Los bombardeos de Israel sobre Gaza han destruido más del 50 % de los edificios allí, lo que revela la gran devastación de la región, desde octubre de 2023 hasta hoy.
Ciudades enteras han sido sustituidas por tiendas de campañas, las carreteras principales son hoy escombros, y la cifra de personas fallecidas se acerca rápidamente a 30 000, el saldo más terrible de los ataques del Ejército israelí, como parte de una guerra calificada por algunos expertos entre las más destructivas de la historia.
Las bombas han destrozado alrededor de un tercio de los territorios, incluyendo unos 30 hospitales, 53 centros de atención primaria, 93 centros docentes, 122 mezquitas, tres iglesias, 130 edificios gubernamentales y 65 000 viviendas, dijo el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, quien en x denunció que el «doble rasero y el silencio son cómplices del genocidio contra Palestina».
Un paso a favor del cese de la guerra fue dado por Hamás la semana pasada, cuando propusieron un alto el fuego, con la inclusión de una tregua de cuatro meses y medio, divididos en tres fases de 45 días, que incluiría la retirada de las tropas israelíes, la liberación de prisioneros palestinos y el intercambio de cuerpos y restos mortales, reseñó Telesur.
Sin embargo, ayer, según efe, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó las condiciones, que venían acompañadas de la reconstrucción de ciudades, ayudas de la ONU y el flujo de suministros básicos, y ordenó al Ejército una nueva ofensiva en Rafah, ciudad palestina donde Naciones Unidas ha alertado de que la invasión terrestre eleva el miedo a que se perpetren crímenes de guerra.
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