Estados Unidos anunció sanciones contra más de 150 empresas que comercian con Rusia, para tratar de negarle a Moscú el acceso a tecnología, dinero y canales financieros, según reporta La Jornada.
El paquete de sanciones es uno de los mayores emitidos por los departamentos de Estado y del Tesoro y el más reciente en apuntar a personas y empresas en países, -especialmente en Turquía, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte–, que venden tecnología occidental a la nación euroasiática.
El paquete también apunta a obstaculizar el desarrollo del sector energético de Rusia y futuras fuentes de efectivo, incluidos los proyectos de gas natural en el Ártico, así como la minería y las fábricas que producen y reparan armas.
El propósito de esta acción es restringir la capacidad de producción de defensa de Rusia y reducir la liquidez, declaró a The Associated Press James O’Brien, jefe de la Oficina de Coordinación de Sanciones del Departamento de Estado.
Con el pretexto del conflicto en Ucrania, el paquete estadounidense incluye sanciones a varias empresas turcas, finlandesas y rusas que, según los departamentos de Estado y el Tesoro, ayudan a Moscú a obtener componentes electrónicos estadounidenses y europeos, como microprocesadores que terminan en la fabricación de armamento.
Antes de la guerra, dijo O’Brien al medio de prensa, Rusia importaba hasta un 90 % de sus productos electrónicos de países que forman parte del G-7 –los siete países más ricos del mundo–, pero las sanciones han reducido esa cifra a cerca de 30 %.
Las medidas, insistió, son efectivas y ponen un límite a la capacidad de producción de Rusia en tiempos de guerra.















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