Tras los enfrentamientos en Sudán entre tropas del ejército nacional y la milicia Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), el coordinador humanitario de la Organización de Naciones Unidas en ese país pidió a ambas que apliquen pausas humanitarias para que civiles y trabajadores humanitarios puedan acceder a suministros esenciales.
Según indica el sitio de la ONU, al menos 331 personas han muerto en todo el país, entre ellas cinco cooperantes, y casi 3 200 han resultado heridas.
El coordinador aseguró que incluso breves pausas acordadas entre las facciones rivales, que hasta ahora se han ignorado, permitirían a los civiles acceder a alimentos y agua esenciales.
Por otro lado, subrayó que en los hospitales hay una grave escasez de personal médico especializado, de suministros de oxígeno y de bolsas de sangre. Mientras, la falta de electricidad y los apagones ponen en alto riesgo a los pacientes hospitalizados.
También, la directora de ONU Mujeres, Sima Bahous, emitió una declaración en la que expresaba su grave preocupación por el efecto de los incesantes combates en las mujeres y niñas sudanesas.
Señaló, además, que están saliendo a la luz informes de violencia sexual y de género, y teme que «serán cada vez más frecuentes» e hizo un llamamiento a las tropas gubernamentales y a las milicias para que «garanticen que ninguna mujer o niña se vea afectada por estos crímenes».















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