía.
Calificó la fecha como un «hecho que marcó un nuevo momento histórico para América Latina y el Caribe». En tanto, una delegación cubana, encabezada por el vice primer ministro Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, asiste a las actividades.
Fueron el enfrentamiento a la dictadura somocista por parte del pueblo nicaragüense y su vanguardia combativa, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, eslabones principales para alcanzar la victoria revolucionaria.
Sufría Nicaragua, además del embate opresor de la dictadura de los Somoza, la intervención de Estados Unidos en sus asuntos internos, estimulando y financiando varias acciones que pretendían conseguir una «transición de poder a elementos más moderados». Es decir, no permitir la victoria.
Pero el triunfo se logró el 19 de julio de 1979, y significó la victoria de todo el pueblo. En ese contexto adverso y de amenaza exterior desde Washington, las fuerzas del Frente Sandinista junto al pueblo lucharon sin descanso, y lograron emprender un proceso transformador con un proyecto social de unidad e independencia.
Cuba, desde el primer momento al lado de Nicaragua y su gobierno sandinista, ha prestado colaboración solidaria, lo que ha hecho más entrañable el cariño entre dos pueblos hermanos.
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