Se dice que hay más de 7 000 idiomas diferentes. Al menos eso refiere la revista Ethnologue, que sitúa al inglés como el que más países (59) tienen con estatus de oficial. La propia fuente afirma que le siguen el francés (29), el árabe (27), el español (20) y el portugués, en diez naciones.
Pero, ¿cuál es el idioma del mundo, entendido este como sociedad global? La respuesta pasa por quiénes son los que hablan. La lengua del planeta, o tiene un matrimonio con el poder o es poco entendible por los poderosos, a menos que a estos las verdades les causen sordera.
Pudiera ser que cree en ellos cierta mitomanía, pues como en esa gran comunidad los pueblos no tienen la palabra, la mentira pulula, según los intereses de ese 1 % más rico de la población mundial, que posee el 43 % de los activos financieros globales.
Sobre Cuba hay un bombardeo de falacias para sostener una hostil política desde Estados Unidos. Un ejército en el ciberespacio, –para eso crearon una Fuerza de Tarea–, construye baterías de noticias falsas con el objetivo de desacreditar al Gobierno, mostrar un Estado fallido y crear caos en la población. La plataforma en la que anida esa andanada, el bloqueo económico, comercial y financiero, lleva 62 años, y ahora muestra su mayor recrudecimiento.
Entonces, el mundo le habla al poderoso en la onu, en tribunales internacionales, en cualquier espacio multilateral de acabar con ese bloqueo, de sacar a Cuba de la mentirosa lista de países patrocinadores del terrorismo, y no entiende o se hace el sordo. En su paranoia se inventaron hasta una sordera por ataques sónicos.
El lenguaje del planeta en que vivimos deja escuchar mucha hipocresía. Cuba está en esa espuria lista, hecha nada menos que por el país desde el que la Isla ha recibido, en formato de muerte, los tentáculos de ese flagelo. Son las administraciones de esa nación las que más acusan por violaciones de los derechos humanos, aunque lancen bombas en su nombre. Sin embargo, estos son pisoteados flagrantemente con su bloqueo, o cuando, como hoy, se hace cómplice de la muerte en Gaza.
El Papa Francisco exteriorizó sus sentimientos: «Nadie se escandaliza si doy mi bendición a un hombre de negocios que explota a la gente, lo cual es un pecado muy grave. Pero se escandalizan si se las doy a un homosexual», declaró a la revista católica italiana Credere. «Esto es hipocresía», dijo.
De «el Papa es un imbécil y un representante del maligno en la Tierra» a darle un abrazo en El Vaticano, diciendo que es «el argentino más importante de la historia», Javier Milei, el presidente bailó la misma danza de la hipocresía. Aun así, Bergolio lo perdonó.
Esto no se sabe si es un gazapo del idioma u otra vergonzosa página hipócrita. Clinton, Bush y Obama cometieron crímenes de guerra; Julian Assange denunció crímenes de guerra: ¿Quién de ellos está en prisión?
Hoy se habla más de si la Unión Europea va a sancionar al periodista estadounidense Tucker Carlson por entrevistar a Putin, que si esta va a sancionar a Israel por asesinar a miles de palestinos. Parece importar más un video que un genocidio. ¿Cosas del idioma o de la enajenación de este mundo?
También la Casa Blanca ordenó no ver la entrevista con el Presidente ruso. ¿Por qué? Hay muchas verdades que pudieran romperle los tímpanos, o porque la diferencia entre él y sus iguales de Occidente es abismal, y quedan como pigmeos rabiosos y violentos.
¿Qué pasó con la defensa a ultranza que hacen de la cacareada libertad de expresión? Ah, es que no habíamos caído en la máxima del filósofo Séneca, del año 56 de nuestra era: haz lo que yo digo y no lo que yo hago, síntesis perfecta del concepto de hipocresía.
El mundo está necesitado del lenguaje del amor y de la amistad, de la solidaridad y de la complementariedad. Ese idioma es el de la paz, el que no entiende de guerra, en el que pueden ser escuchados los indios, los negros, los judíos, los blancos, los chinos, pues es el del respeto al semejante. Solo así pudiera aspirarse a un planeta menos agredido por el propio hombre, y no habría que lamentar que un 20 % de la población mundial, alrededor de 1 650 millones de personas, de acuerdo con el PNUD, estén en la pobreza extrema.
Hoy es el Día del Amor y la Amistad, comencemos a hablar ese lenguaje.















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