ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: JORGE

Cumplen órdenes de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos aunque, indistintamente, sean atendidos por la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid), la Fundación Nacional para la Democracia (NED), el Instituto Nacional Demócrata (NDI), Freedom House, Atlas Network u otros engendros terroristas y de subversión, y se presenten como «periodistas independientes», youtubers, columnistas, corresponsales o no oculten su condición de agentes mercenarios de los monopolios comunicacionales de Occidente.

Con las más diversas máscaras e ínfulas de influencers, los asalariados de Washington viven, a la cara o con perfiles anónimos, de los presupuestos de la guerra no convencional contra Cuba, de las migajas o sobras de las mafias y legisladores de origen cubano, y cumplen el guion de las directivas de la Agencia Central de Inteligencia y sus similares dentro o fuera de Estados Unidos.

Como vulgares ciberdelincuentes, con apoyo de granjas de bots y algoritmos de posicionamiento pagados con dinero de la administración, son los elegidos para inundar las plataformas de redes sociales de noticias falsas, mentiras o sus versiones recicladas, denigrar valores fundamentales de la nación cubana, atacar la cultura, tergiversar la historia, minar el prestigio de instituciones y personas, volar en pedazos la confianza del pueblo en sus líderes, sembrar el odio, la desunión y la duda.

Los inventan y les pagan para hacer posible un mundo en el que, desde hace décadas, se globaliza la banalidad, la ignorancia, la adicción a la mentira, el crimen, la esclavitud del celular y del embobecimiento digital, el sensacionalismo, la crónica roja, la incertidumbre, la multiplicación de la duda, del individualismo,  la venganza, el egoísmo o la preferencia por el modo de vida estadounidense y occidental.

Desde la academia o la mediocridad; desde la traición o el envilecimiento político; desde las oficinas del Congreso Federal, el Departamento de Estado o las pandillas mafiosas con nombres democráticos; desde las redacciones de los tradicionalmente ultrarreaccionarios diarios, televisoras y emisoras de Miami; entre los colaboradores siempre al servicio del Consejo de Seguridad Nacional o de otras oficinas gubernamentales; de todas partes reclutan a los encargados de hacer la guerra mediática anticubana las 24 horas de los 365 días del año, sin escrúpulos ni ética, tal como lo describen los añejos manuales y discursos de los veteranos de Langley, cuando tramaron tempranamente poner fin al imperdonable «atrevimiento cubano».

A través de estos cibermercenarios, la Casa Blanca revive viejas prácticas de la Guerra Fría y el Plan Cóndor para tratar de satanizar a Cuba, sembrar la falsa matriz de que somos «exportadores» de la Revolución a cuanto país latinoamericano el pueblo se manifiesta en las calles; con matices de ente desestabilizador, versión idónea para justificar el síndrome conspirativo de Trump y la permanencia en la nefasta y oportunista lista.

Constituyen el coro infame para denigrar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias y al Ministerio del Interior, a sus oficiales y combatientes; a los dirigentes de la Revolución y sus familiares; a las instituciones y sus funcionarios; a nuestra cultura y sus pilares.

Son los ejecutores mediáticos de las operaciones de los servicios especiales para boicotear nuestras finanzas, como lo hicieron contra Venezuela; para falsificar y tergiversar nuestra historia y momentos cruciales de nuestro proceso revolucionario. Constituyen canales para promocionar y convocar a cursos de capacitación de contrarrevolucionarios en Europa, o para entrenamientos militares en campamentos terroristas en la Florida.

Precisamente, su hoja de servicios al lado de mafias y mafiosos de Miami les han ganado un lugar en la Lista Nacional de terroristas (Resolución 19/2023) a varios de esos presuntos «influencers», prófugos de la justicia en nuestro país por incitar a la realización de actos que afectan el orden social en Cuba, mediante actos violentos.

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Manuel Pérez Pupo dijo:

1

14 de marzo de 2024

18:10:22


Excelente artículo

sachiel dijo:

2

14 de marzo de 2024

23:54:10


Cuba debe romper todos los vínculos comerciales y diplomáticos con el imperio.

Flavio dijo:

3

15 de marzo de 2024

02:22:10


Paredón para los traidores a la Patria.