Bolivar, Venezuela. —Antorchas martianas iluminaron la noche de Venezuela en la patria del Libertador y Hugo Chávez, en recordación del aniversario 170 del más grande bolivariano del siglo XIX en América: José Martí.
La comunidad 11 de abril, del Estado Bolívar, distante poco menos de 600 kilómetros al sudeste de Caracas, acogió el desfile martiano-bolivariano, encabezado por niñas y niños, esos en los que Martí vislumbró «la esperanza del mundo».
Antorchas en la mano llevaban todos, y antorchas eran sus ojos, mientras cubrían el trayecto. Los pequeñines que lideraron la marcha son parte del coro infantil Cuba y Venezuela, una sola Bandera, enunciador acaso, de que, sólida como una roca, la unidad es presente y futuro de dos pueblos hermanados por historia y aspiraciones comunes.
Secundados por colaboradores cubanos de diferentes misiones sociales aquí, e integrantes del Grupo de Solidaridad, Venezuela-Cuba, pequeños y adultos de ambas naciones le rindieron tributo al Apóstol de la independencia cubana.
Como a «un evento bello, para nuestras patrias», se refirió Rubén Rodríguez, presidente del capítulo venezolano de la Sociedad Cultural José Martí, al hablar de esta marcha, primera que se realiza en el sudeste venezolano. «Con ella -agregó- damos inicio a una tradición que, esperamos se extienda a todo el país». La marcha concluyó en lo que será la futura plaza José Martí, primera del estado Bolívar y sexta de Venezuela, dedicada al Maestro.
Una marcha similar tuvo lugar en Caracas, protagonizada por miembros de la juventud bolivariana, la embajada de Cuba, y el Consejo Municipal de Caracas.
Diario es el tributo a Martí, de sus compatriotas en suelo bolivariano, en gimnasios deportivos, subestaciones eléctricas, escuelas, programas de cultura y de agricultura, y en las más de 4 830 unidades de la salud, donde labora personal de la Isla.
El Maestro nos mueve también aquí. De manera especial estos días han visto más unidos que nunca a bolivariano-martianos recorrer a pie los 23 kilómetros de La Guaira a Caracas, los mismos que recorrió el apóstol el día que llegó a Venezuela.
Sin quitarse el polvo del camino, para encontrar al Libertador se internó en un camino escabroso -impresionado casi seguro por tanto esplendor natural-, entre cerros y precipicios, hermosos y desafiantes como la historia misma de Cuba y de Venezuela.
















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Carlos Fidel dijo:
1
28 de enero de 2023
12:22:35
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