Hasta Naciones Unidas sufre el impacto del bloqueo

El Reporte de resultados en 2022 del Sistema de Naciones Unidas en la Isla, recientemente publicado, revela que la implementación de sus proyectos estuvo marcada por desafíos derivados de las sanciones económicas, comerciales y financieras impuestas por Estados Unidos a la nación caribeña, los impactos negativos de la pandemia de la COVID-19 en los dos últimos años y, más recientemente, variables adversas del escenario internacional como el conflicto en Ucrania.

En tales condiciones, se incrementan las dificultades en las cadenas de suministro global, el costo de los fletes, y se dificultan operaciones para la compra de insumos y equipos, agrega el documento.

Señala, además, que entre las implicaciones más notables de las sanciones externas para el financiamiento al desarrollo se encuentran las restricciones de acceso a los mercados de capitales (elevado riesgo país); las penalizaciones a bancos internacionales por operar con bancos cubanos, la imposibilidad de utilizar el dólar en transacciones internacionales, el limitado espacio para el envío de remesas bancarizadas desde el principal emisor, las restricciones de acceso a instituciones financieras internacionales, la prohibición de inversiones y comercio desde EE. UU. y el espacio para demandas extraterritoriales a compañías extranjeras que operen en Cuba.

Aún así, durante 2022 se movilizaron recursos por un valor de 14,7 millones de dólares como parte del plan de acción para hacer frente a los impactos del huracán Ian y se coordinó el apoyo de agencias, fondos y programas para responder ante otros dos grandes desastres: la explosión en el Hotel Saratoga de La Habana, con un saldo de 46 fallecidos y casi cien heridos, y el incendio de grandes proporciones en la Zona Industrial de Matanzas, que dejó 17 personas fallecidas y pérdidas por unos 66 millones de dólares.