ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Obra de Michel Moro

En su Epístola a los Pisones (también conocida como Arte Poética), Horacio habla de dualidades que, aunque formuladas en la antigüedad, tienen hoy una gran influencia en las polémicas modernas que sigue suscitando la teoría literaria: ars e ingenium, la disyuntiva entre si la capacidad de creación de un literato procede de su genio innato o del oficio que desarrolle; verba y res, dicotomía entre continente y contenido, la eterna discusión entre qué vale más, si la forma en la que se narra o describe algo, o ese algo que se narra o describe en sí; y, finalmente, la contraposición entre docere y delectare, que es expresión de lo que se debe entender como finalidad de la literatura y del arte en general, si existen para entretener o para instruir.

Horacio resolvía la mayor parte de esas dualidades indistintamente. El literato necesitaba de ingenium pero también de ars, o sea, el artista nace y se hace, las dos cosas; el arte no dependía exclusivamente de la forma o del contenido, sino que ambos elementos eran indispensables para valorar una obra o un autor (aunque hubo casos en los que el continente tuviera mayor trascendencia, y viceversa); y los fines de la literatura (o del arte) podían apuntar a la instrucción o al entretenimiento, e incluso a ambas variantes.

A lo largo de la historia, la última de las dualidades horacianas a la que nos referimos ha tenido varias interpretaciones. El artista ha tenido, según la época, un papel de formador del gusto, de pedagogo de multitudes, o un rol de mero divertimento, una suerte de bálsamo para la vida de poderosos y oprimidos, una evasión.

El sistema mundo-capitalista actual, a fuerza de anular la influencia de las inquietudes y sensibilidades del creador, ha impuesto una forma específica de industria cultural que promueve, más que todo, productos seudoartísticos que no tienen nada de ars ni de ingenium, nada valioso en su res ni novedoso en su verba, pero que sí buscan, en todo momento, ese delectare como valor fundamental (y único).

Esa regla, expresa o implícita, también pesa sobre Cuba, que pretende enarbolar un modelo de resistencia contrahegemónica frente a las avasalladoras fuerzas del statu quo. No escasean en nuestras instituciones quienes, por afán de «satisfacer al público», niegan cualquier elemento de virtud en el arte, de alta elaboración, de pretensiones que van más allá de lo lúdico. En un país donde fue moda la Nueva Trova, donde el libro se convirtió en un fenómeno de masas, en una nación que se propuso colmar los medios de difusión masiva con ballet, teatro, cine de altos quilates, hoy es difícil escuchar a Silvio, disfrutar de películas más allá de Hollywood y Bollywood, acudir a festivales o eventos que promuevan el arte que sigue siendo original, que se resiste a los moldes del taylorismo intelectual.

A veces parece que, frente a la banalidad, la cultura cubana resiste en la clandestinidad, en pequeños nichos, en espacios televisivos a deshora, con actividades valiosísimas que tienen escasa o nula promoción (salvo excepciones). Mientras, en horario estelar, un presentador pregunta a sus invitados si se bañan a menudo o quién ronca más; o, un poco más tarde, pero aún en mejor horario y condiciones que otros programas mucho más valiosos, un conductor inquiere sobre si su invitada se depila, usa peluca o ropa interior al dormir.

La frivolidad es como el cáncer: hace metástasis y puede llegar a un punto de no retorno con mucha facilidad. Por el ánimo sincero de «deleitar» al público con opciones fáciles y sencillas (que, en el fondo, infravalora las potencialidades del pueblo como sujeto cultural) o tratando, ingenuamente, de competir con la oferta seudoartística que nos llega desde más allá del Malecón. ¿Estamos pasando de ser un país de alternativa, de vanguardia, a ser una de tantas cajas de resonancia de las mercanchiflerías globales, de sus antivalores, de su discurso ridículo y cretino, un barato y triste calco de las superproducciones que tanto impacto tienen hoy en el mundo; estamos creando y apuntalando a un público que solo quiere «evasión»?

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Milagros dijo:

1

10 de diciembre de 2022

07:57:29


Periodista que le pareció a usted la intervención de la “humorista” en el festival de cine? en principio pensé que era una noticia falsa, cómo se puede irrespetar tanto al público y los dirigentes que se encontraban allí? escriba sobre esto que es extracto de banalidad.

Ernesto dijo:

2

10 de diciembre de 2022

08:58:30


Michel al igual que Con Filo has sido muy meridiano en tu articulo, ese programa del locutor frívolo que le pregunta a Irela Bravo que si depila, si usa peluca es un insulto al televidente, por lo superficial y frívolo, pero lo peor, que rol juega el grupo asesor de la TV al seleccionar esas frivolidades en horario de público tan estelar, miremos más a los responsables de su difusión que al conducto del mismo en si

rolando pérez betancourt dijo:

3

10 de diciembre de 2022

08:58:33


Brillante material, no dejen pasar estas ideas una vez más. Amplia discusión y medidas efectivas. No hacerlo es convertirse en cómplice de lo que aquí se denuncia Rolando Pérez Betancourt

Renato Peña dijo:

4

10 de diciembre de 2022

09:04:34


Excelente artículo. Va derecho a mostrar que las frivolidades quieren vestirse de cultura. Esperamos que las instituciones de cultura tomen en sus manos estos hechos, ya tenemos bastante en nuestros pueblos de américa del sur con frivolidades que están financiadas con grandes sumas de dólares. Es el momento de volver a enrielar a la cultura a su nivel que le corresponde y entregar lo mejor a nuestros pueblos, otra forma de enfrentarse al ataque hegemónico.

Rafael A. Fonseca Valido dijo:

5

10 de diciembre de 2022

11:41:49


Comentario cuyo asunto y enfoque debiera ser permanente en los foros donde se dirime la Batalla de Ideas de nuestros días a la que nos sigue convocando el mandato de nuestro Comandante en Jefe

Carmen dijo:

6

10 de diciembre de 2022

12:29:13


¿Y quién lo puso en ese programa con tantos locutores que hay en Cuba mucho mejores que él?

Andrés González González dijo:

7

10 de diciembre de 2022

14:47:52


Excelente reflexión. Hay espacios ocupados por individuos que como duendes del mal se sostienen con oportunismo solapado, utilizando rebuscados lenguajes "artísticos" para neutralizar la luz y servir a otros intereses.

Danilo dijo:

8

10 de diciembre de 2022

17:11:23


La programación de Multivisión abunda en series y programas totalmente banales, la mayoría de factura yanqui. Debieran revisar eso

Paquita dijo:

9

10 de diciembre de 2022

17:44:51


EXCELENTE

Danilo Santiesteban Mayor dijo:

10

10 de diciembre de 2022

20:41:30


Quién o quiénes deciden que es frivolo o no? El público, las grandes mayorias.

Jorge dijo:

11

11 de diciembre de 2022

07:33:22


Bien dicho

César Gómez dijo:

12

11 de diciembre de 2022

10:15:38


Excelente. Bien escrito, pero escrito para ser leído y entendido por esos mismos que luchan a contracorriente por el arte superior que nos lo ha robado el enemigo y también los malos amigos. Lo primero que había que salvar era la cultura... Me quedo por estos días con el fútbol, que es arte mayor en nuestra Televisión.

Ismel dijo:

13

11 de diciembre de 2022

13:54:42


Excelente artículo. Serio riesgo estamos corriendo. Banal y frívolo son quienes mantienen espacio a Programas tan vulgares en detrimento de nuestra rica y amplia cultura y valores nacionales. !Con tantos excelentes y valiosos locutores que tenemos !. "Zapatero a su zapato", por favor, que respeten a nuestros profesionales y sobre todo, a nuestro pueblo.

Ada Llaneras Pulido dijo:

14

11 de diciembre de 2022

13:58:08


Muy bueno el escrito lo voy a utilizar en clase para el análisis de lo que es cultura. En la TV nos queda mucho por hacer todavía y debemos tener en cuenta que es para instruir y educar, para forjar un pensamiento crítico y eso se puede incluso lograr desde la música o el humor. No podemos quedarnos solamente en la instrucción debemos ahondar más en la educación, esa viene de la familia y allí está la TV.

yoyo dijo:

15

12 de diciembre de 2022

08:22:38


Tony Arroyo nunca ha sido bueno en nada de lo que hace y menos como presentador y conductor, no tiene carisma y no es nada agradable en su conversacion, de como ha venido a parar a este programa no se sabe, quizas sea familia de algun director de la tv que quiera ayudarlo.

domingo amuchastegui dijo:

16

12 de diciembre de 2022

13:14:23


Excelente...Ojalá sirva de algo!

Ernesto dijo:

17

12 de diciembre de 2022

16:38:36


Ya usted lo dijo y es afirmativo, es un público que desea evasión cansado de tanta mediocridad.

Beatriz Corona dijo:

18

13 de diciembre de 2022

23:33:21


Excelente y necesaria reflexion. Urge sanar de tanta estupidez que abunda en los medios y otros tantos olvidos que ameritan curar. Inundados de improvisados de todo tipo. La politica cultural se evidencia incoherente y es muy peligroso pretender ser dadores solo en funcion de lo que lastima y desluce nuestra identidad, todo lo burdo que de hecho niega lo conquistado por la Revolucion. Es absurdo por demas que se permita y promueva. Habra que poner coto a directivos y seudoartistas, un insulto tras otro a la inteligencia y sensibilidad del pueblo cubano. Es sórdido.

Lucia dijo:

19

14 de diciembre de 2022

21:06:06


Excelente, todo está dicho, entonces a actuar con los que nos quieren llenar de banalidades. Digo, los tiempos cambian, pero la Ética no.