ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La equidad en el socialismo cubano es el punto de partida para cualquier decisión. Foto: Ariel Cecilio Lemus

Hay muchas variables a la hora de hablar sobre la pobreza. Es imposible hacer un examen serio sobre este fenómeno sin abordar su carácter multidimensional, que va más allá de lo estrictamente financiero: no se puede medir la pobreza exclusivamente por cuánto dinero se tiene (o no). Hay condiciones de vida, oportunidades de superación, posibilidades de acceso a la cultura o a la recreación que complementan el análisis. También está, por supuesto, el contexto: no es lo mismo «ser pobre» en Europa que en América Latina.

En Cuba, tras el triunfo revolucionario, hubo un parteaguas en lo que a lucha por la erradicación de la pobreza se refiere. Cientos de miles de personas que vivían en la más absoluta miseria tuvieron por primera vez la oportunidad de vencer el analfabetismo, estudiar una carrera universitaria, asistir con carácter regular a espectáculos artísticos y deportivos. Muchos mejoraron sus condiciones de vida, aunque la guerra económica contra el país, los lógicos errores cometidos en el inexplorado camino socialista y los vaivenes de la economía global impidieron que ese bienestar material estuviera a la altura de lo que en un momento se pensó para el país.

Sin embargo, las precariedades que conspiraban contra la sociedad en pleno (dígase apagones, desabastecimiento, etc.) no erosionaban la moral pública de forma ostensible, en tanto existía una igualdad social en la que la inmensa mayoría gozaba y sufría, respectivamente, con los mismos beneficios y pesares. El equitativo reparto de la riqueza era un estandarte para la lucha ideológica a favor del proyecto socialista: puede que no nos sobre el pan, pero hay justicia social.

Contra la pobreza se ensayan muchos métodos y estratagemas: quebrar la transferencia intergeneracional de las condiciones precarias de vida con mecanismos de «discriminación positiva», sobrepasar el asistencialismo estatal para acudir a mecanismos de inclusión financiera, buscar en las comunidades la creación de alianzas para el apoyo a individuos en estado de vulnerabilidad. Pero si algo a veces suele soslayarse en el análisis de la pobreza es que, para que exista gente pobre, tiene que haber gente rica: la distribución más o menos injusta de la «prosperidad» es su condicionante dialéctica, en la lógica de la «unidad y lucha de contrarios».

En Cuba hoy existe pobreza, eso es algo que no puede negarse. Y en los últimos años, luego del periodo especial, y con la moderada liberalización de la economía, se ha ido profundizando un proceso de estratificación social: existe un grupo de personas que ha acumulado sumas de dinero para nada despreciables, mientras cada vez más personas pasan trabajo para llegar a fin de mes.

Esa desigualdad creciente no solo es el principal problema socioeconómico del país, sino también un reto político e ideológico. La equidad, para el socialismo cubano, no solo es una meta, es un necesario punto de partida para cualquier decisión.

Una restauración capitalista no resolverá ninguno de esos problemas, como suelen proponer nuestros adversarios. En todo caso, puede que los acreciente. La única salida es más socialismo, la única solución para Cuba es más Revolución. Si tenemos la equidad como una variable insoslayable en ese empeño, tendremos mayores probabilidades de éxito en esa imprescindible lucha contra la pobreza, que tiene que ser, necesariamente, también una lucha contra la desigualdad como valor incompatible con los principios de justicia social y soberanía popular que han regido nuestra historia patria.

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Palax dijo:

1

30 de julio de 2022

10:28:08


En Cuba hoy existe pobreza, eso es algo que no puede negarse. Y en los últimos años, luego del periodo especial, y con la moderada liberalización de la economía, se ha ido profundizando un proceso de estratificación social: existe un grupo de personas que ha acumulado sumas de dinero para nada despreciables, mientras cada vez más personas pasan trabajo para llegar a fin de mes. Una restauración capitalista no resolverá ninguno de esos problemas, como suelen proponer nuestros adversarios. En todo caso, puede que los acreciente. La única salida es más socialismo. Eso es verdad hace falta más socialismo pero sin igualitarismo, y que los profesionales altamente calificados no tengan que irse a lavar traseros en otro país porque lo que les pagan no le alcanza debemos pensar aplicando la economía política y usando las herramientas del marxismo de forma creadora, no el dogmatismo estalinista que todavía pervive en la mente de muchos dirigentes de este país.

Antonino Gómez Cantillo dijo:

2

30 de julio de 2022

10:40:43


Totalmente de acuerdo. Por ejemplo, muchísimo dinero le han pagado las administraciones locales y las empresas estatales a supuestas cooperativas que todo el mundo sabía que eran empresas privadas disfrazadas.En tanto, los empleados estatales que podían haber hecho eso mismo, muy desmotivados por los bajos salarios. Contratos a veces millonarios,sin ningún tipo de licitación ni sometimiento al escrutinio público. Y el dinero por debajo de la mesa corriendo.

Piensa dijo:

3

30 de julio de 2022

12:55:02


Una vez leí en un comentario a un artículo en Cubadebate que el socialismo debe combatir la pobreza y no la riqueza, y es cierto, el ser humano por más socialista que sea siempre aspira a la riqueza, al menos la mayoría. No podemos construir un sistema con la falsa idea de nadie quiere ser rico y de que la igualdad reinará, es imposible, porque es una esencia del ser humano. El sistema debe ingeniarselas para que no hallan pobres aún habiendo ricos. Cada cual merece la oportunidad de vivir mejor, esa oportunidad nos la debe el gobierno, pero no podemos estar todos en la misma balanza pues hay quien se ha pasado su vida poniendo ladrillos para construir su castillo. Ayer en una entrevista que se le hacía a Fernando Martínez Heredia este decía que el capitalismo cubanos nunca iba a ser igual que el capitalismo suizo, que era una ilusión, y estoy de acuerdo. Pero y el socialismo cubano podrá acaso ser igual que el socialismo de los países nórdicos, o incluso que el de China o Vietnam, ¿qué socialismo será el nuestro?. Debemos trazar una ruta y vencer el miedo a generar riquezas, debemos crear un país donde todos puedan generar esas riquezas.

José David dijo:

4

30 de julio de 2022

18:58:31


Estamos claros. Socialismo es equidad. Pero hoy cada decisión en la localidad está tomada en función del dinero. Si un pericandil verde se vende en el mercado negro a 100 pesos, el encargado de determinar precio lo pone a 99.99. Sin tomar en cuenta la dinámica social. Hoy es la ley de la selva, según la más salvaje de la las leyes de la economía capitalista. Y esos decisores siguen en sus cargos y privilegios, con total impunidad. Mientras no tengamos lo que le sobraban a Maceo y Fidel para quitar de en medio a los amigos (pagados o no) del imperio, no seremos capaces de construir el sueño de Martín, Fidel y su Juventud del Centenario y Che.

CarlosG dijo:

5

30 de julio de 2022

21:00:47


Equidad no es sinónimo de igualdad. Equidad es distribución justa. Y lo justo es que "el que no trabaja no come" Así lo plantea Lenin en "El Estado y la Revolución" y también lo refleja la Biblia. El principio de distribución socialista, para el período en que se está construyendo la necesaria base material y técnica, dice: "De cada cual según sus capacidades y a cada cual según su aporte" Eso es lo justo y equitativo, no mantener vagos en detrimento del trabajador. Es justo y humano apoyar al que no puede trabajar por su edad o salud, no al descarado. Quemar etapas es contraproducente y lo estamos viendo en un grupo poblacional desmotivado por trabajar, pero en cuanto emigran se ponen a trabajar duro, con hasta 2-3 empleos.

Roberto dijo:

6

30 de julio de 2022

21:04:03


Si aplicamos entonces esta concepción de equidad, los apagones igualmente deberían afectar a la capital y no solo en horario diurno. Además, merece un análisis profundo lo planteado por el gobernador de La Habana sobre la solidaridad con las provincias. No tenemos equidad!!!