En momentos difíciles, la opción de «subirse» al carro equivocado, por lo general puede resultar una gran pérdida, sobre todo si se trata de valores tan imprescindibles como la independencia.
No parece ni de estos tiempos, y mucho menos de una Europa desarrollada y con ínfulas de superioridad, que la propia Comisión Europea aconseje a la población del bloque comunitario que «traten de controlar sus propias duchas y las de sus hijos», debido a la crisis energética existente, luego de haber seguido al gobierno de Estados Unidos en la aplicación de sanciones a Rusia, a sabiendas de que estas se revertirían sobre su población.
Esta semana, el jefe de la Comisión de Regulación de Energía del país galo, Jean-François Carenco, también se unió a esa tendencia: «Hay que ahorrar gas y electricidad en Francia ahora, de lo contrario, podría salir mal el próximo invierno». «Ya sea bajando la temperatura de la calefacción, el aire acondicionado, las luces, hay una emergencia y todos deben hacer un esfuerzo», insistió.
Sería muy sutil indagar sobre qué pasaría con los países de la UE, en caso de que Rusia decida cortar el suministro de gas.
En su defensa, Moscú adoptó la medida de que, a partir de este 1ro. de abril, el precio del gas que venden a Europa sea abonado en la moneda rusa, es decir, el rublo.
Las sanciones aplicadas por Estados Unidos, y a las que se ha plegado la Unión Europea, impiden que los bancos rusos operen con dólares y euros, y es ahí donde está la lógica rubricada por el presidente ruso Vladímir Putin, pues al no poder usar esas monedas, los pagos de las naciones «inamistosas», que se «montaron en el carro» de lo determinado por Washington, deben ahora hacerse en la moneda nacional rusa, de lo contrario, se paralizará el suministro.
«Hemos suministrado nuestros recursos, en este caso el gas, a los consumidores europeos. Lo han recibido, nos pagaron en euros que luego congelaron por su propia cuenta. En este caso, existen todos los motivos para considerar que suministramos prácticamente gratis parte del gas enviado a Europa», resumió el mandatario, de acuerdo con el sitio Sputnik.
Por su parte, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, declaró que Moscú comenzó «hace muchos años» a moverse hacia el uso de monedas nacionales en sus intercambios comerciales con otros países, como la India y China, para prescindir del dólar.
«No queremos depender de un sistema cuyos amos pueden robarte el dinero de la noche a la mañana», advirtió. Luego dijo que «la tendencia de los pagos en monedas nacionales se va a fortalecer».
¿Será que pensaron los inventores de tales sanciones que la Federación Rusa no cuenta con estrategias soberanas para responder a tales acciones?
Se supone que los directivos de la UE conozcan muy bien que sus países obtienen alrededor de un 40 % del gas de Rusia, y en algunos casos esa cifra es superior. Por ejemplo, Austria obtiene un 80 %, la República Checa un 87 % y Eslovaquia, casi el 100 %.
También me imagino que los líderes europeos tengan el registro de las bajas temperaturas que hay en sus países y –muy importante– la afectación cada vez mayor de los bolsillos de las familias con bajos ingresos, perjudicadas por el alto costo de la electricidad y los alimentos.
COMENTAR
Responder comentario