Es conocido que Estados Unidos es una nación de dos caras. Sin embargo, recientemente exhibió una marcada hipocresía y falta de coherencia en su política exterior, al premiar a 11 mujeres que entran en su definición de defensoras de los Derechos Humanos, mientras respalda los actos de barbarie contra Palestina, donde, desde octubre de 2023, Israel ha asesinado unas 9 000 mujeres.
A través del Premio iwoc, desde marzo de 2007 el Gobierno estadounidense ha reconocido a más de 190 mujeres de 90 países.
En su discurso, el reconocimiento es atribuido a luchadoras por los dd. hh., la equidad o igualdad de género y el empoderamiento femenino; aunque es fácil de notar, por la selección de naciones visibilizadas cada año, que también existe una intención política por señalizar aquellos países con los que pudieran tener desacuerdos en temas como la democracia o los derechos humanos.
De igual forma, el premio puede ser entendido como un «acto de reconocimiento» o una estrategia de relaciones públicas para proyectar una imagen positiva del país.
¿Acaso buscan disminuir la atención sobre su propia realidad? Un grupo de expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) asevera que «las pobres, las indígenas, las afroamericanas e hispanas, las migrantes, las que pertenecen a la minoría lbtg, las discapacitadas y las ancianas son particularmente vulnerables» en Estados Unidos.
De hecho, es el único país del mundo que sentencia a pena de muerte a niños condenados por delitos.
Su innegable doble moral pone en evidencia la falta de compromiso real del Gobierno estadounidense con la defensa de los derechos humanos, demostrando que los intereses políticos y económicos muchas veces priman sobre los valores éticos.
La Casa Blanca insiste cada año en convencer al mundo de que velan y reconocen la lucha por la justicia social y los más diversos derechos, como ahora con el premio a las «Mujeres de Coraje», mientras sus acciones genocidas, bajo el pretexto de la seguridad nacional o la lucha contra el terrorismo, muestran su verdadera cara.


                        
                        
                        
                    












COMENTAR
Responder comentario