«La reciente Cumbre de EE. UU. sobre democracia «fue selectiva y virtual, tan virtual como su propia “democracia”. Un reflejo de su aislamiento moral a nivel internacional. ¿Habrá dictado pautas de demagogia?».
La Cumbre de EEUU sobre democracia fue selectiva y virtual, tan virtual como su propia "democracia". Un reflejo de su aislamiento moral a nivel internacional. ¿Habrá dictado pautas de demagogia?
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) March 31, 2023
Así valoró en Twitter el miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, la llamada II Cumbre por la Democracia, auspiciada por Washington la semana pasada, y en la cual varios de los invitados, autonombrados «autoridades en el tema», hicieron clasificaciones a su antojo sobre las naciones que consideraban democráticas o antidemocráticas.
Sin embargo, ya la susodicha Cumbre se había ganado sus propias calificaciones.
Por ejemplo, el embajador de China en Cuba, Ma Hui, dijo que el evento era como «un faro de la oscuridad», y manifestó la oposición de su Gobierno a esa manera de dividir el mundo. En conferencia de prensa en La Habana, el diplomático chino sentenció que «la democracia es un valor común para toda la humanidad, pero no existe un único estándar de democracia en el mundo».
La esencia del evento de marras radicó en anunciar el acceso a fondos de inversiones por unos 690 millones de dólares, para aquellos gobiernos comprometidos a fomentar la «democracia».
Convocada por el Departamento de Estado de EE. UU., aparentó debatir –por supuesto, desde una sola perspectiva, la de los organizadores– sobre el conflicto bélico en Ucrania, e hizo propuestas para el avance de las tecnologías digitales que faciliten subordinar al mundo a sus intereses, mediante la comunicación y la información.
Otra opinión que trascendió fue la del secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, al diario Rossiyskaya Gazeta, cuando dijo que en el evento se expresaron acusaciones deliberadamente falsas de crímenes de guerra y corrupción contra sus opositores geopolíticos, y destacó que, como siempre, se hizo de la vista gorda ante los hechos reales de genocidio y fraudes financieros cometidos con el visto bueno de la Casa Blanca.
«Se comprometió con hacer esfuerzos para alimentar a los que sufren hambre y liberar de las cárceles a los condenados injustamente. Sin embargo, no se dirá nada de que en las cárceles estadounidenses está una quinta parte de todos los presos en el mundo, inclusive los condenados a varias cadenas perpetuas».
El funcionario ruso añadió que la administración de la Casa Blanca solo desea distraer a la opinión pública: «Washington se convirtió desde hace mucho en un campeón en el ámbito de violación de la soberanía de los Estados, el número de guerras y conflictos desatados, la caza burda y arbitraria de ciudadanos de otros países».
No obstante lo prefabricado del conflicto, algunas voces puestas se hicieron escuchar, como la del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien se pronunció por transitar hacia una democracia auténtica ante la existencia de una simulada y mediatizada.
«Muchos de los grandes crímenes contra la humanidad han sido cometidos en nombre de Dios o en nombre de la democracia. Sostenemos que debemos ir en la búsqueda de mayor igualdad para tener más democracia, que la democracia sea auténtica, verdadera y que siempre triunfe la justicia sobre el poder», publicó La Jornada.















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