ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Restringir los precios al gas ruso llevaría a un corte inmediato, también para Hungría. Foto: RT

La Comisión Europea pretende suspender 7 500 millones de euros en fondos de financiación a Hungría por riesgo de malversación, a la espera de que el país ponga en marcha reformas contra la corrupción y de transparencia.

La Comisión inició en abril, con Hungría, un mecanismo que nunca antes había sido utilizado, un proceso que puede llevar a la suspensión de financiación europea si su uso corre el riesgo de verse amenazado por problemas de corrupción o de falta de control judicial en un país.

Hungría es, además, el único país de la Unión Europea que aún no ha recibido la luz verde de la Comisión para desbloquear las ayudas de su plan de recuperación pos-COVID-19, en total, 5 800 millones de euros, por el mismo motivo.

Si bien es cierto que en esa nación hubo un ligero aumento de la corrupción, en comparación con el año anterior, este flagelo se ha mantenido presente durante muchos años –de acuerdo con datos de Transparency International–, y nunca antes la Unión Europea había arremetido con medidas tan severas.

 De acuerdo con un reporte de Euronews, países del bloque comunitario como Francia y Reino Unido también mantienen niveles preocupantes de corrupción, y de ellos nada se habla.

Las tensiones entre la Unión Europea y Hungría se han tensado desde que Viktor Orbán –un nacionalista en toda la extensión de la palabra–, del Partido Unión Cívica Húngara, ganara un nuevo mandato histórico como Primer Ministro, justamente, en abril de este año.

«Durante sus últimos 12 años en el poder, Orbán ha cambiado el sistema judicial del país y se ha enfrentado a la Unión Europea en temas como el Estado de Derecho y la inmigración. El Primer Ministro no ha sido un socio cómodo», reseña el sitio Euronews.

Por si fuera poco, su postura sobre la guerra de Rusia no ha estado en sintonía con la posición del resto de la Unión Europea, que se ha empeñado en aprobar innumerables sanciones y medidas contra en el gigante eslavo.

En junio de este año, el Gobierno húngaro mantuvo su veto a la aprobación formal del sexto paquete de sanciones europeas a Moscú.  Luego, en julio, el ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, visitó Rusia para pedir al Kremlin que aumente sus envíos de gas al país.

En septiembre, cuando el Viejo Continente intentó topar los precios para el gas ruso, Hungría argumentó que eso llevaría evidentemente a un corte inmediato. «No hace falta un Premio Nobel para entenderlo».

Asimismo, el presidente del Parlamento húngaro, László Kövér, condenó la política de sanciones contra Rusia, pues podría acabar con toda la economía del bloque comunitario.

Indicó que, actualmente, se desarrollan dos guerras que podrían tener graves consecuencias existenciales. Una de ellas es llamada «la guerra ruso-ucraniana en las noticias, cuya  verdadera razón se encuentra en la confrontación entre EE. UU. y Rusia». Según él, «además de Ucrania y Rusia, toda Europa ya es una perdedora económica, política y moralmente, y los húngaros también son perdedores».

De acuerdo con la bbc en español, Rusia y Hungría mantienen una relación económica fuerte. En virtud de un acuerdo firmado el año pasado con Gazprom –con una duración de 15 años–, Hungría recibe 3 500 millones de metros cúbicos de gas ruso.

Siendo así, ¿es realmente la corrupción la principal motivación europea para limitar el poder adquisitivo y decisorio de Hungría dentro del bloque comunitario?

Hay otras razones bajo el tapete.

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