El intento de crear en Ecuador un Estado paralelo, controlado por grupos criminales vinculados con el narcotráfico, ha puesto en jaque la estructura gubernamental y militar del país.
La única lógica es que no se puede admitir que pueda imponerse un poder al margen de la ley y controlado por bandas.
En el sitio Sputnik, el analista geopolítico argentino Christian Lamesa refirió que el objetivo de estos grupos armados es, mediante el uso de la violencia, atemorizando a la población civil, establecer sus reglas y terminar condicionando las decisiones del Estado».
Advirtió que «la endeblez política y los altos niveles de corrupción provocan que el poder del Estado sea más débil».
Ecuador tuvo en 2023 el año más violento de su historia, con más de 7 000 homicidios, con una de las tasas de asesinatos más altas de América Latina.
Otro despacho del propio sitio aseveró que la dolarización que implantó en el 2000 el entonces presidente Jamil Mahuad, produjo un aumento de la pobreza en la nación.
En los últimos siete años, posteriores al gobierno de la Revolución Ciudadana, liderada por Rafael Correa (2007-2017), se redujo la capacidad del Estado de controlar la economía (al no poder gestionar la emisión monetaria), lo que conllevó un sucesivo deterioro de la seguridad, a la par de que las bandas criminales se fortalecían y lavaban el dinero ilícito a sus anchas.
Al respecto, el actual mandatario, Daniel Noboa, ha explicado que en lo que ocurre en la actualidad también influye que «no hay un control fronterizo real, porque nuestros puertos están totalmente desprotegidos; porque estamos dolarizados, y eso es un elemento que ayuda al narcoterrorismo, porque no tiene que cambiar la moneda. Simplemente entran dólares y salen dólares. No hay el rastro cambiario».
De acuerdo con un informe del Centro Estratégico de Geopolítica, en 2021 se lavaron en ese país 3 500 millones de dólares de dinero sucio en el sistema financiero. «Seis años de minimización del Estado y desinstitucionalización del país dejan un saldo desalentador en lo social y en lo económico: pobreza, violencia e instituciones capturadas por el narcotráfico».
Por su parte, el economista Ludwing Álvarez Rengifo dijo a rt que el origen de la crisis no es otro que económico. Hay que atacar la dolarización, que es la que ha permitido que, 23 años después de que Ecuador fuese sometido a ese régimen de política monetaria no adecuado, se comience a evidenciar que los centros criminales de todo el mundo han tomado a la nación como sede logística para generar distribución.
En tal sentido, el expresidente Rafael Correa aseguró que la actual crisis no es responsabilidad del presidente Noboa, «que lleva seis semanas en el cargo», sino de sus antecesores Lenín Moreno y Guillermo Lasso, a los que culpó de permitir la infiltración de las mafias del crimen organizado dentro del Estado.
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