
La estrategia política europea respecto a Ucrania, copia fiel a la de Estados Unidos, ha fracasado, declaró el canciller húngaro, Peter Szijjarto.
Puede asegurarse que es un fracaso compartido, y la peor parte le ha correspondido a la Unión Europea (UE), afectados sobremanera por las sanciones que impone a Rusia, desangrados por sus aportes en dinero y armas a la guerra en Ucrania, lo que, a la vez, ha fomentado una deteriorada valía en lo que pudiera ser su prestigio internacional.
En la política de subordinación europea, Hungría y sus máximos gobernantes son excepciones que deben tenerse en cuenta pues adversan el entreguismo de la ue, y realizan acciones al más alto nivel en busca de soluciones mediante el diálogo que pueda conducir a la paz.
Según Sputnik, Szijjarto denunció que «los esfuerzos europeos por prohibir a ciertos países hablar con rusos, belarrusos y chinos bajo los auspicios de la onu, son sencillamente inaceptables», y advirtió que «la mayoría global quiere la paz, y no entiende en absoluto por qué Europa no tiene una estrategia de paz», por qué «copia la estrategia estadounidense».
La sumisión de la ue a la política estadounidense llegó, incluso, a que «se ignoraran los esfuerzos emprendidos» por el premier húngaro, Viktor Orbán, quien viajó a Kiev y debatió sobre el conflicto en Ucrania con el presidente Volodomir Zelenski, y luego se dirigió a Moscú, y tuvo conversaciones con el presidente ruso Vladímir Putin, sobre el tema.
En su recorrido, Orbán también llegó a Beijing para abordar al respecto, con el mandatario Xi Jinping, y con igual propósito a EE. UU.
Pero algunos dirigentes en la sede europea, en Bruselas, ignoraron tal esfuerzo, o advirtieron que las posiciones del bloque «excluyen los contactos oficiales» entre la ue y el Presidente ruso.
Por lo que se manifiesta, estamos en presencia de una política xenofóbica, en pleno siglo XXI, aun cuando más falta hace la paz. Se impone la sumisión a las órdenes de la potencia, lejana a miles de kilómetros de Europa, que solo pretende hacer guerras, aunque los que mueran sean, como en las conflagraciones mundiales, habitantes del Viejo Continente.
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