Una nueva alarma sanitaria por dengue pone en luz roja a casi todos los países sudamericanos, por el alto contagio presente en la región, donde la enfermedad, en las primeras semanas de marzo, registró 422 muertes.
Por más dato, podemos agregar que en lo que va de año el número de enfermos ya sobrepasó los 1,87 millones de casos.
América Económica, una publicación especializada, señala que nueve estados brasileños decretaron la emergencia sanitaria, con 1,3 millones de personas sospechosas de portar la enfermedad. De ellos, fallecieron 363 y otros 763 todavía son estudiados.
Mientras, en Perú, 20 de los 24 departamentos también parecen haber «encendido» la señal de peligro de cara a la ciudadanía, pues se han reportado más de 46 000 contagios y 53 fallecimientos.
Argentina también ha visto crecer los casos en los últimos días, llegando a informar la existencia de 78 606 enfermos, lo que es 18 veces más que en el mismo periodo de 2023.
En Ecuador, mientras tanto, las autoridades aceptaron que conviven con el doble de contagios que en el mismo lapso del año anterior.
Datos de la Organización Panamericana de la Salud, publicados a inicios de marzo, dan cuenta de que en América del Sur, durante los primeros tres meses del año, aumentó el número de hospitalizados por dengue en un 249 % con respecto a igual periodo de 2023, y del 354 % en comparación con el promedio de los últimos cinco años.
Agregan, además, que la enfermedad está latente en la región los 12 meses del año, con una circulación permanente del virus, por lo cual hay una tendencia endémica, debido a que el mosquito Aedes aegypti, causante del padecimiento, se mantiene activo.
El calentamiento global, con los frecuentes trastoques de lluvias y sequías, ha acentuado la existencia de las condiciones ambientales propicias para la reproducción de la especie transmisora del virus.
De manera general, como se demostró durante la pandemia, los sistemas públicos de Salud en América del Sur no tienen una cobertura total, comunitaria y gratuita para el 100 % de la población. Las estructuras son endebles y carentes de recursos para atender en sitios distantes, así como en hacinamientos poblacionales en barrios sin servicios básicos para su convivencia.
En 1972 se alcanzó a erradicar el vector en 21 países de las Américas. Sin embargo, a la luz de hoy, eso parece irrepetible.
En la integración y la articulación de campañas eficaces está la clave para la superación de este tema sanitario que, si bien no puede considerarse como un problema global, hoy ya tiende a ser endémico para todo el continente.















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