ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ilustración de archivo

Si hace unos años nos hubieran comentado que conversaríamos con Ernesto Samper Pizano, quien fue presidente de Colombia entre 1994 y 1998, y que nos recibiría con una sonrisa y un saludo como a quienes conociera hace muchos años, no lo creeríamos.

Entrevistado a propósito de su participación en el Congreso Internacional sobre Nuevo Orden Económico Internacional, compartió las siguientes ideas con Granma.

¿MONROISMO O BOLIVARIANISMO?

«La verdad es que la Doctrina Monroe, acuñada hace alrededor de 200 años, es el tipo de integración que quieren algunos gobiernos, especialmente los de derecha; pero del otro lado están los mecanismos de integración de los sectores progresistas, que creemos que es una construcción de la región», comenta.

«Ese es el mecanismo por el que debemos optar si queremos realmente conquistar nuestra independencia frente a la Doctrina Monroe, política que ha legitimado todas las intervenciones de Estados Unidos en este continente. Debemos elegir una unión con los cimientos de Bolívar, que permita construir una región proyectada en las condiciones actuales.

«También debemos estar conscientes de que la región no está hecha, hay que construirla: su infraestructura, el conocimiento, las cadenas de valor…, es decir, no es una integración como tratados de libre comercio, donde tú me vendes y yo te compro. Es una integración donde nos comportemos como lo que somos, un continente de raíces comunes», señaló.

VISIONES DE UNA INTEGRACIÓN

«Lo primero es que no le debemos tener miedo a ponernos de acuerdo. Sería muy fácil coincidir en temas como el de la paz, la transición ecológica, el dejar a un lado el modelo extractivista, es decir, objetivos que podemos perseguir conjuntamente…, y en esto vale la pena compararnos con Europa, donde son 27 países con 27 idiomas, y lograron hacer una unión política».

«Por tanto, es increíble que nosotros, siendo 33 países que compartimos las mismas raíces, la misma lengua y hablamos el mismo lenguaje histórico, no seamos capaces de ponernos de acuerdo en un solo espacio para convivir», añadió Samper.

LUCES Y SOMBRAS EN CONTEXTO

«El panorama político y comercial de América Latina y el Caribe está compuesto por luces y sombras. Hay sombras porque todavía no hemos logrado salir del todo de las consecuencias de la pandemia, con situaciones tan duras como el desempleo de los jóvenes, la pobreza absoluta o el tema alimentario, que hoy día se está convirtiendo en otra epidemia en la región.

«Y resaltar la dolarización, que nos afecta tanto, pues EE. UU. utiliza este fenómeno a su favor como un instrumento de dominación hegemónica para gobernar, tanto en América Latina como en otras regiones del mundo, o con sanciones como las de Cuba y Venezuela, que de alguna manera afectan a todos los otros países.

«Pero existen factores relativamente positivos, como que ya algunas naciones se están recuperando, y soy de la opinión de que nuestros territorios, de alguna manera, no tienen conflictos como los que se observan en otras regiones del globo», agregó, en referencia, por ejemplo, a Oriente Medio.

«Somos una región de paz para el mundo y esos factores son los que nos llevan a pensar en que, si logramos que hayan nuevamente mecanismos de integración, vamos a ser capaces de forjar una unión con la esencia de una comunidad latinoamericana, y con un fuerte patrimonio de identidad», concluye.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.