La guerra y las causas que no se explican

La ONU condenó los ataques más recientes de Rusia contra posiciones ucranianas, los que calificó de «escalada inaceptable».

Sin embargo, queda el vacío en cuanto a la coherencia de las instituciones internacionales, que no se pronuncian de manera imparcial en todos los casos.

Y no se trata de que estemos defendiendo la guerra, sino de buscar formas de evitarla o luchar a favor de que termine, sin tomar partido con una de las partes.

En el caso que nos ocupa, hagámonos tan solo algunas preguntas:

–¿Por qué, durante los más de ocho años de ataques de las fuerzas ucranianas a las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie, de mayoría descendiente de rusos, en los que han muerto miles de civiles, otros tantos han resultado heridos y los daños materiales son incalculables, los organismos internacionales, los gobiernos occidentales y otros, no hicieron declaración alguna condenándolos y llamando al diálogo pacífico?

–La OTAN, a instancias de Estados Unidos, ha acercado, desde Ucrania a las fronteras rusas, armamento y sistemas avanzados de misiles que, cuando menos, resulta una provocación y una segura fuente de fricción capaz de desencadenar una guerra. ¿Conoce la comunidad internacional alguna condena de estas acciones de los organismos creados para preservar la paz en el mundo?

–Todavía están frescas las huellas de los bombardeos, por fuerzas ucranianas, de zonas cercanas a la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa. ¿Ha habido alguna reacción internacional para advertir tan grave peligro, o solo con la visita de inspectores de la Organización Internacional de Energía Atómica fue suficiente?

–Más reciente aún: que en un verdadero acto terrorista se haya hecho estallar una parte importante del puente que une a Crimea con la Federación Rusa, en el cual murieron cuatro personas y se interrumpió el tránsito por tan importante vía, el atentado fue aplaudido por las autoridades de Kiev y por algunos gobiernos de Europa; sin embargo, no se convocó al   Consejo de Seguridad de la ONU para, al menos, analizar tan grave provocación.

En toda esta retórica antirrusa vale la pena citar parte de las «amenazas» del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, esta misma semana, cuando prometió que «Vladímir Putin rendirá cuentas por las atrocidades cometidas durante la guerra».

Biden y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, mantuvieron una conversación telefónica en la que el estadounidense aseguró «seguir proveyendo ayuda militar, incluidos sistemas avanzados de defensa aérea, al país europeo». Mientras, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, alertó que «si en esta guerra gana el presidente ruso Putin, no solo sería una gran derrota para Ucrania, sino también para todos (los países de la OTAN).

Stoltenberg aseguró que la OTAN llevará a cabo ejercicios militares de las fuerzas de disuasión nuclear, ya que considera que es la forma de evitar una escalada.

Más claro ni el agua. Se trata de jugar con fuego y creer que no van a quemarse.