A pocos días del cierre de los colegios electorales, el escrutinio avanza lento en las elecciones de medio mandato en Estados Unidos.
Los republicanos necesitan todavía siete asientos para asumir el control de la Cámara de Representantes, mientras que los demócratas requerían ganar 24 escaños más para llegar a los 218 necesarios, a fin de lograr la mayoría.
En la Cámara podrían pasar días hasta que exista una definición, ya que aún se están contando los votos en algunos Estados. Actualmente hay 30 escaños no definidos.
El Grand Old Party es dueño, hasta el momento, de 48 sillas en el Senado, mientras que los demócratas tienen 46. Se necesitan 51 para lograr la mayoría. Todas las miradas están puestas en Nevada y Arizona, porque Georgia irá a una segunda vuelta en diciembre.
Las elecciones intermedias de EE. UU. han mostrado la fragmentación que existe en la sociedad estadounidense, en cuestiones tan importantes como el cambio climático, el derecho al aborto, el control de armas y la solución a la crisis que atraviesa el país.
Sin embargo, pocas diferencias, más allá del discurso, han mostrado los dos únicos partidos que han ejercido el poder en dicho país desde mediados del siglo XIX.
Los divide las ansias de obtener el poder, subidos en la gran ola de la maquinaria que los impulsa; pero los intereses, más allá de los legítimos de la sociedad estadounidense, son los mismos entre uno y otro grupo político, mientras el pueblo, condicionado durante siglos, espera por el deux ex machina que lo salve.
Estadísticas recogidas por CNN muestran datos muy interesantes. Por ejemplo, la mayoría de los latinoamericanos de bajos ingresos prefieren a los demócratas, mientras que los estadounidenses «blancos» con mayores ingresos votan por los republicanos.
Un 86 % de los afroamericanos y un 58 % de los asiáticos inclinan su preferencia hacia los demócratas.
Mientras se perfila la campaña de segunda vuelta en Georgia, entre el senador demócrata Raphael Warnock y el aspirante republicano Herschel Walker, ya comenzó a correr el dinero, verdadero protagonista de la democracia yanqui.
El Comité de la Campaña Senatorial Demócrata anunció una inversión de siete millones de dólares en organización de campo, para impulsar a Warnock.
En realidad, es una batalla entre iguales, con muy pocas diferencias entre sí, pues desaparecen una vez sentados en la silla del poder, aunque manejen con destrezas los hilos de la esperanza y las aspiraciones del pueblo.















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