Como una «crisis migratoria» califican el flujo de miles de personas que han entrado a Estados Unidos en los últimos meses, a pesar de los esfuerzos de la Casa Blanca para contenerlo mediante decretos, y hasta del uso de las fuerzas militares en los lugares fronterizos.
Los medios de prensa estadounidenses consideran que más de 95 000 solicitantes de asilo han llegado solo a Nueva York en los últimos 15 meses, y más de 2 500 siguen llegando cada semana. Las autoridades consideran albergar a esas personas en el Central Park y en el Prospect Park, divulgó Russia Today.
Los recién llegados quieren desesperadamente trabajar, y la oferta de mano de obra en la industria y en los servicios está abarrotada. Necesitan, urgentemente, hogar, comida, salud, educación, algo que no parece que pueden resolver las autoridades gubernamentales.
Se ha dicho mil veces: este fenómeno migratorio tiene su origen en el despojo económico sobre los países emisores, donde es común la falta de acceso a la educación y el empleo, la violencia y otros factores estructurales, unidos a la propaganda que vende el Norte como ideal de prosperidad, cañón de la colonización cultural que desata sobre la mente de los pueblos.
Para el caso de la frontera sur compartida con México (aunque no es el único país emisor de emigrantes), Washington tomó medidas restrictivas para «elegir» quiénes entran. Primero con el conocido Título 42, que puso límites «para evitar la propagación de la covid-19». Luego se actualizó la norma jurídica, y se impuso que la obtención de asilo para la entrada a la nación norteña solo sería para aquellos que no recibieron protección social en un país de tránsito, o que hayan sido aceptados en el registro online.
En mayo se desplegó al ejército porque se previó una entrada masiva, algo que no ocurrió. Hoy esas fuerzas militares han disminuido, pero el problema persiste y se vuelve caótico en suelo estadounidense.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en reiteradas ocasiones ha destacado que las principales causas del fenómeno migratorio siguen sin solución, porque se debe enfrentar de «manera integral y con la participación de todos los actores», citó La Jornada.
«Se está viendo cuál es la mejor opción, pero no solo es el trámite, sino lo que se plantea es que haya, desde luego que eso lo estamos ofreciendo, albergues, alimentación, atención médica, cuidado, y también oportunidades de trabajo, porque ahora nuestro país tiene posibilidad para que se puedan ofrecer empleos», dijo el Presidente, y explicó los programas implementados en el sur-sudeste de México, como Sembrando vida y Jóvenes construyendo el futuro, con la participación de Guatemala, El Salvador y Honduras.
El problema migratorio que enfrenta hoy Estados Unidos es solo una expresión de un fenómeno global, aunque tal vez sea el más mediático. Su causa, en todos lados, es multifactorial; por lo tanto, debe ser prioritaria la voluntad política de los gobiernos implicados, a fin de que haya consenso en las posibles soluciones.
Sin embargo, a juzgar por los intereses del llamado primer mundo, que haya voluntad de resolverlo es lo más difícil; solo así podría aspirarse a que sea una prioridad.
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