ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: RT

Ante la crítica situación que se vive en Haití, la noticia se esperaba: el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), con las abstenciones de China y Rusia, aprobó el despliegue de una fuerza multinacional (MSS, por su sigla en inglés) para combatir las pandillas que controlan amplias porciones del territorio francófono.

No obstante, detrás de esta determinación –y de otras anteriores, con resultados cuestionables– hay un amplio entramado de interrogantes que pudieran explicar cuáles debieran ser las prioridades de ayuda a un país agobiado por la pobreza, las enfermedades, la falta de empleo y otros factores adversos, que solo se resuelven con inversiones económicas y sociales, y no con presencia militar foránea.

No olvidemos que se trata de uno de los tres países más pobres del mundo, afectado, además, por eventos naturales como terremotos y ciclones, que han causado miles de muertos y heridos, y una destrucción material de gran envergadura.

Habría que preguntarse cuál es el nivel de la inversión extranjera, del comercio y de la participación en planes de desarrollo, alcanzado en las últimas décadas en la nación caribeña. ¿Cuánta colaboración internacional recibe esa isla para paliar el hambre y la insalubridad?

Haití merece mucho más que una intervención militar y que la calificación de «Estado fallido». Merece ayuda, respeto, y una búsqueda conjunta que dé solución a sus graves problemas.

Imagino cuánto cambio significaría para Haití –al margen del conflicto interno que allí se vive–, si algún día se anunciara que, de los miles de millones de dólares que se gastan cada año en armas para invadir pueblos, ocupar países o interferir en procesos de paz, aunque sea un mínimo porciento se destinara a ese pueblo caribeño.

Tal vez se resolverían dos cosas a la vez: la inestabilidad, y poner coto al desarrollo desenfrenado de la producción de armas, negocio de primer orden en el Complejo Militar Industrial de Estados Unidos.

No dejemos que Haití siga esperando. Urgen las verdaderas soluciones, y si no llevan armas incluidas, mucho mejor.

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Lucía dijo:

1

5 de octubre de 2023

13:26:38


Cien por ciento de acuerdo con este artículo. Hasta cuándo las intervenciones militares así sean de la ONU van a ser la solución a los conflictos que tienen los países, conflictos generados en su mayoría de los casos, por la pobreza que origina el robo de sus recursos naturales, la explotación despiadada de sus tierras y personas, entre otros muchos otros males del capitalismo salvaje, que está presente en Haití. Sin embargo a ninguno de esos países ricos y poderosos le interesa el bienestar de ese pueblo sufrido durante décadas y décadas.